A pesar de que le había costado muchísimo conciliar el sueño, se había quedado dormido profundamente, aunque era ya de madrugada cuando lo logró.
Dormía muy plácidamente y como siempre lo más pegadito al calor de Wonho que él le permitió.
Pero su tranquilidad no duraba para siempre, pues en un momento dado, buscó a Wonho con sus manos, encontrándose únicamente con la frialdad de su ausencia mientras iba cayendo violentamente a la realidad que lo afrontaba fuera de sus sueños.
Abrió sus pesados ojos notando que apenas eran las 6 de la mañana según el reloj de su mesita de noche.
Se sentó en la cama frotándose los ojos porque le ardían muchísimo, aún así buscó sus gafas y miró alrededor buscando a Wonho con la mirada, quien no tardó en entrar a la habitación muy bien vestido de traje, como en un día común de trabajo.
Hyungwon lo miró extrañado.
- ¿A dónde vas?
Wonho se giró y lo miró para después volver a sus asuntos.
- Al trabajo.
- Pero no has descansado, apenas llegaste el sábado por la noche, no dormiste y anoche apenas pudiste pegar los ojos también, deberías darte un día de descanso, sé que ellos van a entend-
- No quiero descansos Hyungwon.
Wonho cerró su maletín y se dirigió hacia él.
Cuando Hyungwon lo tuvo lo suficientemente cerca, sintió su corazón hacerse pequeño porque pudo apreciarlo con más atención.
Estaba ojeroso, lucía cansado, desvelado, triste y muy decaído anímicamente.
Sus ojos estaban hinchados y rojos, unas severas bolsas se asomaban debajo de ellos y parecían estar húmedos como si hubiese llorado de nuevo.
Se sentó en la cama y Hyungwon le acarició la mejilla con temor de ser rechazado nuevamente, sin embargo Wonho sólo agachó la cabeza sintiéndo las lágrimas avecinarse.
- Quédate a descansar... por favor.
Él negó nuevamente y sorbió por la nariz mientras limpiaba rápidamente las lágrimas que habían salido sin permiso.
- He dicho que no, sin embargo tú si deberías descansar, creo que no tuviste una buena noche de sueño...
- ¿Y tú si?
Wonho suspiró.
- Lo que yo pase no importa, yo ya tendré tiempo, a mi me importas tú...
- Pero y-
Wonho se puso de pie y le tapó la boca cuidadosamente con la mano para finalmente dejarle un suave beso en la frente y dirigirse a la salida de la habitación.
- Ten un lindo día Hyungwonnie y por favor descansa...
Hyungwon lo vio muy triste, al borde de las lágrimas.
- T-te amo...
- Y yo a ti.
Fue lo último que dijo antes de salir de la habitación y de la casa.
Hyungwon salió de la cama intentando seguirlo, pero para cuando llegó abajo, Wonho ya había puesto el auto en marcha.
Algo le decía que no debía dejarlo ir allí, que él debía descansar y guardar el luto necesario de su bebé.
Pero no pudo detenerlo y él tampoco podía seguir descansando, así que decidió prepararse para ir a su práctica profesional.
Sin ánimos de nada y con muchas ganas de llorar.