Capítulo 41

4 0 0
                                    

-NARRA KWANGMIN-

Al verla llorar me sentí impotente al no poder darle un alivio a su pena. Me acerqué a abrazarle para por lo menos ayudarle a desahogarse.

EK: Todo esto es parte del precio que tengo que pagar por haberme acostado con el novio de Raquel, por ser la hija de mi padre, por ser la heredera a la fortuna de mi abuelo – dijo llorando

KM: Nada es tu culpa – respondí

EK: Lo es, es mi culpa amarte como te amo, es mi culpa por haber soñado tener una familia contigo, es mi culpa por haberte dado un hijo – respondió

KM: No la es, nada es tu culpa – insistí

EK: Tengo miedo de no volver a verlo, tengo miedo de que crezca pensando que su mamá es mala y que jamás lo pudo defender – dijo

KM: No pasará nada malo – respondí

EK: Me lo juras – dijo en un susurro

KM: Te lo prometo – respondí

Eun Ki se separó de mis brazos y me miró con los ojos llorosos. Su temor de no volver a ver a nuestro hijo era fuerte y resaltaba en su mirada. La vi acercarse de nuevo a mí y me abrazó fuertemente.

EK: Te amo, no se como hacerle para demostrarlo. Yo solo quería ser feliz a tu lado, pero Raquel se convirtió en mi obstáculo que aun no he podido vencer – dijo

KM: No pienso que Raquel es tu obstáculo – respondí

EK: Lo es, cada vez que te separas de mi vuelves a sus brazos. Aunque no sientes nada por ella lo haces y te olvidas de que estoy frente a ti intentando llamar tu atención – respondió

No pude responder a lo que respondió, pero sentí que algo dentro de mi le daba la razón. No entendí porque regresaba a Raquel, pero lo cierto es que por ella no siento nada. Quizás sea lastima o quizás pena, pero amor por ella no siento. Una vez que sentí a Eun Ki tranquila, la separé de mis brazos.

EK: ¿Vas a algún lado? – preguntó

KM: No, solo voy a cocinar la cena – respondí

Aceptó con un poco de trabajo y me dejó dirigirme a la cocina a preparar algo sencillo para que Eun Ki comiera algo. Mientras preparaba algo, la vi que se acostó en el sofá y encendió la televisión. En ella transmitían las noticias en las cuales no decían nada importante. Una vez que terminé de cocinar, serví en platos y los puse en la mesa. Me acerqué a Eun Ki y le pedí que comiera un poco de lo que preparé.

EK: No tengo hambre – respondió

KM: Hazlo por Min Ki – insistió

EK: Él no está aquí – respondió

KM: Pero piensa que cuando lo vuelvas a ver tienes que estar fuerte para abrazarlo – respondí

EK: Aunque no coma tendré las fuerzas suficientes para abrazarlo el momento que lo vuelva a tener en brazos – respondió

KM: Por favor, intenta comer algo – insistí

Eun Ki se sentó en el sofá y me miró atentamente. Le insistí un poco más hasta lograr convencerla que comiera un poco. Se levantó y caminó hasta la mesa. Se sentó y miró lo que cociné, resultando ser su comida favorita.

EK: ¿Todavía lo recuerdas? – preguntó

KM: Se supone que fuiste mi primera novia – respondí

Tomó los palillos y empezó a comer. Aunque dijo que no tiene apetito, comió bastante. Una vez que se notó satisfecha, se levantó para dirigirse a su habitación. Cuando terminé, me levanté y fui a ver que estuviera tranquila. Entré a su habitación y la vi sentada tomando en sus manos la almohada de Min Ki. Me acerqué y le tomé del hombro.

TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora