Hubo unos días que Rainer desapareció de mi vida, pero al regresar venía con tanta fuerza que soñaba con él hasta despierta. Aunque mi corazón se sentía tan vivo con su recuerdo que al esfumarse dolía más que antes. Por eso ya debía dejar de pensar en él. Rainer Tate formaba parte de mi pasado. A tan solo dos meses. Pero no más.
No estaba preparada para volver, nunca lo había estado. La primera vez que me fui pensé que era lo mejor pero al instante me arrepentí. Esa segunda vez, después de todo lo sucedido, era necesario que desapareciera y eso hice. Aunque ahora me encontraba en un autobús volviendo al pueblo. Llevaba mi saco sobre las piernas, con mi iPod escuchando música con auriculares y con la cabeza apoyada en la ventana. Mis ojos estaban cerrados pero no dormía aunque fuera de noche porque mi mente no descansaba. Me sentía agotada mentalmente y un poco con sentimiento de añoranza.
Al fin, ya era de madrugada y todos en casa se encontraban durmiendo porque no les avisé que llegaba una semana con antelación, tiempo suficiente para descansar y preparar las cosas para el instituto.
Desperté tres horas después por la música que alguien había puesto en la habitación de invitados, no sabía quién había y no tenía muchas intenciones de averiguarlo.
Dispuesta a perder energía corporal, me puse ropa cómoda y zapatillas de deporte, me hice una coleta e hice unos cuantos estiramientos para salir a correr después de tomarme mis vitaminas. Pronto amanecería, así que era el momento perfecto, cuando más fresco hace en un día de verano.Mientras corría por las calles con subidas y bajadas, veía que todo seguía igual con pequeños cambios como electricidad renovable e instalaciones que gastan menos luz, nuevos bancos en otras zonas de descanso ideal y más plantas pero no me paré hasta que encontré un cartel enorme enganchado en las paredes del instituto:
"CONCURSO DE BAILE + REALITY = ESTE AÑO NOS SUPERAMOS"
Un programa de televisión hacía un concurso todos los años y ese año iba a ser distinto porque grabarían en mi instituto y en forma de reality y durante todo el curso, que es lo que iba a durar el concurso. Gente de otros institutos y ganadores anteriores se trasladarían al pueblo y harían sus clases y todo pagado por los del programa solo por tener más audiencia al haber gente de otros países y ciudades.
Después de enterarme más o menos de todo, me volví a poner los cascos y seguí corriendo media hora hasta que me cansé.De repente Rainer se volvió a colar en mis pensamientos como si ya formara parte de mí. Antes de que me marchara, por fin me dijo que me quería acompañado de un beso, pero fui tonta y no le dije nada, simplemente entré en el autobús y me marché como si no me doliera lo ocurrido o como si nada importara. Pero la verdad que ya todos conocían es que mi corazón siempre había pertenecido a él, desde el momento que nuestros corazones latieron al unísono cuando Rainer me llevó a casa el día de la primera fiesta tras mi regreso.
Seguramente en ese instante Rainer Tate me estaría odiando o ni siquiera se acordaría de mí, no estaba muy segura de ello. De lo que sí estaba segura es que lo seguía queriendo como el primer día y tenía miedo de que sus sentimientos hubieran cambiado.
Llegué a casa y se escuchaba la música hasta la puerta de entrada, entré y me encontré a mi hermano tapándose los oídos con sus manos.
-Dile a tu novio que pare la música-. Me suplicó casi a gritos caminando hacia la cocina. Me sorprendió que dijera eso, pero más aún que no se hubiera emocionado de mi regreso. Seguramente alguien del campamento les avisó.
«Rainer». Pensé rápidamente al comprender sus palabras.
Ilusionada subí corriendo las escaleras y sin llamar abrí la puerta... Pero no era él y la tristeza me inundó el cuerpo momentáneamente.
-¿Leonard?- Apagó la música y me miró sorprendido. No entendía que hacía ahí pero me emocionaba, extrañada de aproximé a él.
-¡Jen!- Gritó ilusionado. Corrió directo a mí y me abrazó, reaccioné inmediatamente y rodeé su cuerpo con mis brazos y mis piernas ya que salté encima suya. No comprendía que hacía en mi casa pero me alegraba. Tras unos segundos me bajé. -Tu madre se enteró que gané el concurso y me invitó a vivir aquí el curso entero-. Me contestó como si leyera mi mente.
Lo que más me sorprendía era que mi madre estaba haciendo pequeños cambios en su vida pero significativos, como ayudar a otra persona. Antes solo le permitía quedarse un par de horas en la casa de la ciudad y ahora viviría un año entero junto a mí.Al volver a mi habitación me quedé pensando un buen rato, me tumbé mirando el techo y hasta el momento seguía ahí.
En el pasado me había vuelto loca y descontrolada y tras pasar el verano fuera pude centrarme en mí misma y en cómo iba a afectar todo eso en mi regreso. De lo que estaba segura era que nada ni nadie seguiría igual, seguramente amistades del pasado ya no lo serían o al revés, pero lo que más me atemorizaba era en la idea de volver a ver a Tate. Ni mi mente podía nombrar su nombre ya que no quería recordarle a R***** ni al chico que también quería pero que me di cuenta que era un sentimiento más amistoso, O***. Mi corazón seguía dividido después de tanto tiempo y no comprendía porqué tenía que ser así, porque tenía que ser tan complicado querer a una sola persona y más a dos, no con la misma fuerza pero sí de la misma manera.
Así que había decidido centrarme en mí y olvidar esas personas que tanto quería en mi vida pero que iba a apartar por el bien propio y del resto que me rodeaba. Tuve suficiente tiempo para pensar en todo ya que en la academia nos hacían ejercitar el cuerpo pero también la mente y eso me ayudó a comprender mejor las cosas.Volver a Templeton no era como recordaba, la gente del pueblo habían cambiado más en unos meses que en dos años y existía esa posibilidad de que ya no me sintiera parte de ese lugar tan maravilloso ni de sus convivientes.
En esos momentos estaba insegura y con miedo a que pasara alguna locura como ocurrió con anterioridad, esta vez estaba dispuesta a no dejar que mis sentimientos interfirieran.
Ya me había marchado tantas veces del pueblo que lo sentía extraño, ya dudaba en si perteneciera aquí o a las personas o a nadie y eso me dolía más que nada porque no me sentía ni a mí misma.En la noche decidí volver a salir pero esa vez para dar un paseo y pensar con claridad y sin saber porqué me paré enfrente del campo de béisbol, como si mi cuerpo me hubiera arrastrado al lugar y allí mismo se encontraba él. Mi corazón se rompió en mil pedazos observando como uno de los dos amores de mi vida lloraba y a la vez golpeaba la pelota con furia, tanta que una llegó a pasar por mi lado. Por suerte había un árbol a mi lado y me escondí tras de él antes de que mi amor corriera hacia aquí. Coloqué una de mis manos en mi pecho y la otra tapando la boca para que no escuchara el sonido de mi respiración. Cuando cogió la pelota por un instante sintió una presencia ya que se dio la vuelta buscándome. Cuándo observé cómo volvía a su puesto me marché, no podía seguir destruyéndome a mí misma.
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Bueno, aquí estoy de regreso con la segunda parte de la historia, espero ir mejorando de a poco ya que no soy experta en estas cosas. Pero la práctica hace al maestro y en eso estoy yo.
Por cierto, siento la tardanza.
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Loca Por Ese Chico (Editando)
Teen FictionQue fácil pero aburrido habría sido terminar el instituto sin un chico al que adorar o tener que pasar el tiempo. Pero todo cambia cuando sientes algo inexplicable por aquella persona que siempre has odiado y es entonces cuando empiezas a vivir de v...