Clarise resultó ser demasiado agradable para mi gusto ella me aconsejó de todo un poco y me dijo mientras más lo trate fríamente mejor. ‘Los hombres siempre quieren lo que no pueden tener más tratándose de una mujer bella’.
—juega un poco con él con este asunto de la ‘dama fría’. Caerá a tus pies enseguida.
—Es que no me sale yo intento, pero soy un desastre.
—Con la práctica aprenderás. Supongamos. El te llama ¿Atiendes en la primera o dejas pasar?
— ¿Atiendo en la primera?
—No Elizabeth. Lo dejas pasar. Déjalo que se desespere apenas en la tercera o mínimo cuarta llamada debes atender.
—Te anotare consejos básicos de bolsillo.
Tomo un papel y empezó a anotar.
—Será fácil, en un mes ya estará pidiéndote una cita.
Sonrió.
—Es pan comido, luego le pagas con la misma moneda y ya.
—Clarise te repito no soy una mala persona. Solo quiero hacerlo sufrir
Carcajeo un poco.
—Bien. Me parece un buen indicio de tu parte
Rió.
—Mañana tienes el día libre. Ya estás en buen camino un par de clases más y estarás lista.
—Pero mañana tiene reunión.
—Por eso mismo. Tengo todo controlado tú tranquila.
Sonrió.
—Termina tus tareas y puedes irte. Quédate tranquila que tú sabrás que hacer.
Esboce una enorme sonrisa maliciosa.
—Gracias Clarise.
Me dirijo a mi oficina para terminar de abrochar las últimas copias de los ‘ingresos de crecimientos’ Dejo cada copia en buzones correspondientes a empleados del primer piso. Pongo mi tapado encima de mis hombros luego caso mi cartera y las llaves del auto lista para irme.
Ordeno un poco el escritorio después me dirijo hacia el ascensor para salir.
Cuando llego a casa dejo la cartera en el sofá, voy al baño a darme una ducha para sacarme la tensión del cuerpo. Me envuelvo en una toalla y voy al cuarto a cambiarme. Mientras me peino puse a cargar mi laptop a revisar correos en mi casilla.
Uno de ellos contiene el asunto nombrado ‘amor’. Abro el mismo y en él había una carta:
Querida Elizabeth:
Empiezo esta humilde redacción para pedirte perdón por todo el daño causado. Creo que al verte llorar fue una daga para mi triste corazón. Me dirijo a ti con intensión de recuperar (si es posible) aquellos sentimientos que ahora están escondidos bajo esa fría actitud tuya.
No Tienes idea de la culpa que siento por dentro, siempre estuviste ahí para mí, pero no te supe aprovechar ya que el día que partiste de mi lado me dolió el alma puesto que desde ese entonces mis pensamientos llevan tu nombre mi querida Lizzie.
Eres lo primero que pienso cuando me levanto y lo último que pienso cuando me duermo. Eres importante para mi Lizzie (si aun te seguiré llamado así). Voy a poner todo de mí para romper la coraza que yo mismo cree y llegar hasta tu corazón para que vuelva mi Lizzie. La muchacha de la cual me enamore.
Te amo, por siempre tuyo…
Nicholas Pears.
Al leer la carta (nota mental: la más hermosa carta que me han hecho) mis ojos se llenaron de lagrimas. No puedo creer lo que estoy leyendo. (Vuelvo a leerla una, una y otra vez) A partir de ahora tengo que ser más fuerte de lo que me puse. Pero soy sincera, me encantaría empezar esta nueva aventura junto al hombre que no deje de amar.