El envenenador se puso en pie con molestia.
-No me caes bien, Bloody eres arrogante y piensas que todo el mundo debe estar a tus pies. Te equivocas conmigo si piensas que voy a ir detrás de ti como un perrito faldero. Solo obedezco las órdenes de un criminal y ese no eres tú-
-Pues de ahora en adelante lo seré- bufó el albino agarrándolo de la camisa – a no ser que prefieras morir aquí y ahora-
Poison frunció el ceño y apretó la mandíbula enfadado. Siempre había detestado a Bloody Moon, odiaba la arrogancia, odiaba a la gente que por ser más fuerte pensaban que nadie podría derrotarlos, odiaba a la gente que actuaba por impulso... y por desgracia, Bloody cumplía con todas esas características que crispaban los nervios del envenenador. Lo que más detestaba de Moon era que jamás había sabido valorar las virtudes de los demás, era por ello que Poison no solo consideraba a Bloody como un auténtico imbécil, sino como un sobrevalorado sicario que solo sabía realizar bien su trabajo sin considerar que de los demás también supieran hacer el suyo correctamente.
Alguien así no debería de ser el ídolo de tantos criminales, alguien así si quiera debería ser admirado por matar.
-Solo obedeceré a Sombra, tendrás que matarme- sentenció el envenenador.
Bloody mostró una sonrisa y le enseñó los últimos mensajes de Sombra, Poison lo miró perplejo, ¿Sombra trabajando con Bloody Moon? ¿Qué se traían entre manos?
-¿Esto era algún tipo de prueba de lealtad?-
-No tengo ni idea, pero te vienes conmigo-
Bloody lo agarró del brazo y lo llevó con los demás, que comenzaban a despertar.
-¿Qué hace él aquí?- preguntó con molestia Sexkiller
-Vamos, vamos ¿acaso me guardáis rencor con lo amable que he sido?- preguntó Poison mostrando una amplia sonrisa.
-Yo solo diré que...- antes de que Sexkiller pudiera terminar de hablar, metió la cabeza entre unos matorrales y vomitó.
Bloody lo miró asqueado mientras Poison solo miraba la escena divertido.
-No parece haberte sentado bien mi gas ¿me equivoco, zorra?- se burló el de cabellos verdosos mostrando una maliciosa sonrisa.
-Lo mataré, lo juro- se dijo Sexkiller antes de continuar vomitando.
Bloody se acercó con lentitud a Coco, que seguía temblando, alejado de los demás. Con sumo cuidado y lentitud, Moon acarició el brazo del pequeño secuestrador para no asustarlo más de lo que ya estaba. Al principio, Coco se apartó levemente, pero cuando la fría mirada de ojos rojizos de Bloody se clavó en sus ojos oscuros, casi negros, se relajó, permitiéndole al sicario acariciar su temblorosa y sensible piel.
-Era solo un efecto del gas... Nadie te ha tocado- susurró Bloody
-Pero estaban todos ahí... agarrándome...-
Coco respiró intranquilamente sintiendo como la piel se le erizaba con el simple susurro del viento. Bloody lo abrazó con fuerza, y cuando lo hizo, Coco sintió como sus fuertes brazos lo reconfortaban y lo protegían de todo.
-Pensé... que no me sacarías de allí- susurró Coco
-Pero lo hice ¿verdad?- susurró Bloody tarareándole una bonita nana al oído.
-¿Cómo lo hiciste?- preguntó Coco más tranquilo y lleno de curiosidad.
-Pues verás, es que soy muy bueno en lo que hago- respondió Bloody obviando la parte de Sombra, Coco no tenía porque enterarse.
ESTÁS LEYENDO
El Plan Perfecto
RandomLa venganza se sirve bien fría, tras casi diez años planeandolo, por fin, el mayor criminal ha conseguido idear el plan perfecto. Para ello debe juntar al top diez de los peores criminales, haciendose responsable de los sentimientos que entre ellos...