22.

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Una fría sala de espera, olor a desinfectante, resfriado, miradas acusadoras, sollozos cansados de Wonho y dolor en el pecho.

En eso se resumía la madrugada del domingo para él.

Le era imposible apartar los ojos de aquella desgarradora escena que llevaba viendo más de dos horas.

Wonho sentado en un sofá llorando amargamente la muerte de su hijo, sus padres a sus costados intentando apaciguar su dolor.

Y luego él al otro lado de la sala de espera en otro sofá, sólo, porque no le permitían acercarse a su aún prometido.

Pero no culpaba a nadie, los entendía.

Él se sentiría de la misma manera si viera las cosas desde fuera y también se sentía culpable.

Suspiró por milésima vez, su pecho dolía mucho al ver a Wonho de esa manera.

En ese momento la madre de Wonho levantó su mirada y quedó viendo a Hyungwon fijamente por varios minutos y le señaló el pecho y le hizo señales para que se subiera el abrigo.

Él quedó confuso, pero mirar hacia su pecho fue suficiente para saber que la había cagado por tercera vez en menos de 24 horas.

Primero lo de Otto, luego lo de Natalia y el bebé y ahora la madre de Wonho notando la evidencia de su fugaz aventura inconclusa.

Se subió la cremallera del abrigo y se tapó la cara con molestia.

Estaba empezando a odiarse a si mismo.

¿Wonho lo sabía?

¿Ella iba a contárselo?

No sabía, lo único que sabía era que se estaba ganando cada vez más odio de parte de las personas que consideraba como su familia.

Suspiró de nuevo y se puso de pie caminando hacia el baño, se lavó la cara y se revisó el pecho notando como claramente se podían apreciar pequeñas marcas de chupetones en su blanquecina piel.

Cerró los ojos y se apoyó en el espejo dejando salir un par de lágrimas muy necesarias.

¿De verdad había estado embriagandose con Otto y besuqueandose con él en vez de estar cuidando al bebé de Wonho que también era su hijo?

¿Desde cuándo era así de egoísta?

Sollozó sintiendo su pecho arder nuevamente.

Pero cuando lo hizo, alguien más figuró en su mente, Natalia.

Ya sabía dónde ella se encontraba porque escuchó a Wonho hablando con el doctor que los atendió en emergencias, pero no había ido porque no sabía si podría siquiera verla a la cara.

Pero de alguna manera sintió que era el momento, así que no dudó en ir hacia donde estaba ella, necesitaba saber que estaba bien.

Se dirigió a su sala con paso lento, su estómago dolía y se sentía débil, no había comido en todo el sábado, apenas desayunó unas tostadas y lo único que volvió a probar fue una botella entera de una bebida con 95% de alcohol.

Era un imbécil hasta con él mismo.

La puerta estaba abierta y entró en silencio por si Natalia estaba durmiendo, pero como era de esperarse, estaba igual de desconsolada que Wonho.

La mujer al verlo rápidamente cambió su semblante a uno más serio y dolido.

- Hyungwon vete de aquí, no quiero verte.

Su voz estaba rota, pero no tanto como la de Wonho.

- Natalia... Yo... sé que no quieres verme... muchos aquí opinan lo mismo, pero me iré de aquí hasta que me digas cómo estas...

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