Luego de aquella tierna y romántica caminata por el parque el cielo se oscureció. Caballerosamente me puso el saco encima de mis hombros porque refrescó. Esto del orgullo no es nada fácil, aun me tiemblan las piernas cuando lo veo sonreír volvimos al departamento caminando. Aunque no lo crean ¡si caminando! Sé que necesita hacer ejercicio y que otra mejor manera que hacerlo juntos.
Unas cuantas cuadras antes de llegar al edificio el color del cielo se volvió negro y con él varios relámpagos adornaron el firmamento fue que en dos parpadeos comenzó a gotear halo a Nicholas hacia adentro del edificio ya que no quería enfermáramos. (Aunque aquí entre nosotros me hubiera gustado ser su enfermera). En el camino mientras veníamos hablando decido ser un poco más amable con él, pero solo lo normal no ser tan dura. Le invito a tomar el ascensor conmigo luego a pasar ya que afuera está fresco.
Cuando entramos le ayudo a sacar su saco, lo cuelgo en el perchero mientras yo me quito la campera. Apenas lo hago prendo el calefactor siendo primavera el tiempo cambia y de mal en peor.
— ¿Quieres un café?
—No. Te quiero a ti.
Me quedo atónita mirándolo. Y vuelvo a repetir.
— ¿Quieres un café?
El me miro riendo como un inocente niño.
—Sí, pero…
Lo interrumpo.
—Pero no le pongo azúcar. Solo dos gotas de edulcorante. Lo se
Voy a la cocina y lo escucho susurrar ‘eres increíble’ y una sonrisa se escapó.
Cuando pongo el agua a hervir siento su respiración detrás de mí, luego posó sus manos en mi cadera para darme besos en el cuello.
—Nicholas, no te pases. Aun no te eh perdonado.
Le advierto. Se abrazó más a mí.
— ¿Cuándo lo harás?
—Cuando entiendas la lección que quiero darte.
— ¿Cuál lección?
—Cuando la entiendas lo sabrás.
Termino de preparas ambas tazas de cafés mientras los relámpagos se escuchan con más resonancia. Se acerco a mi oído y susurró.
—Tendré que quedarme aquí hasta que pare la lluvia.
— ¿Quién te invito?
Pregunto algo nerviosa (estúpidas piernas)
— ¿Sabes? Creo que ya entiendo tu punto.
Y otra vez estamos como el principio, solo que al revés. Ahora yo tengo el control de todo, lo miro tratando de buscar una respuesta luego me dirijo al suave sillón de cuero rojizo tomo un sorbo de mi café mientras miro la lluvia caer con rapidez sobre el vidrio empañado.
Nicholas se acercó a mi me miró expectante al ver como mordía mis labios con desesperación. Por dentro estoy muriéndome cuando por fuera estoy tranquila o tratando de estarlo. Me atrajo hacia él luce algo desesperado igual que yo, nuestros labios se cruzaron u armaron un rompecabezas perfecto.
Estoy perdida.
Al notar que la intensidad del beso aumenta en una forma bestial me alejo de él para tomar aire y también para tomar conciencia de que eso que ciento todavía no cambio es más fuerte que antes.
Cuando vuelve a posar sus manos sobre mis mejillas para besarme de nuevo lo esquivo.
—Para, dormirás en el sofá hoy.
— ¿Enserio me dejaras así? Sos tan cruel.
¿Qué puedo decir? No soy una chica fácil como lo era antes.
Camino en dirección a mi cuarto para buscar alguna frazada o algo con lo que pueda taparse. Es una lucha constante entre él, mi orgullo y yo. ¿Quién ganara? No lose pero creo tener alguna idea de ello.