14. Hola, hermano.

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—¿Amada?—se acercó a ella rápidamente y la bruja sonrió de lado negando con la cabeza,  Kai frunció el entrecejo y negó con la cabeza sin despegar la vista de ella— ¿Cómo que no eres Amada?

—Bueno tienes razón, este bonito cuerpo sí es de Amada, pero por el momento ella no está disponible.

—No entiendo.

—Como de costumbre.

Ese tipo de comentarios si lograba reconocerlos.

—¿Samalia?—de golpe la bruja colocó un dedo sobre la boca del demonio—¿Qué diablos haces en el cuerpo de tu hermana?

—Al fin preguntas algo importante. Es una historia corta, pero no es tan bonita después de todo —sonrió—, básicamente, estoy muerta o algo así. He venido hasta aquí para entregarte esto, no me preguntes nada más y ni siquiera pienses en meter a mis hermanas en sus problemas. Estamos fuera de todo esto.

—Samalia, por favor. —la tomó del brazo suplicando con su mirada— Ayúdame a entender esto.

—Te diré lo que Amada le dijo a una persona de la que deberías empezar a enfrentar, sino quieres que sea demasiado tarde.—le entregó una pulsera, eran de esas pulseras que habían estado de moda en el mundo humano hace un tiempo, las que se hacen a mano, estaba segura que con eso Kai lograría recordar también al mismo tiempo en que KyungSoo cumpliera sus veintiún años, las cosas tenían que salir bien— Dos chicos nacieron dos chicos morirán, uno nació en el cielo y otro lo forjaron con el mal. Desde tiempos lejanos, las almas se destinan más por una desgracia les cambió todo el plan, ambos en la tierra sin recuerdos, sin destinos, hasta que por fin un día se junten sus caminos, del infierno vendrán y del cielo también por uno de los chicos que ya conocéis. Los tatuajes no serán ya nada, pronto se borrarán en cambio los recuerdos comenzaran a florecer y en peligro a los dos van a exponer. El amor existe, pero nunca es justo pues uno de los tres quedará con disgusto, el destino se cumple pero nunca al pie de letra, así que tengan cuidado y no confíen al que está a su lado.

Se soltó del agarre de Kai y salió corriendo perdiéndose en una esquina. En la gran palma de su mano estaba una pequeña y desgastada pulsera de tela, dio un último vistazo al lugar donde la bruja había desaparecido, regresó al otro lado de la calle donde estaba el edificio y subió al apartamento.

La puerta estaba media abierta, toco la perilla con suavidad y comenzó a empujar la puerta lentamente hacia adentro.

—¡Bienvenido!—dijo una voz familiar, él levantó la mirada un poco sorprendido—. Admito que esperaba darte una mejor sorpresa, pero creo que he fallado. ¿Puedes entrar otra vez y comenzamos con la escena de nuevo?

No sabía ni que decir, ni que preguntar.

—¿KyungSoo sabe que estás aquí?

—Esperaba encontrármelo aquí pero al parecer solo estas tú.

Algo había cambiado en Youngseok, seguía teniendo la misma cara de sonso, pero su actitud era diferente.

—¿Dónde estabas?

El chico tomó una bolsa de botanas y comenzó a comerlas. —En un lugar horrible, me escapé y estoy aquí. Oh espera. ¡Ya sé! Se me vino una excelente idea a la cabeza, mejor te hubiese recibido con la noticia.

—¿Qué noticia?

Se puso en pie y comenzó a hablar tan rápido que Kai no lograba entender ni una palabra que salía de su boca.

—Habla más despacio.

El chico dejó de hablar, señaló a Kai con el gesto serio.—Hola, hermano.

El rey de la lujuria. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora