Capítulo 9

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Mi madre también me abandonó, no lo puedo aceptar que ella también me abandonara. Ahora que haré, estoy sola en esta vida y no tengo a nadie. Mi madre siempre procuro que siempre estudiara y ahora que me dejó que se supone que haga. Nadie fue a visitar a mi madre durante su sepelio, solo estuvo conmigo Kwangmin y aquel señor no regresó ni vino a ver a mi madre. Min Ah también me dejó sola tras estar todo el día intentando comunicarme con ella. Después del sepelio de mi madre estuve todo el día encerrada en mi habitación y no respondí las llamadas de Kwangmin. Un poco tarde en la tarde Kwangmin llegó y entró tras no responder y haber dejado la puerta principal sin seguro.

KM: No has comido – preguntó

No respondí a lo que me preguntaba, Kwangmin se acercó y me preguntó si quiero comer algo específico, pero no tenia apetito. Miré a Kwangmin y empecé a llorar desconsoladamente. Kwangmin me abrazó y me pidió que no llorara ya que no le gusta verme así. Me quedé dormida luego de desahogarme a través del llanto.

-NARRA KWANGMIN-

Después que se quedó dormida fui a la cocina a prepararle algo para que comiera. Luego que estuvo lista la comida, fui y la desperté para que comiera. Eun Ki se sentó y miró lo que cociné y pensó varias veces comer.

KM: Anda – dije – tienes que comer – exprese

Eun Ki: Porque me pasan estas cosas a mi – dije – porque primero mi padre y ahora mi madre – preguntó

KM: Come y no te martirices con preguntas que no tienen respuesta ahora – respondí

Después que comió se quedo en el sofá viendo a lo lejos. Le hice compañía mientras dejaba que llorara en silencio. Cuando la miraba llorar, recordaba aquellas palabras que le decía a su mamá cuando falleció. De momento Eun Ki se pegó a mí y procuró que no me alejara de ella hasta que me lo pidiera. La noche llegó y después que se quedó de nuevo dormida, la dejé en su habitación y cerré la puerta con seguro y me regresé a la casa. Al llegar todos ya se habían ido a dormir, traté de no hacer ruido; me di un baño y luego me fui a dormir.

-NARRA EUN KI-

Al día siguiente me levanté desganada pero fui a la universidad. Entré al salón, me senté sin dirigirle la palabra a nadie y me quede esperando a que llegara el profesor. No noté en qué momento llegó el profesor que no saqué mi libreta ni mi libro. Min Ah me da un pellizco para que al menos atendiera pero no hice caso. De momento me levanté, salí del salón y marqué al teléfono de Kwangmin llorando.

Eun Ki: Quiero verte – dije llorando tan pronto me contestó el teléfono

KM: Ahora estoy ensayando – respondió

Eun Ki: Por favor – supliqué

Kwangmin prometió verme en la tarde pero yo necesitaba verlo ahora. Del poco dinero que tenía en la mano fui hasta la empresa que dice que trabaja, tome un taxi y me dirigí hasta allí. Entré y pregunté por Kwangmin y me dirigieron hasta el salón de ensayos donde estaba. Kwangmin al verme se notó asombrado, corrí hasta él, lo abracé seguido por estallar en llanto. Kwangmin me saco del salón de ensayos y me llevo hasta un lugar más tranquilo y allí me trató de tranquilizar.

KM: Anda ya no llores – dijo

Eun Ki: No se qué hacer estando sola – comenté – estoy asustada – acerté

Kwangmin me abraza y me pide que me regrese a la casa pero no me quería ir. Sé que si me regreso a la casa me voy a poner peor y me voy a encerrar en mi habitación todo el día.

-UN MES MÁS TARDE-

Era un jueves habitual, hace poco cumplí un mes de relación con Kwangmin y conseguí empleo en un mercado y trabajaba en las tardes luego que salía de la universidad. Después que salí de la universidad me dirigí a mi casa tras ser mi día libre en el trabajo. Al llegar a casa encontré que había unos señores. Entré y pregunté quienes eran y ellos me enseñan una identificación que trabajan en el banco de Seul. Allí había sellos rojos en todas partes y uno de los señores me entrega un papel de garantía.

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