El rey de la lujuria.

Origen.

Hace menos de dos siglos, existía una guerra entre ambos bandos.
El cielo y el infierno mantenían un pacto, los demonios se mantenían alejados de los humanos sin dañarlos directamente, podrían provocarlos, podrían hacerlos caer en tentaciones, pero jamás, jamás, involucrarse con ellos.

Pero como se sabe, no todos siguen al pie de la letra las órdenes.
Hyun Joong y Woo Bin, eran los mejores amigos, solo una cosa podía separarlos de ser hermanos; uno era un árcangel de gran posición, y el otro era un poderoso rey del infierno. Gracias a la alianza que ellos dos crearon, la guerra que reinó durante siglos entre ambos mundos quedó disuelta. Se pensó que la paz duraría siglos, miles de años, pero cometieron un error, y se involucraron en la vida de un ser humano.

Se enamoraron al mismo tiempo y de la misma mujer.

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Ella era preciosa, su sonrisa, sus ojos, sus manos, su forma de colocar los mechones sueltos del cabello detrás de su oreja.
Hyun Joong y Woo Bin, cayeron completamente enamorados de ella al conocerla. Poco a poco ambos se acercaron, ni uno ni el otro eran conscientes de que ella salía con ambos, ni que ella tenía un hijo con un panadero a unas calles de dónde trabajaba, con esa dulce apariencia nadie lo hubiera esperado. ¿Quién la culparía de querer tener a dos atractivos hombres a sus pies?

Pasaron los días, los meses, y finalmente al séptimo mes de estar con el árcangel y el demonio, la chica quedó embarazada otra vez. El padre del primer hijo sabía que de ese embarazo el fruto no era suyo, habían tenido mucho tiempo separados como para que lo fuese, la curiosidad lo comía vivo por saber quién era el verdadero padre del bebé.

En este caso, casi imposible pero cierto, no había solo un padre, habían dos.
Muy tarde los ángeles del cielo e infierno se dieron cuenta de la enredada situación, y lo peligrosa que se volvería.
Woo Bin y Hyun Joong se declararon enemigos por la traición de amar a la misma mujer, a pesar de que ella los había engañado, y de compartir un hijo que llegaría a salvar o destruir, ya que los poderes de ambos mundos estaban dentro de él.

—Cuando sea el tiempo indicado, volveré por nuestro hijo.

Ambos dijeron lo mismo en diferentes ocasiones. La chica un tiempo después entendió en el gran problema que se había metido, pero ya era demasiado tarde para enmendar las cosas. Un par de años pasaron cuando la chica y el padre de su primer hijo volvieron a estar juntos, el hombre jamás preguntó por el padre del pequeño aunque la duda pasaba por su cabeza día tras día. Los años seguían pasando, o al menos así se esperaba. Al cumplir el pequeño siete años el hombre finalmente supo la verdad, por un tonto impulso de temor y estupidez, con su mujer dormida en el asiento del copiloto, su hijo y el pequeño dormidos atrás, aprovechó la situación y maniobró directamente al camión que venía frente a ellos, quería tener un accidente para que todos muriesen ese día.

El camión intentó esquivar el auto que venía acelerando pero no pudo hacerlo por completo, el impacto fue tan fuerte que el camión dio vueltas y el señor salió volando atravesando el parabrisas. Los que iban en el auto no tuvieron mayor suerte, él logró morir rápidamente, pero su esposa e hijos agonizaban de dolor. Unos pasos se escuchaban cerca, Ji Soo podía escucharlos. El sonido de los vidrios siendo pisoteados era muy claro, alguien podía ayudarle, podía salvar a sus hijos. Con la poca fuerza que le quedaba dentro, tomó aire y gritó.

—A-ayuda.

Los pasos se acercaban lento, pero lo hacían, Ji Soo sentía apagarse, una figura se acercó al auto que estaba completamente destruido de la parte delantera. Ji Soo se encontró con los ojos de la persona en la oscuridad, era una mirada que jamás olvidaría.