29

3.6K 291 98
                                    

Las manos de su padre le aferraron por los hombros, tenía su cara tan cerca que podía oler su aliento a whisky, así que intentó apartarse de él. Se sentía mareada, el vestido le pasaba una tonelada y le apretaba todo el cuerpo, necesitaba sentarse, que le diera el aire... salir de allí.

-Ellette, ¿qué acaba de pasar ahí dentro? – exigió saber el hombre, sin sontar a su hija.

-Papá... me haces daño – le dijo, con un hilo de voz.

Y para su sorpresa, la soltó. Dio un tras pies, pero él volvió a cogerla para evitar que cayera al suelo.

-¿Estás bien? – le preguntó, con el ceño fruncido - ¿Qué te pasa, Elle?

-Necesito sentarme – dijo, agachando la mirada.

Su padre giró la cabeza y clavó los ojos en Timothée y su madre. Cuando habló, su voz sonaba dura. La voz de un hombre que no aceptaría que le llevaran la contraria, no en aquel momento.

-Elle y yo vamos a hablar fuera – anunció – Tu y yo hablaremos después.

Fue a Timothée a quien se dirigió en último lugar, antes de salir fuera del restaurante con Elle. El aparcamiento se extendía ante ellos, no había ninguna mesa y mucho menos sillas, así que Elle se agachó y se sentó en las escaleras. Su padre se sentó a su lado.

Se llevó las manos a la cara y echó el pelo hacia atrás, dejó escapar un suspiro y la miró.

-¿Vas a explicarme por qué te estabas besando con Timothée?

Ahora fue Elle quien suspiró antes de hablar, pero ella no fue capaz de mirar a su padre a los ojos, sino que los centró en sus manos, que se movían nerviosas sobre sus rodillas.

-Estamos saliendo – admitió, esperándose lo peor.

Pero su padre no entró en cólera, simplemente siguió hablando con incredulidad.

-¿Qué? ¿Saliendo de... novios?

-Sí, me lo pidió ayer.

-Vaya, qué oportuno es este chico – dijo, con cierta gracia – Pero... ¿había pasado algo anteriormente? Pensaba que os llevabais bien, no sé, al principio no congeniabais demasiado pero... al final de Corfú parecíais amigos, y en Londres también, aunque no te despediste muy bien de él así que supuse que os habríais enfadado por algo... pero nunca esto. ¿Has cortado con William?

-Corté con él en Londres, papá – dijo la chica – Por Timothée. Me gusta desde las vacaciones, pero pensamos que lo mejor era no decir nada.

-Ya... por eso insistió tanto en venir a Londres... – añadió el hombre, más para él mismo que para su hija – Que listo es... que listo.

Max se tocó la barbilla, tenía los ojos ligeramente entrecerrados, pensativo.

-No quiero que me odies, yo no elegí sentir esto por Tim, de echo he intentado alejarme de él, y él de mi, pero... no puedo. Estamos enamorados, papá. Y lo siento muchísimo porque ahora empezábamos a llevarnos bien y sé que lo he estropeado todo otra vez, porque Amélie es tu mujer y Timothée su hijo pero... no voy a dejarle.

Max clavó los ojos en ella.

-No quiero que le dejes Elle – dijo, serio – Me ofende que pienses eso de mí. Jamás te he odiado, y mucho menos lo haría por algo así. Timothée es un gran chico, sé que estarás bien con él. Simplemente hubiera agradecido que me lo hubierais dicho antes de la boda, para no sorprenderme tanto. Cuando os vi besándoos pensé que me había muerto o algo, no lo podía creer.

-¿De verdad que no estas enfadado?

-¡Claro que no! Elle, eres mi hija y te quiero más que a nadie en el mundo, sólo quiero lo mejor para ti, y sobretodo quiero que seas feliz. Si estar con Timothée es lo que realmente quieres, si te hace feliz, entonces yo lo apoyo. Siempre estaré a tu lado – Max alargó el brazo para posarlo sobre la rodilla de su hija, apretó ligeramente y le dedicó una sonrisa sincera.

IN YOUR WILD HEART (Timothée Chalamet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora