Había llegado el día, justamente el día que no quería que llegara.
Después de las pruebas y exámenes de diagnóstico, todo daba luz verde a comenzar con la inseminación artificial.
A pesar de que había tenido un día muy cansado, tenía que estar presente y no era porque se lo habían pedido o lo habían obligado.
Era porque quería asegurarse que la inseminación de verdad se hiciera de manera artificial y no real.
¿Era tonto? Si, pero era mejor asegurarse ¿no?
No desconfiaba de Wonho, pero Natalia no le caía bien, era demasiado hermosa para su gusto.
Pero luego la imagen de lo que casi había pasado con Otto la semana anterior le abofeteó la mente.
Suspiró y aparcó el auto con molestia.
Se sentía un tonto desconfiando de Wonho cuando el que estuvo a punto de fallar fue él.
Pues de vez en cuando seguía recordando lo cerca que había visto los malditos ojos verdes de Otto.
Al ingresar a la clínica echó un vistazo a la sala de espera y notó como en el único sillón largo que había, estaban Wonho y Natalia simplemente en silencio.
Parecían estar nerviosos por la situación, pero Hyungwon se aprovechó de eso y se sentó en medio de ambos mientras abrazaba a Wonho con posesividad.
Wonho notó su intención y se rió dejándole un beso en la boca.
- Hyungwonnie... No seas maleducado, debes saludar cuando llegas a un lugar...
Él miró a Wonho y suspiró sabiendo que tenía razón, ni Wonho ni Natalia eran culpables de su mal humor.
- Hola Natalia...
- Hola Hyungwon ¿Cómo te sientes?
Él la miró extraño, pues era la primera vez que ellos dos entablaban una conversación sin Wonho de por medio.
- Ah... Yo bien... ¿tú?
La mujer miró al suelo pensativa y sonriente.
- Nerviosa... pero emocionada.
Él se limitó a asentir sintiendo la espina de molestia en su pecho y no respondió.
Y no era porque no tenía una respuesta, era porque la respuesta que tenía no era agradable.
Sólo quería decirle: "Claro, seguro te emociona quedar embarazada de mi marido aprovechándote de que yo no puedo darle un hijo para luego querer quedarte con él"
Pero obviamente no iba a decírselo, porque no estaba seguro ni de su propio pensamiento y ella no daba indicios de querer quitárselo aunque así lo sintiera él.
En ese momento un hombre con bata blanca se acercó a ellos y comenzó a dar instrucciones sobre lo que harían cada uno y todo el proceso que se llevaría a cabo.
Y una vez más Hyungwon se sintió como pelo en sopa, sobrando allí.
Pero no se iba a ir del lado de Wonho.
El hombre de bata blanca se llevó a Natalia hacia algún sitio y a Wonho se le dio instrucciones y un frasco para que hiciera su parte.
Y su parte era nada más y nada menos que ser el donante del semen.
Le señalaron un pequeño cuarto a donde debía ir para hacerlo y Wonho se sintió más nervioso que antes.
Se puso de pie y no avanzaba.
