POV ______
Un momento, ¿Qué haces aquí? – añadió Jungkook terminando nuestro abrazo para verme la cara – Deberías estar con SUGA
¿Tú crees? – pregunté dudosa de su propuesta
Por supuesto – respondió seguro mientras que yo dudaba internamente – A esta hora debe estar moliéndose la cabeza, arrepintiéndose una y mil veces de haber hecho eso
Por instinto bajé mi cabeza de inmediato, dirigiendo mi vista al piso.
Oye, todo va a estar bien – dijo levantando mi mentón para darme ánimos – Vamos, ¿dónde está la chica sonriente que siempre está de buen humor y no permite que nada la haga llorar?
Tomó sus maletas y se fue de vacaciones – contesté con tono sarcástico pero triste y él sonrió
¿Ves? Esa es la chica que quiero ver – enunció y yo sonreí
Te quiero – confesé dándole un beso en la mejilla y abrazándolo
Yo también te quiero – admitió correspondiendo a mi muestra de afecto
Jungkook me dio la fuerza y el valor necesarios para ponerme en pie y salir del estudio. Estuve pensando durante un par de minutos. ¿Dónde podría estar SUGA? Creo que él tiene 3 lugares favoritos en toda la ciudad, lugares a donde le gusta ir a pensar: el Times Square, el Central Park y la azotea del edificio de Sony Music Entertainment, mi sello discográfico. Los dos primeros estaban muy distantes del sitio en donde nos encontrábamos, pero el tercero estaba lo suficientemente cercano como para poder ir caminando hasta allí. Corrí durante unas cuantas cuadras, pero muy a mi pesar tuve que detenerme durante unos minutos. El sudor recorría toda mi cara, y su contacto con mi piel producía una desagradable reacción química, como si me quemara tras su paso por mi rostro. Estábamos en el mes de mayo, no solía hacer demasiado calor, pero el día de hoy, la temperatura era de 37.7 grados y era sofocante, como si me asfixiara. Luego de la pausa, continué mi camino jurando que no me detendría nuevamente. Finalmente llegué al sitio y fui directamente a las escaleras que daban a la azotea. Al llegar a la puerta me paré en seco, respiré hondo, tomé el picaporte dorado y giré la manija lentamente, sin hacer el menor de los ruidos. Por suerte, había acertado. Estaba ahí, sentado en el suelo, observando el cielo gris. Ni siquiera me había dado cuenta de que se avecinaba una tormenta, una muy fuerte y poderosa. Me fui acercando a su posición paso a paso, pero desafortunadamente se dio cuenta de mi presencia. Rápidamente se paró y me miró fijamente.
Lo lamento, no quería molestarte – comencé diciendo
No importa – afirmó poniéndose en pie, no sin antes contemplar por última vez la gigantesca ciudad – De todas formas yo ya me iba
SUGA, ¿podemos hablar? – pregunté tímidamente y observando el cielo
Lo siento, pero no puedo – se excusó inmediatamente – Ya tengo que irme
Está bien – accedí decepcionada mientras se alejaba
Una vez que cerró la puerta fui yo quien se sentó a observar las espesas nubes que cubrían el inmenso cielo. Tal vez sí debía dejarlo marchar. Quizá él también tenía que aclarar su mente. Pero, si hice lo que debía, ¿por qué sentía ese vacío tan grande? No, no debí haber dejado que se fuera. Me levanté instantáneamente, como un reflejo o un instinto. Corrí hacia la puerta, bajé las escaleras y atravesé la salida del edificio. Se empezaron a escuchar fuertes truenos que azotaban a la ciudad. Incluso, algunos transeúntes se asustaron con el gran estruendo, pero aquello no detuvo mi paso. Proseguí corriendo a pesar de las gruesas gotas que empezaban a caerme encima. Poco a poco fueron aumentando y la lluvia fue haciéndose cada vez más intensa. Luego de cinco cuadras, pude distinguir al chico de pelo azul verdoso. Yo tenía razón. Aparentemente se dirigía a su apartamento. Estaba en un cruce de peatones, el semáforo se puso en verde y lo perdí de vista con el gentío atolondrado que también cruzaba la intersección, acelerados por el aguacero. Lo busqué con la mirada y lo hallé luego de un exhaustivo análisis de todas las personas y paraguas. Me dirigí en su dirección, pero caminaba sumamente rápido. Otro cruce, me hizo repetir lo mismo que la vez anterior. Hasta que por fin me coloqué detrás suyo. Pero de alguna parte del universo, un montón de personas desconocidas se posicionaron entre nosotros. Continué así por un par de calles, hasta que el grupo fue menguando. Ahora sí que estaba determinada a hablar con él. Aun fuera empapada o debajo de la mismísima lluvia. Antes de hacerlo decidí atarme los cordones de mis botas para no tropezarme. Justo en ese momento me percaté de que SUGA no se había fijado al cruzar y que un auto rojo se dirigía hacia él a toda prisa.
¡SUGA! – grité a todo pulmón mientras corría hacia él
Se giró en mi dirección al oír su nombre. Logré llegar hasta él y empujarlo bastante lejos. Solo que después... todo se puso en blanco.
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Amar en Secreto (SUGA y tu)
FanfictionEn ocasiones el amor puede llegar a ser todo un lío, y esta no será la excepción. En esta historia se verá evindenciado el más grande de los conflictos: ¿amor o amistad? Algunos se refugiarán en las mentiras y los secretos como su única opción y un...