11. Hyun Joong.

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Jeung lo abrazó con fuerza, su barbilla se apoyaba en la cabeza del más pequeño, suspiró aliviado.

—Bienvenido pollo con alas.

La mirada de Jeung se encontró con la de Kai, no traía camisa, su pelo estaba alborotado, y sus partes íntimas estaban cubiertas solo por una ligera toalla enrollada a su cintura.

—Ustedes dos...

—Te he extrañado muchísimo—KyungSoo intentó distraerlo dándole otro fuerte abrazo— ¿Donde habías ido?

—Lejos—respondió cortante, lo hizo a un lado y entró al departamento— ¿Qué haces aquí, vestido de esa forma?

—Creo que ya sabes la respuesta, pero al parecer quieres que yo mismo te la confirme y así será, él y yo...

—¿Qué haces aquí?

Jeung suspiró profundo, no había necesidad de que Kai terminara la frase, era más que obvio. Pero no tenía sentido, se suponía que KyungSoo estaba destinado para él. ¿Qué había sucedido con los sellos y sus tatuajes?

Por el momento dejaría las cosas así, habían noticias peores, Jeung sacó de su bolsillo el celular roto que había encontrado en la acera, en las puertas de entrada del edificio y se lo mostró a KyungSoo. —Tengo malas noticias.

—Eso es de... —Jeung asintió.

—Es solamente un celular roto.

—¿Solo un celular roto?—lo miró mal y entregó el celular en manos de KyungSoo— Él me llamó, muchas veces, cuando le respondí escuché un ruido insoportable del otro lado de la línea, como gritos pidiendo auxilio.

KyungSoo tenía lágrimas en sus ojos. Esto era su culpa, si no hubiese abandonado el departamento nada de esto estaría pasando. —¿Hace cuanto fue eso?

—Unos diez o quince minutos.

—Gracias por venir.

Otra vez KyungSoo le dio un abrazo a Jeung, escondiendo su cara entre el exquisito perfume que traía en el pecho. La sangre de Kai hervía de los celos, Jeung sonrió de lado de forma retante. Sus manos fueron directo a la cintura de KyungSoo, sus dedos casi rozando su trasero, Kai se cruzó de brazos, después de unos segundos así Jeung lo soltó para mirarlo de frente.

—Llamé a BaekHyun y él está buscando ayuda con sus contactos. Pronto tendremos noticias de él, no te preocupes.

—Gracias.

El brillo de la piedra fue captado por los ojos de Jeung.

—Lindo collar—lo tomó entre sus dedos, y rozó con suavidad la piedra— No te lo quites nunca,

KyungSoo asintió y Kai retenía sus ganas de matar a ese idiota engreído, tal como lo había prometido anteriormente, cualquier persona que intentase separarlo de KyungSoo, estaba destinada a morir.

[...]

Sus ojos se abrían con lentitud mientras su torso al desnudo dejaba visibles muchas pequeñas cicatrices de las cuales cada una tenía su propia historia a contar, —BaekHyun las había bautizado a cada una con sus labios— ayer ambos se encontraron por casualidad en el cruce de una avenida cercana, BaekHyun vio en él una mirada que le puso la piel de gallina.

Normalmente sus ojos eran color café, llegaban a tornarse en ocasiones amarillos o incluso verdes, pero jamás el color rojo intenso. ChanYeol estaba temblando con las palmas de sus manos heladas y una mirada combinada entre odio y pasión. Llego a pensar que tal vez era solamente el cierre de algún ciclo demoniaco o un pacto; y de ser así lo mejor era dejarlo ir para terminar el trabajo.

El rey de la lujuria. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora