6. Yuanfen

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—¿Disfrutas de la vista?—Kai conducía a una gran velocidad, el pelo se le alborotaba de lado a lado; y aún así se veía jodidamente bien. KyungSoo retiró la vista del paisaje para darle un gesto de aprobación, pero al ver que esté prestaba más atención a la carretera decidió romper el hielo.

—¿A dónde vamos?

—Es un lugar especial, para que disfrutes esta noche.

—¿El qué voy a disfrutar?

—De mí por supuesto.

KyungSoo se atoró con su propia saliva.

—¿Es broma verdad?

Kai nunca bromeaba, de hecho ni siquiera estaba concentrado en la carretera. Su mente ya empezaba a producir miles de ideas sobre las diferentes torturas que podría hacerle a esa inmaculada piel.

—No me has contestado.

—No me has preguntado nada en específico.

—Quiero que seas sincero conmigo, señor Kai.

Kai bufó. —Solo dime Kai, y desde ya quitemos las formalidades no quiero escuchar que grites "señor Kai", sería demasiado raro.

—¿Por qué debería gritar señor Kai?—ambos quedaron en silencio, y un bombillo de luz encendió en la cabeza de KyungSoo, se cruzó de brazos y lo miró molesto—. No pienses eso.

—¿Qué piense que? Estoy hablando de los vídeojuegos que tengo en casa, vas a disfrutar de mi compañía y vas a gritar mi nombre cuando pierdas todas las partidas. —el chico apretó sus labios, quería darse un golpe en la frente por haber mal pensando en las intenciones del hombre— No me digas que pensabas en otra forma de entretenimiento, no me molestaría para nada siendo sincero.

Guardó silencio y frenó de golpe.
Kai es el rey de la lujuria y al parecer también del dramatismo. Por supuesto que lo llevaría a la cama, pero amaba ver la inocencia del muchacho, eso lo encendía aun más, se sentía más que listo al ver las mejillas sonrojadas de KyungSoo.

Deberían estar aún más rojas cuando se enteré de lo que tiene planeado hacer con él. —Eres un chico muy tierno, pero no eres mi tipo.

KyungSoo quería que literalmente lo tragara la tierra. Se sentía muy apenado, se encogió en el asiento y decidió no hablar más hasta llegar a donde sea que Kai lo llevará.

Se desviaron en un camino que se salía por completo de la carretera, habían más árboles, más flores y pasto por ambos lados, incluso el aire parecía ser más puro. KyungSoo inhaló profundo, llenando sus pulmones de ese aire tan celestial que no podría sentir en la ciudad.

Al poner su mano derecha de nuevo en el asiento, la rozó por pura casualidad con la mano de Kai, la quitó al sentir el tacto, él lo notó. Sin dar explicación alguna, Kai lo tomó de la mano.

—Sé que quieres lo mismo que yo, aunque al parecer ambos intentamos negarlo lo más que podemos.

KyungSoo no tenía la menor idea de lo que eso significaría en lo que resta de su tiempo junto a Kai, pero él tenía razón había algo que lo hacía sentir apegado a él. Sus manos se mantenían entrelazadas, entonces se sintió obligado a decirlo, no quería parecer un loco frente a Kai, pero debía intentarlo.

Quería explicar o al menos hacer un vago intento, sobre los sentimientos que le producía estar tan cerca de él, es como un deja vú.

—Llegamos.

La casa era preciosa. No era ni por lejos comparada con la casa donde había sido la fiesta semanas atrás, esta era más cómoda, más tranquila, más acogedora. Pequeña hecha de madera y sus decoraciones parecían haber sido talladas a mano. El viaje había sido largo pero definitivamente había valido la pena, más al darse cuenta cuando bajó del auto de la hermosa vista que tenía de la ciudad.

El rey de la lujuria. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora