—Liz…bueno, me dijeron que ya no podía llamarte así. Supongo.
Ella sonrió, pero su sonrisa es diferente.
—considero que ‘Lizzie’ es un apodo aniñado. Pero Elizabeth es adulto prefiero que me llamen por mi nombre.
—De acuerdo Elizabeth, ¿A qué hora sales de tu trabajo?
—No doy ese tipo de información. Lo siento llego tarde.
— ¿A dónde?
—No le interesa señor Pears. No tengo porque explicarle nada. ¿O sí?
Me quedo helado al escuchar su respuesta. ¿Qué demonios había pasado con la dulce Lizzie que yo conocí?
—Tienes razón, fue un gusto encontrarte Elizabeth.
—Lo mismo digo señor Pears.
Ella se puso sus lentes de sol y siguió caminando hasta la esquina para cruzar la calle. Su frialdad me sorprendió mucho, pero es un obstáculo que estoy dispuesto a saltar. Después de todo amo las carreras con obstáculos, soy un muy buen corredor.
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[Elizabeth]
Estoy contándole el hecho en el bar por texto a Sam, ya que ni siquiera llamarla podía. Detrás de cinco años trabajar con Nicholas es incomodo para mi tener una jefa mujer sus modales y sus tratos son diferentes. Yo creo que fijándome en ella puedo ser aun más seria, será mi modelo a seguir hasta que él se dé cuenta de lo que sucede. Tengo una junta al mediodía, miro mi reloj corriendo a paso asegurado pero rápido entro en la oficina central. Ella alza su ceja mirándome molesta yo le hice cara de ‘no volverá a pasar de nuevo’ y con un gesto de ‘te perdono’ me hiso un ademan de que ingresara a la sala.
Escucharla hablar sobre ingresos brutos era realmente agotador tengo la ardua tarea de anotar sus dichos más importantes para ver si debe mejorarlos.
—Entonces cuanto menos pagan más ahorran. ¡Ese debería ser el lema! Anota eso Elizabeth. ¡Elizabeth!
La miro algo distraída.
— ¿Qué? ¿Qué sucede?
—Te dije que anotes mi lema. ¿En que estas pensando? O mejor dicho ¿En quién estas pensando?
Nota mental: ‘Tierra trágame ahora’.
Es imposible que detrás de dos años y medio que deje la empresa no pueda alejarme de mis sentimientos aun.
—En nadie
Respondo algo incomoda.
—Luego hablaremos de eso en mi oficina, ahora anota lo que te dije.
— ¿Puedes repetirlo por favor?
—Como decía ‘cuanto menos pagan más ahorran’.
Siguió hablando más tarde cuando termino su discurso me dijo que la acompañara a su oficina.
— ¿Qué te anda pasando Elizabeth? Sé que llevas poco tiempo trabajando aquí, pero me interesa el bienestar de mis empleados.
—Es una larga historia y no tengo ganas de hablar ahora.
—Linda cuando una mujer dice ‘es una larga historia’ es porque hay un hombre y un corazón roto detrás.
Esta en lo cierto. Me invitó un café de pronto el hilo de la charla empezó a ser Nicholas, de nuevo.