19 #Abril

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Me encontraba con Clary y Lilith en el comedor, mientras ellas hablaban yo mareaba el plato moviendo la comida con el tenedor. Con mi cabeza apoyada en mi mano y pensando en todo lo ocurrido últimamente desde que Rainer se pasó por casa de Owen. Todas nuestras peleas, nuestros reencuentros. No nos iba bien y ya hablamos de lo que haríamos si esto continuaba de la misma manera. Yo no quería perderle ni él a mí por eso seguimos intentándolo después de un mes pero al mismo tiempo no dejaba de pensar en cómo se sentiría Rainer. Después del día en que apareció Mérida se fue a un hotel a vivir, pero por mi desgracia se pasaba la mayoría del tiempo en casa. En lo que tampoco podía dejar de pensar era en que ese era el segundo intento de mantener una relación con un Tate y me hacía creer que no debía estar con ninguno de los dos.

Giré mi cuerpo y encontré a Rainer sentado con sus amigos dándome cuenta que estaba en el mismo estado que yo. Levantó la cabeza y su mirada se encontró con la mía pero no ocurrió nada más, solo miradas en la distancia con sentimientos de tristeza. Cassandra se sentó a mi lado interrumpiendo a todas y giré de nuevo para enfrentarme a ella, pero nadie estaba de humor para hacer eso.

—Mi hermano está hecho polvo desde que os separasteis, pensé que eso sería lo mejor para él, pero me he dado cuenta que no y tengo miedo de que se destruya.

—¿Tan mal está que tienes que rogarme que haga algo?— No la entendía, siempre tratándome mal y ahora quería que hiciera algo por ella, bueno, por su hermano.

—No, solo te estoy recordando el mal qué haces. Te lo digo porque sé que estás enamorada de él y harías lo que fuera por que estuviera bien—. Apoyó su mano en mi hombro.

—Pero estoy con su primo—. Se levantó y esta vez cabreada.

—Y eso le destruye más, al verte con alguien de su misma sangre... Es algo... Imperdonable—. Me miró de arriba a bajo, no entendía como dos personas podían gustar de mí. La verdad que yo tampoco, era una persona terrible que lo único que conseguía hacer era daño a la gente. Les hacía sufrir hasta el punto de destrucción.

Llegué a casa y Mérida y Owen se la estaban pasando en grande, los dos riendo, contándose anécdotas, hablando del pasado, uno que aún no había llegado a su fin y al fin lo entendí.
Fui directa a la habitación y saqué una de mis maletas, ya estaba decidida a marcharme y volver a casa.

—¿Qué haces?— Preguntó Owen cerrando la puerta para que su ex no nos escuchara, me miraba asustado y preocupado.

—Veo que puedes tener un buen futuro con ella, así que...— Cogí aire lentamente y luego lo solté fuerte para continuar hablando, sabía que eso me iba a doler. —Creo que es mejor que me vaya, que vuelva a casa porque realmente esto no tiene sentido—. No dijo absolutamente nada, se quedó pensando sin apartar la mirada de mí, lo que hice fue seguir recogiendo mis cosas.

—Puede que tengas razón—. Sonreí aceptando todo eso, sabiendo que era el final. Nos apresuramos en todo y todo nos lo devolvió de golpe.

***

Llegué a casa con Owen que se ofreció a traerme todo a casa.

—Lo siento—. Dijimos al unísono. Estábamos en la acera justo al lado del coche, todas mis cosas estaban en el suelo y él apoyado en su coche. Retiré con mis dedos una lágrima que se me escapaba y él me abrazó. Entonces mis lágrimas cayeron con mis sollozos.

—Y tener que separarnos para estar bien...— Me separé de él apartando mis lágrimas del todo.

—La vida es injusta ¿No crees?— Me interrumpió. Negué con la cabeza después de separarnos.

—El karma—. Me acompañó y dejamos las cosas en casa, cerca de la entrada. Me cogió de la mano y miré nuestras manos. —Te quiero.

—Yo también—. Después de la despedida se marchó con el coche y apareció Ronald. Al verme se sorprendió y luego se cabreó pero cuando me vio más de cerca se preocupó y me abrazó.

Loca Por Ese Chico (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora