Capitulo 13

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El suave sonido de las aves primaverales me despertó. Me levanto un poco adolorido gracias al colchón que está algo viejo, ella me decía que lo cambiara para poder descansar mejor. Pero jamás le hice caso. Me estiro aun estando dormido, sin Lizzie aquí el trabajo aquí es el doble prácticamente hago el rol de madre y el rol de padre. Los niños a veces no me necesitan ciento que crecen tan rápido o soy yo que me estoy volviendo más viejo. Me visto y pongo la corbata en mi valija.

Para no perder tiempo desayuno en la oficina, Samantha está algo decaída desde que Elizabeth se fue (nota mental: ¿Por qué será que todo me recuerda a ella?) 

—Buenos días

La saludo cordialmente.

—Buenos días. ¿Dónde está su corbata? 

Señalo discretamente mi valija ella sonrió. 

— ¿Le ayudo?

Asiento y entramos en mi oficina.

— ¿Cómo está Lizzie? 

— ¿Lizzie? 

Asiento nuevamente. 

— ¿Cuál Lizzie? Ella ya no es más Lizzie, ella se llama Elizabeth ahora. 

Eso no me agradó mucho. Fruncí mi seño esperando una respuesta más positiva que esa. 

— ¿Por qué? 

— ¿Enserio me lo preguntas? 

Asiento nuevamente. 

—Tú la heriste. 

—Y me doy cuenta ahora del grave trato que le di Creí que era divertido pero me equivoque. 

—Es Algo tarde. 

Bajo la mirada arrepentido. 

—Gracias por tu ayuda Sam, vuelve a tu puesto. 

—De nada. 

Siento el ruido de la puerta al cerrarse, una vez más, me quedo en el medio de la nada. Me arrepiento tanto del error que cometí con ese mismo pensamiento en la cabeza empiezo a trabajar nuevamente. 

Al mirar el reloj me di cuenta que es mediodía y que tengo hambre, tomo mi portafolios salgo directamente hacia el restaurante de comida rápida del frente. Como no tenía secretaria ni nadie que lo hiciera por mí, es divertido hacerlo por mí mismo. No tengo que estar encerrado todo el día en esa aburrida oficina. 

Camino distraído hacia la puerta del restaurante cuando algo choca conmigo. La ayudo a recoger sus papeles, ambos tomamos un mismo papel y al tocar nuestras manos una fuerte corriente eléctrica percibí en mi cuerpo. Sé que la vi antes. Nos levantamos con mis ojos reflejados en los suyos. Algo me decía que esos ojos fueron lastimados una vez, algo me decía que ella ya había llorado por mí. Me encantaría mostrarle mi lado bueno, el lado que nunca le mostré de mí.

-Cállate y Ámame-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora