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Sábado.

-Lau. Lau. Lauuu. Lolo. Lo. LAUREN.

Lauren gritó al ser despertada por otro grito, saltó de la cama y cayó al suelo con las cobijas enredadas en sus piernas y parte del torso mientras escuchaba la risa de su hermano.

-Joder, Chris. -se apoyó en sus codos para poder levantar un poco su cabeza y ver a Chris de mala gana. -¿Qué coño te pasa?

-Deja de quejarte y baja a desayunar, anda. -salió de la habitación cerrando la puerta.

La pelinegra bufó, como pudo escapó de sus cobijas y salió de su habitación. Se sorprendió al percibir el olor a huevo, tocino, café y waffles mientras bajaba las escaleras. El olor de un buen desayuno hecho en casa.

Al llegar a la cocina no pudo evitar sonreír frente a la escena que presenciaba. Taylor jugaba con un par de cucharas mientras Clara le daba cereal, Chris se metía grandes bocados de waffles con miel a la boca y Mike simplemente tomaba café recargado en la encimera.

-Buenos días. -saludó Lauren sentándose a un lado de Chris. Su madre puso un plato con huevos revueltos y un par de tiras de tocino frente a ella.

-¿Cómo dormiste? -preguntó Clara, Lauren miró su plato casi ofendida y después miró a su madre.

-Bien pero yo quería waffles, como los de él. -se quejó señalando el plato de Chris.

-Terminate eso y tendrás los waffles que quieras. -respondió Clara regresando su atención a Taylor.

Lauren hizo una mueca pero después su sonrisa regresó.

Había extrañado esto. Los cinco desayunando en familia, comiendo comida de verdad mientras charlaban y reían. No se había percatado de la falta que me hacia su madre hasta ahora que la veía limpiarle la cara llena de comida a Taylor y regañando a Chris por hablar con la boca llena. Decir que estaba feliz era poco, su mal humor de toda la semana se había desvanecido por tener a su madre devuelta pero claro, los momentos felices siempre son interrumpidos por alguien. Dinah.

-¡Buenos días! -gritó entrando a la cocina con una gran sonrisa y los brazos en alto. Se quedó petrificada al ver a Clara. Mike, quién le había abierto la puerta, le dió un golpe en el hombro y al instante la rubia corrió a abrazar a la mujer-. ¡Clara! Creí que nunca regresarías. -la abrazó tan fuerte que la madre de Lauren tuvo que suplicar para que la soltase pero con una sonrisa. -Lauren ha estado todo el tiempo con esa cara de orto tan característica de ella. -se quejó a lo que Clara rió.

-Estoy aquí. -anunció Lauren levantando su mano. Dinah pareció haber recordado algo así que se acercó a su amiga.

-Oh cierto, tengo algo que contarte. -la tomó del brazo y la jaló saliendo de la cocina hacia las escaleras. Ambas escucharon la risa de la familia Jauregui.

-¡Dinah! Aún no termino de desayunar. -se quejó la pelinegra pero Dinah terminó ignorandola hasta que llegaron a la habitación de Lauren y Dinah la lanzara en la cama viéndola fijamente. -Parece que vas a violarme. -hizo una mueca.

-A que no sabes a quién encontré en Facebook. -dijo la rubia sonriendo y volviendo a ignorar el comentario de su amiga.

-¿A Donald Trump? -Lauren alzó las cejas.

-No, idiota. -le dió un golpe en el hombro.

-¿Entonces? Odio las adivinanzas. -volvió a quejarse sobando su hombro con una mueca.

-Camila. -dijo sonriendo. No era una sonrisa feliz, era una sonrisa que daba miedo.

-Joder Dinah, eres una maldita acosadora. -se dejó caer de espaldas en la cama y al instante sintió un cuerpo encima de ella. -Quítate.

-¿No puedes alegrarte un poco por mí? -preguntó la más alta con un puchero.

-No puedo alegrarme si me estás aplastando las costillas, ahora quítate de encima. -ordenó. Dinah se hizo a un lado quedando sentada en la cama y Lauren se levantó parándose frente a la puerta viéndola de brazos cruzados.

-Venga, Lau, -se levantó y caminó hacia ella poniendo sus manos en los hombros de la pelinegra, viendo sus ojos fijamente. -¿qué te pasa últimamente? En toda la semana has estado actuando raro, como si algo te molestase. -Lauren frunció el ceño.

-No es nada, tal vez es por la primera semana de clases y no estuve con mi madre. -murmuró apartando la mirada.

-¿Segura? -cuestionó Dinah una vez más.

-Sí... No... No sé. -suspiró.

Me enamoré de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora