Capítulo final

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Las manos de Camila empezaron a sudar y sentía su cuerpo muy inestable mientras iba a juntarse con Ally y Víctor. Nick y Lauren se habían ido algo lejos de ellos y eso lo agradecía aunque había notado la mirada que le dió Lauren antes de irse junto a su novio.

-¿Nerviosa? -preguntó Ally tomándole las manos y sacándola de sus pensamientos. Camila asintió cerrando los ojos.

-¿Del uno al diez? -preguntó esta vez Víctor. Camila abrió los ojos pensando un momento.

-Cien. -respondió haciendo reír al rubio.

-Todo va a salir estupendo, Mila. Nick y tú cantan muy bien y estoy segura que está noche van a acabar con todos los demás. -sonrió Ally tranquilizando a Camila. Bien dicen que cada persona tiene un don y Camila creía que el don de Ally era tranquilizar a las personas con su sonrisa.

-Eso espero. -murmuró.

Ally y Víctor empezaron a platicar entre ellos dejando a Camila sola con sus pensamientos. Estaba muy nerviosa y tenía miedo de tener un ataque de ansiedad o desmayarse y tener que ir de nuevo al hospital. Sentía sus piernas temblar y su estómago daba vueltas dándole náuseas.

-Hola. -dió un pequeño brinquito al sentir una mano en su hombro. Se giró y sonrió al ver a Sandra.

-Hey, hola. -dijo Camila sintiendo los nervios disminuir.

-Preguntaría si estás nerviosa pero la respuesta es obvia. -ambas rieron. -¿Puedo hablar contigo?

-Claro, vamos a un salón si quieres. -Sandra asintió caminando hacia el primer salón abierto que encontró mientras Camila la seguía. Camila se confundió un poco cuando al entrar Sandra cerró la puerta pero no dijo nada.

-Aún no creo que te vayas a parar frente a no sé cuántas personas a cantar. -dijo Sandra sentándose en un pupitre. Camila rió copiando su acción y sentándose a su lado.

-Créeme que yo tampoco. -murmuró jugando con sus manos. -¿De qué quieres hablar? -Sandra suspiró. Era ahora o nunca.

-Me enteré que te vas a ir a México. -Camila la vió a los ojos pidiéndole perdón con la mirada.

-Perdón por no decirte nada, estuve tan distraída estos días y... -Sandra la interrumpió sonriendo levemente.

-No te disculpes, sé cómo te has sentido. -Camila la vió sorprendida. -He hablado con Ally y ella me dijo todo sobre Nick... y Lauren. -el nombre de la pelinegra lo pronunció con molestia confundiendo aún más a Camila. -Mira Cami, quiero hablar contigo sobre lo que pasó hace tiempo entre nosotras. Cuando... cuando dejé de hablarte. -el cuerpo de Camila se tensó e hizo el intento de levantarse pero Sandra tomó su mano y la detuvo. -No te vayas, por favor escúchame. -le pidió.

-No hay nada de qué hablar, Sandra. -negó Camila viéndola a los ojos. Las orbes marrones de Camila reflejaban dolor, mucho dolor. -Eso quedó en el pasado y no quiero recordarlo. -dijo con la voz temblorosa.

-No Camila, no quedó en el pasado porque no lo hablamos bien. Necesito que me escuches, te diré toda la verdad y después de eso tú decidirás si en verdad quieres que sigamos siendo amigas o ya no. -dijo firmemente. Camila dudó pero al final volvió a sentarse para escuchar a Sandra quién con un suspiro empezó a hablar. -Iré directo al grano, ¿bien? -Camila asintió. -Te dejé de hablar porque había algo en mi que hacía sentir que estaba mal. Que yo no debía sentirme así. Desde que tengo memoria mi familia me ha dicho que la familia solo puede estar formada por un padre y una madre. Yo nunca entendí por qué pero en mi mente tenía esa frase siempre. Yo... viví mucho tiempo escondida, guardando todo lo que sentía o pensaba porque si hacía algo que no debía, me regañaban. Tú sabes que yo no soy nada femenina. No me gustan los vestidos, las muñecas o el color rosa. Amo los jeans, las sudaderas y jugar videojuegos. Toda mi vida tuve que fingir algo que no era porque lo creía malo. Me obligaban a usar ropa "femenina" y portarme como una "señorita" cuando lo único que quería era jugar en el lodo con mis primos. Pero no podía. -los ojos de Sandra empezaban a llenarse de lágrimas. -No podía porque terminaban golpeándome si desobedecía. Yo veía mal que una mujer esté con otra mujer o un hombre con un hombre porque así me criaron. Pero ahora soy capaz de decir que eso no es verdad. Que todo tipo de amor está bien porque es eso, amor. -tomó las manos de Camila y entrelazó sus dedos. La morena se mantenía callada, escuchándola atentamente. -Ahora soy lo suficientemente valiente para aceptarme como soy y decir lo que siento. -llenó sus pulmones de aire y viendo fijamente a los ojos de Camila soltó lo que tenía atrapado en su pecho desde hace mucho tiempo. -Me gustas, Camila. -los ojos de Camila se abrieron sorprendidos ante la noticia. -Me gustas desde hace más de dos años. Por eso dejé de hablarte, porque tenía miedo de lo que estaba sintiendo. -ambas empezaron a llorar. -Tenía miedo de estar defraudando a mi familia por amar de manera diferente. Me llegué a enamorar de ti pero nunca lo acepté hasta... hasta que no aguanté. -bajó la mirada soltando las manos de Camila y jugando con el borde de su sudadera. -La semana pasada se lo dije a mi madre. Le dije que estaba enamorada de una chica. Sabía que lo iba a tomar mal, que iba a correrme de la casa a gritos. -rió amargamente. -Pero nunca creí que iba a ser tan malo. -se levantó de la silla y se quitó su sudadera junto su playera.

Me enamoré de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora