CAPÍTULO V: LA PRIMERA IMPRESIÓN Y GRAN CONEXIÓN

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Pasó por mi lado regalándome una sonrisa que me removió todo por dentro, sus labios al igual que sus blancos dientes eran perfectos, podría contemplarlos durante toda mi vida, o al menos eso esperaba yo.

Siguió caminando hasta llegar a la pizarra, donde se dispuso a pasar la lista. Al llegar al lugar, extrañamente todos estaban correspondientemente ordenados para escucharla y saludarla, al parecer esto la tomó por sorpresa.

—Buenos días chicos —saludó sin decir nada más, lo hizo de forma bastante relajada. Todos contestaron rápidamente.

—Me presento, soy Lara Faúndez, licenciada en Artes y Bellas Artes, como verán, seré su profesora de Artes, por "plazo indefinido", es decir, hasta que ya no me renueven más el contrato —agregó lo último riendo.

Todos correspondieron a su risa. Aparte de ser todo lo que era, tenía un excelente sentido del humor, ¿se podía ser más perfecta? Tenía una forma de hablar tan sofisticada, tan llamativa.

—Para empezar, quiero comenzar por saber más de ustedes, ¿les parece? —preguntó y todos asintieron—. Muy bien, quiero que, cuando pase la lista, todos me digan las cosas más relevantes de ustedes, ¿sí?, me pueden decir lo que les gusta, sus cosas favoritas, etc. Así pasaremos esta primera clase... —dijo sonriendo y tomando el libro de clases.

Empezó con su actividad, al fin, luego de una media hora muy interesante, llena de risas y chascarros, llegó mi turno.

—Es el turno de Adriana Samanta Echeverría Barros —dijo mirando hacia todos los lados hasta encontrar mi mirada. Por un momento casi me da un infarto al sentir sus ojos en los míos.

Este era mi momento de brillar. Rápidamente recordé mi pequeña biografía "poética" que había hecho en uno de mis días de inspiración, como les llamaba yo.

—Sam Echeverría, una mañana de 15 de febrero abrí mis ojos por primera vez, desde ahí los ocupé para disfrutar de extensos libros de medicina y de interminables películas y videojuegos de ciencia ficción. Pronto aprendí a usar mis manos, para complementar el trabajo de mi vista y, además, liberar mi imaginación en el papel. Al poder mover todo mi cuerpo, lo he usado para poder demostrar el arte del ritmo y las pegajosas melodías que encantan a cualquiera. Mi mente fue lo último, pero más importante en desarrollar, es uno, si es que no es el más grande de mis tesoros, gracias a él puedo ser todo lo que soy y deseo ser —finalicé, observando como la joven mujer había quedado impresionada ante mis palabras.

Había hablado mucho menos que la mayoría de mis compañeros, que, para ya tener entre diecisiete y dieciocho años, habían dicho cosas dignas de un niño de primer año.

Noté como la profesora estaba profundamente sumida en mis palabras, analizando cada cosa que había dicho, de verdad esperaba que haya comprendido todo lo que había descrito.

—Así que Sam, ¿quieres ser médico?, ¿bailas, escribes y eres una fanática del cine y los videojuegos? —preguntó muy interesada.

—Exactamente. La verdad es que quiero ser cirujana, plástica probablemente. Escribo desde pequeña, he mejorado mucho y ahora, intento traducir mis relatos en los tres idiomas que domino —contesté agregando un dato más.

—Vaya, déjame adivinar, vous parlez anglais, français et japonais?* —preguntó, impresionándome.

—Correcto, ahora, déjeme adivinar a mí, Avez-vous étudié la communication?* —pregunté ocupando su mismo truco.

—Eres impresionante, je veux parler de vous, attendez un moment avant de passer à la récréation* —dijo nuevamente en francés, esto ya lo comprendía, mi profesora de inglés hacía exactamente lo mismo.

¿Arte? Es amarte (LGBT) (LESBIANAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora