Todo me salía mal, como si el universo intentara decirme alguna cosa de la peor manera que sabe hacer. Destruyéndome de la peor forma posible, conmigo misma. Durante toda mi vida, una oscuridad me perseguía abofeteándome con acciones negativas hacia mi persona. Solo esperaba el momento en que todo cambiara a mejor porque pocas veces me sentía auténticamente feliz. Y no dejaba de pensar que mi cuerpo absorbía toda la mala suerte que existía, haciéndome pagar por cosas insignificantes o haciéndole pagar a mis seres queridos.
Todo empezó años atrás, cuando aún era una simple adolescente. Ese dolor era una sensación... Algo tan fuerte que te hace ver las cosas con distinta perspectiva, que te hace ver la realidad como si esa no fuera la auténtica verdad y todo por algo que hice mal sin saberlo, algo que el universo había preparado para mí, que no sería nada bueno pero querría y con lo que tendría que vivir por siete años.
Esto tiene una explicación lógica y razonable por la que me quejo de mi existencia y estoy dispuesta a contarte todo lo ocurrido momento a momento, desde el comienzo. Porque no sé que es lo que me pasa en la cabeza, que los momentos felices nunca los recuerdo, pero los horribles se me clavan en lo más profundo de mi cerebro marcándome y cambiándome hasta el día de mi muerte.
Días antes de final de curso:
Tenía un trabajo de diez páginas en el portátil y por arte de magia desapareció, como si algo maligno hubiera entrado en mi ordenador para joderme un día más en mi vida.
Cada vez que intentaba entrar en la carpeta ponía una y otra vez ERROR y gracias a ello suspendí.
Después de haberme tomado dos tazas de café cuando no me gusta su sabor por más que le eche azúcar, tenía que estudiar para un examen que tenía a la mañana siguiente y luego tendría todo el fin de semana para estudiar el último examen del curso que sería el lunes. Y si el universo, el día de las notas no se acordaba del odio hacia mí, aprobaría y por fin podría volver a casa, a mi pueblo, donde he nacido, crecido y vivido hasta hace casi dos años atrás.En ese momento me encontraba en Boston, llevaba viviendo dos años ahí con mi madre Mary Jane Jennifer Hewitt, después de que se separaran papá y ella, él me pidió que me quedara, que no me fuera pero no pude hacerle caso, preferí seguir mis sentimientos y después de pasar un año con mamá me di cuenta que la culpa de tantas peleas fue suya, solo de ella, que era una adicta al trabajo y a las pastillas «recetas del doctor». Pero con cuatro personas en casa, Templeton, estaba tan distraída conmigo misma que no me di cuenta de la mujer que era y seguía siendo mi madre. Al darme cuenta supe que había fallado a las personas que más quiero en el mundo y el karma me lo estaba devolviendo por el abandono de mi propia familia.
La cosa es la siguiente... Si aprobaba el curso volvería a casa a terminar el instituto, esa fue la condición que puso mi madre. Por eso parecía un zombie con temblores en las manos de tanta cafeína que había tomado, pero eso a ella no le importaba y fue hace poco que me di cuenta. Siempre temiendo que yo me vuelva como ella.
Me senté en la cama con las piernas cruzadas, cerré los ojos y me puse a meditar como si la vida me fuera en ello. Tenía que despejar mi mente de todo para poder concentrarme en el estudio y la única opción que creía posible era hacer el tonto intentando hacer algo que en la vida había conseguido hacer y que sólo me daba sueño, dejar mi mente en blanco, aunque justo en ese momento no me era posible hacerlo con todo el café que contenía mi cuerpo.
La puerta de mi habitación chirriaba, así que la escuché abrirse lentamente, así me di cuenta que alguien entraba en silencio.
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Loca Por Ese Chico (Editando)
Подростковая литератураQue fácil pero aburrido habría sido terminar el instituto sin un chico al que adorar o tener que pasar el tiempo. Pero todo cambia cuando sientes algo inexplicable por aquella persona que siempre has odiado y es entonces cuando empiezas a vivir de v...