Oportunidad Final

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Ambos jóvenes habían acabado en una cafetería. La pequeña niña jugaba en la zona infantil con otros pequeños.
Sin embargo, entre los dos adultos había surgido un incómodo silencio en el que ninguno sabía exactamente que decir.

-Te agradezco... Todo lo que hiciste por mi padre--susurró finalmente la joven - de no ser por ti, su vida hubiera finalizado mucho antes de lo que terminó--

Sombra negó con la cabeza dándole un sorbo a su taza de café y suspiró.

-Fue tu padre el que hizo muchas cosas por mi. Me salvó la vida... Era un gran hombre que me enseñó lo que era la humanidad pese a ser un gran criminal-- aseguró Sombra.

Los dos volvieron a quedarse en silencio. Navegando entre océanos de recuerdos y mares de nostalgias.

-Te quería como a un hijo ¿lo sabías? - preguntó ella - cuando mi hermano murió... Y después de lo que me hicieron a mí... Mi padre se centró en su venganza. Pero al verte a ti, con el mismo odio que él y tu sed de justicia entró en razón...- explicó ella- el ojo por ojo no siempre es la única salida--

-yo voy a cumplir lo que tu padre quería, Sandra--dijo Arthur mirándola a los ojos - voy a vengarme por todo el dolor que nos han causado--

-Arthur no lo hagas... El dolor forma parte de esta vida-- dijo ella- mira a mi hija... Ha perdido a su padre y no ha sido culpa de nadie-

-eso no es comparable Sandra--sentenció frunciendo el ceño el de ojos azules-- se llevaron a los niños, asesinaron a las familias, experimentaron con ellos para convertirlos en máquinas de matar o en trabajadores forzados. Alguien tiene que hacer justicia. Y voy a ser yo- dijo poniéndose en pie dispuesto a irse.

-¿Donde está la humanidad que te quedaba Arthur?- preguntó la chica antes de que se marchara.

-La perdí cuando vi morir, a mi padre, a Luck y a tu padre ante mis ojos... Cuando vi como me arrebataban a mi hermano sin poder hacer nada por evitarlo y cuando no era capaz de salvar a mí mejor amigo--habló Sombra con dolor - yo solo quiero que se haga justicia. No me importa ir al mismísimo infierno si con ello puedo arrastrar a esa desdichada de Amanda y a su detestable hijo. Ten por seguro que curaré todo el daño causado--

Sandra no pudo hacer otra cosa que desearle suerte a aquel joven de ojos azul que tanto lo había cautivado en su infancia y que de nuevo la cautivaba en su adultez. Arthur Conan era una bonita muestra del mundo de la esperanza y constancia. Tal vez sus decisiones no fueran las más acertadas pero ¿quien iba a juzgarlo? ¿Ella, que también deseaba ver muerta a Amanda desde hacía ya muchos años?
En el fondo de su alma tenía los mismos deseos que Sombra, la diferencia estaba en que Arthur estaba dispuesto a hacerlos realidad.

El de ojos azules no sabía como Virus se tomaría su repentina desaparición durante un día entero. Se había ido angustiado y sin ser capaz de cruzar dos mínimas palabras con el rubio.

Se parecía tanto a Luck pero eran tan diferentes... Le dolía demasiado compararlos pero a la vez no podía evitar hacerlo. No podía evitar querer ver la mirada de ojos miel de Luck en la verde oliva de Virus. No podía evitar buscar aquella frialdad con la que Luck siempre lo trataba al encontrarse con el calor de Virus. Y no podía evitar soñar con los deseos que Luck y él compartían al conocer los sueños de Virus.

Eran muy diferentes pero si en algo se parecían los dos hermanos eran en las reprimendas y en las riñas que siempre tenía Sombra que aguantar.

Sombra era un alma libre, sin ataduras, dispuesto a llevarse por delante a todo aquel que pusiera en riesgo sus ansias de vivir. Nadie era capaz de hacerle frente, ya que pese a que muchos, como Bloody, Gun, incluso su propio hermano, lo habían retado, pero al tan sólo contemplar la sangrienta mirada de Arhtur hambrienta de odio y alimentado por el rencor de años años los hacía vacilar.

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