Entró corriendo con su mochila en la mano notando que los pasillos estaban vacíos.
Maldecía en susurros mientras escuchaba la voz de la profesora, la que detestaba por haberlo emparejado con Otto.
Abrió la puerta, la mujer miró el reloj y luego lo miró a él fijamente.
- 15 minutos tarde señor Chae, deme una razón por la cual debería dejarlo ingresar a mi clase... creo que sabe muy bien que mi clase es la única que le da 5 unidades valorativas que necesita, 3 unidades más que otras... lo escucho.
La mujer tomó asiento en el escritorio mientras se quedaba viéndolo fijamente al igual que el resto de la clase.
Él palideció y luego sintió su cara arder de vergüenza, intentó hablar pero simplemente balbuceó algo sin sentido.
Algunas risitas se escucharon y él simplemente bajó su vista al suelo muy avergonzado y se disponía a cerrar la puerta nuevamente para irse a casa a llorar, odiaba sentirse desprotegido.
La mujer aclaró su garganta.
- No sea modesto señor Chae, puede usar varios motivos, sus puntuales tareas, su perfecta lista de asistencia o su último proyecto, fue el mejor de la clase... tome asiento y espero que este incidente no se repita muy seguido.
Hyungwon se quedó sorprendido por la actitud tan tranquila de la mujer pero no se cuestionó e ingresó a la sala de clases sin decir nada más.
Su cuerpo comenzó a relajarse de la tensión que había tenido momentos atrás y volteó a dos filas delante de él donde Otto le sonreía.
Esa vez Otto le había salvado el pellejo, pues él ni siquiera había participado en el proyecto.
...
- ¿Te molesta?
Hyungwon levantó su vista.
- No... creo.
- No seas duro conmigo, hoy salimos a mediodía y ya no me verás más, aparte te salvé...
Suspiró.
- Tienes razón... puedes sentarte y... gracias por eso, me sentí muy mal en ese momento...
Ambos comenzaron a comer en silencio.
- ¿Pensaste que no había hecho el trabajo?
- No es eso... Es que me quedé en blanco en ese momento...
Siguieron comiendo en silencio hasta casi terminar su comida.
En ese momento Otto se rió y Hyungwon lo vio confuso.
- ¿Qué es tan gracioso?
- Tu cara...
Hyungwon lo vio molesto.
- Imbécil...
- No, no lo malinterpretes... Es decir, debiste verte cuando te pusiste rojito.
Hyungwon agachó un poco su cabeza soltando una media sonrisa involuntariamente.
En ese momento Otto acercó su mano a la mejilla de Hyungwon y lo acarició mientras susurraba.
- Eres lindo todo el tiempo... Pero en ese momento te viste tan...
Otto puso su otra mano en la otra mejilla de Hyungwon y lo miró de frente con una tierna sonrisa.
- Te viste tan... precioso...