Un suspiro pesado fue todo lo que salió de su boca al ver lo que tenía enfrente.
Dolía, dolía mucho.
Dolía estar solo en esa enorme casa, sintiéndose más miserable a casa segundo.
No es tan fácil ver que todos esos planes que en algún momento pensaste cumplir, estaban abandonados, justo como él se sentía y quizá de la misma manera que Wonho se sentía.
Ya no sabía que mas hacer, pues ya habían pasado 2 semanas y la situación seguía igual de jodida.
Wonho llevaba en la misma situación demasiado tiempo, no comía bien, no dormía bien y estaba demasiado distraído todo el tiempo, se negaba a asistir a terapias, pero seguía insistiendo en que no necesitaba descanso y terminaba agarrando horas extras, al igual que ese día.
Nada se comparaba a los fines de semana que tenían mucho antes de que todos sus problemas empezarán.
Hyungwon jamás fue bueno para consolar a nadie y Wonho era la única persona que de verdad podía consolarlo a él.
Pero... ¿Alguien podría consolar la culpa?
Miró una vez más hacia la laptop y soltó una lágrima de tristeza al ver como todos sus planes de la soñada boda estaban allí, sin que pudiera hacer nada para hacerlos realidad.
El timbre de la casa se escuchó interrumpiendo temporalmente su melancólico momento, así que se limpió la cara y cerró la laptop para irse a abrir la puerta.
Sus pasos eran lentos y cansados, pues el insomnio de Wonho también lo afectaba de cierta manera y su estado anímico también decaía al ver a Wonho así.
Al abrir la puerta se quedó sorprendido por ver quien estaba detrás.
- Hyungwon...
Su pecho dolía y sus lágrimas comenzaron acumularse en sus ojos.
Desde que pasó lo del bebé había sido rechazado por la mujer que consideraba como su madre, aunque no lo fuera y verla allí frente a él, le provocaba demasiadas sensaciones en el pecho.
Su labio inferior tembló intentando hablar, pero no pudo, así que en ese momento la mujer se acercó lentamente a él envolviendolo en un suave abrazo que llevaba necesitando por mucho tiempo.
Calidez.
Era lo que necesitaba.
A pesar de que era mucho más alto, se acurrucó contra ella como un bebé indefenso y cayó de rodillas al suelo rompiéndose en llanto.
Ruby lo sostuvo fuerte, sintiendo su dolor, muy arrepentida.
Estaba teniendo un deja vu y recordaba como hace años atrás le habían llevado a un delgado muchacho muy joven que tenía demasiado miedo de todo y todos.
Parecía indefenso y asustado.
Lo acogió en su casa y cuando él se sintió aún más vacío, lo abrazó tal como lo estaba haciendo en ese momento.
Era su muchacho, la necesitaba desde siempre aunque ella no fuera alguien de quien sentirse orgulloso, él la amaba así y ella lo amaba también.
No pudo evitar soltar lágrimas con él.
Estaba insegura de muchas cosas, pero de algo que estaba muy segura, es que el amor de madre que tenía por Hyungwon no se extinguiría ni aunque todo el mundo estuviera en su contra.
...
Decir que la tarde del sábado fue emotiva, se quedaba corto.
