3. Déjà vu

4.3K 656 139
                                    

—¡Seok! Cuidado.—KyungSoo puso el pie para impulsar su cuerpo en dirección a su amigo y empujarlo al otro lado. Pero el tiempo no estuvo a su favor, el camión los atrapó a los dos.

—Oh vaya, que tragedia.—el demonio vio la situación y negó con la cabeza ligeramente— Al menos ya no tendré que ocuparme de matarlo.

El conductor escapó. Kai se acercó lentamente, el chico tenía la mirada puesta en el cielo mientras su amigo se encontraba tirado boca abajo en el suelo, ensangrentado y perdiendo pulso. Sus ojos se encontraron, cómo si fuese una apuñalada al corazón Kai se retorció, luchaba consigo mismo para abandonar estos sentimientos tan fuertes que experimentaba, pero era inútil, una lágrima resbaló de su mejilla.

A lo mejor, si él hubiera hecho algo, ninguno de los dos estuviera muerto. Una repentinamente brisa lo obligó a cerrar los ojos con fuerza.

—Oh, amo está canción.

Los abrió asustado al escuchar esa frase, era YoungSeok, miró del lado donde venía el camión acelerado y de frente que KyungSoo corría como si su vida dependiera de esos segundos, sabía lo que tenía que hacer. Caminó con paso firme y recto donde el idiota, lo tomó del cuello y lo jaló hacia atrás haciendo que esté cayera de espalda.Cinco segundos más y el camión lo hubiera aplastado por completo. KyungSoo estaba al otro lado de la calle, sorprendido por los reflejos de Kai. Aunque este ni siquiera podía explicar cómo la situación se había repetido dos veces, tomó el crédito por salvar el asqueroso trasero de ese chico.

—¿Te encuentras bien?

Su amigo parecía estar en shock, asustado de lo que pudo haber sido sus últimos segundos de vida.

—De nada.—dijo con sarcasmo, KyungSoo volteó su cuerpo en su dirección.

—Gracias. Seok tuvo la suerte de que estuvieras cerca de él, fuiste como su ángel guardián.

—Un momento ojos de huevo, deberías agradecerme, no ofenderme.

Kyungsoo sonrió a pesar de ese horrible apodo.—Gracias.

YoungSeok, se puso de pie, y abrazó a Kai. —Me has salvado la vida. Gracias.

—Si tanto me quieren agradecer. ¿Qué tal si me dejan invitarlos mañana a una fiesta privada en mi casa?

—Sí, iremos. —contestó de inmediato. Kai sonrió y asintió, ya teniendo la seguridad de que KyungSoo iría a su casa debería empezar a planear la forma en que lo seduciría

—¿A qué hora empieza?

—Algo temprano, como a las nueve de la noche. ¿Les parece?—respondió tomando un cigarrillo de su bolsillo, y lo encendió.

—¿Termina?

—Hasta el siguiente día.—el demonio soltó el humo de una forma sensual y sonrió apuntando hacia KyungSoo— Para ti, la fiesta termina hasta que yo diga. Hasta entonces.

Con esta espectacular frase, se dio la vuelta y se fue, dejando a los dos jóvenes con muchas dudas y a uno con el corazón palpitando con rapidez.
Su mente comenzó a divagar entre varios pensamientos. ¿Cómo es que la situación se repitió? YoungSeok y KyungSoo habían muerto o al menos es lo que el rey demonio presenció, simplemente no lo sabía y le empezaba a molestar no tener las respuestas que necesitaba. Pensó en ir directamente dónde ChanYeol para preguntar, pero primero tenía que diseñar su plan de seducción y, asesinato. De las dos formas sentiría placer, así que todos saldrían ganando.

El rey de la lujuria. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora