-No puedes impedir que te duela si quieres estar taan guapo-. Bromeé con Leonard mientras me encontraba sobre sus piernas y mantenía unas pinzas metálicas en mis manos para quitarle los pelos sobrantes de las cejas. Paré momentáneamente y le sonreí, le sirvió para cogerme de las muñecas y acercarme más a él así besé sus carnosos labios sintiéndose bastante bien. Su toque de piel con la mía me estremecía y siempre quería un poco más de él aunque no comprendía realmente lo que sentía.
Habían pasado los meses y el curso ya estaba llegando a su fin, Leonard me había ayudado a recuperarme y unos días antes decidí que podía haber algo más. Nos encontrábamos en la silla de mi habitación con las luces de la lámpara de mi mesa de estudio encendidas y alumbrando directamente al chico que estaba debajo mía. Me soltó las muñecas y colocó sus manos en mi barriga de seis meses.
-¿Enserio quieres que sea sorpresa?- Afirmé con la cabeza aún sonriéndole. -Tú odias tanta intriga-. Me confirmó, pero sentí que esta vez debía ser paciente y aguantar porque me esperaba un buen futuro y estaba feliz ¿O solo eran las hormonas?
-Lo sé, pero esto es distinto. Siento esperanza, amor y tranquilidad cuando escucho el latido de la pequeña.
-¿Pequeña?- Confuso arrugó su frente uniendo las cejas.
-Creo que es una niña, lo presiento. Pero igualmente no quiero confirmarlo hasta que nazca.
-Me parece perfecto-. Me cogió de las mejillas y plantó un beso sobre mis labios casi sin darme cuenta, de una manera dulce y delicada siguió dando cortos besos.
-Y a mí-. Sonreí en respuesta sin apartar nuestras bocas. Pasé mis brazos por el cuello de Leonard y nos volvimos a besar pero esta vez más continuado. Unos minutos después paramos de besarnos y me levanté extendiendo mi mano para que me la cogiera. -Ven, tenemos que ensayar-. Entrelazó sus dedos con los míos y puse en YouTube una canción lenta.
-Ya tengo ganas de que des a luz y podamos celebrar nuestro gran día-. Colocó su mano diestra en mi espalda mientras la otra seguía entrelazada con la mía diestra. Estábamos en posición y comenzamos a mover nuestros pies. Por un momento observé mi barriga en proceso de crecimiento y me acordé de Mérida ya que en un mes daría a luz a un niño que ya tenía nombre pero nos lo dirían al nacer porque ella quería que fuera sorpresa para todos.
Cassandra se apiadó de mí al enterarse de todo y empezó a venir una vez a la semana a mi casa para comprobar mi estado y el del bebé ya que sería su sobrinito biológico. Empezamos a llevarnos lo suficientemente bien como para ni querer estirarnos de los pelos, teníamos una relación bastante estable. Me ayudó tanto que le pedí que fuera la madrina del bebé y que le llevara hasta el altar con los anillos de boda y claramente Cassandra aceptó, le emocionó que pensara en ella que fue una de las decisiones que nos llevaría a una futura y presente amistad.
***
Mi triste realidad me invadió los pensamientos justo en el momento que rompí aguas.
Me encontraba buscando un libro en la biblioteca mientras hablaba por teléfono con Cassandra sobre Tommy, el bebé de Mérida que no llegaba a los dos meses. Estábamos a seis de septiembre, anochecía y en ese instante sentí mis piernas humedeciéndose a la vez que venía una contracción.-¡Ay, Dios! Corre a por mí-. Le pedí asustada mientras me ponía a caminar hacia la salida. El guardia me miró extraño por el chillido que di, pero al fijarse en mi estado corrió a mi lado prestándome su apoyo para caminar.
-¿Qué te ocurre? ¿Estás de parto?- Preguntó Cass asustada, tras responderle le ordené un poco cabreada que corriera con el coche hasta mi encuentro ya que ambas sabíamos que no podía nacer así como así. Mi único problema con el embarazo fue pensar en que tendría que dar a luz porque fui diagnosticada por las búsquedas de Google con Tocofobia, un intenso miedo al parto.
Tenía una cita programada para una cesárea, aunque me adelantaba bastante a esa fecha y eso me asustó demasiado.
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Loca Por Ese Chico (Editando)
Teen FictionQue fácil pero aburrido habría sido terminar el instituto sin un chico al que adorar o tener que pasar el tiempo. Pero todo cambia cuando sientes algo inexplicable por aquella persona que siempre has odiado y es entonces cuando empiezas a vivir de v...