Capitulo 10

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Hacerme amiga de Christine es más fácil que las ecuaciones de segundo grado. La gran rubia al lado mío son personalidades que chocan pero una amistad no se basa solo en gustos si no en la confianza que te brinda uno del otro. Ese es mi punto buscar algo que haga que Christine lastime a Nicholas pero hasta ahora es inútil ella y yo hemos salido de compras, paseamos, me encargue de Alison su perra Golden de dos meses. Simplemente es perfecta esta noche vamos a ir a un boliche y luego a tomar algo. 

Una de las cosas que detesto son los lugares con mucha gente y en mi lista se encuentran los boliches. Para esta ocasión elijo unas botas negras con medio taco altas por la rodilla, una falda con tachuelas en los bolsillos y una remera blanca larga con la descripción ‘No soy perfecta’ en ingles. Para abrigo al estar fresco escojo una campera de cuero negra también. Suelto mi cabello y lo arreglo un poco mirándome al espejo tomo mi bolso, salgo en dirección a la casa Pears. 

Cuando la ama de llaves me hiso pasar los niños comían, sonrío al verlos venir hacia mí. 

—Papa se quedará con nosotros esta noche.

Sonrió George. 

—Sí lo sé.

Acaricio su cabeza con cariño. 

—Dime algo.

Me miró Jaquee con frustración.

— ¿Qué se te paso por la cabeza al ser amiga de Christine? No deja de hablar de ti todo el tiempo. 

La alejo para que George no escuche. 

—Mira—respondo en un susurro—sé que esto es arriesgado pero es un juego de mayores solo necesito que me ayudes con algo que luego te diré ¿De acuerdo? Si esto funciona bien tu padre y yo estaremos juntos. 

—Oh…ya comprendo.

Suelta una carcajada. 

—Gracias.

Beso su cabeza mientras veo a Christine bajar. 

—Secretos en reunión mala educación, ¿no chicas? 

—Sí, pero secretos de infancia no tienen importancia.

— ¿No tendrían que ir a la cama? 

—No tendrías que ir ¿Tu a la cama? 

—Basta Jaquee—la miro ‘seria’— ¿vamos Chris? 

Ella asintió y beso a su prometido con aire provocador.

Me dan ganas de vomitar. 

Lo único que puedo hacer es fingir felicidad ella muy contenta tomó mi brazo halándome hacia la puerta, saludamos a todos los de la sala y nos aventuramos hasta ‘rosas’ un boliche nocturno inspirado en el estilo de los setenta. 

Estacionó su vehículo en frente de aquel lugar es pintoresco su nombre resalta con luces grandes de diferente colores. Christine me comentó que el dueño es conocido suyo por lo cual entramos sin hacer fila. Llegamos a la barra entre toda la multitud que goza de una gran ‘pieza de baile’. Nos sentamos tranquilamente pidiendo un Martini para ella y para mi solo licor de manzana. Vaso que va vaso que viene Christine empezó a reírse de felicidad o a llorar de la nada, (nota mental: ¿¡Qué demonios estoy haciendo aquí!?) Un hombre no muy robusto de cabello cobrizo se acercó a ella y le dijo algo en el oído. Otro hombre me mira de reojo a mí, presiento que algo va andar demasiado mal. Muevo su brazo para tratar de que le vuelva la cordura pero es inútil. 

—Christine…Christine debemos irnos. 

— ¿irnos? Aguafiestas apenas llegamos. Quédate tranquila son solo amigos te divertirás. 

Niego nerviosa. 

—No creo que sean hombres agradables. 

— ¡hay por favor! Mira.

Comenzó a toser muy feo. Agarrándose del cuello de su acompañante. Este la manosea sin piedad, luego se besó con él sin control alguno. Mi ira se apoderó de mí en cuanto ellos avanzan, no puedo creer que aun este estado no le importara Nicholas. Tomo mi teléfono desesperada, el molestoso ruidito avisa que estoy sin batería ¡maldita seas! Lo vuelvo a tirar molesta en mi cartera. 

—Elizabeth—sonrió como idiota—Te presento a Lucas él es mi real novio. 

— ¿Real novio? 

Ella asiente casi cayéndose. 

— ¿No te importa Nicholas? El se desvive por ti, y tú saltas con esa mierda ahora. 

—Oye relájate tu eres mi amiga y por eso te lo cuento—una sonora carcajada sale de su boca—Lo único que me importa de ese idiota es su dinero y cuando sea su esposa será todo mío. ¡TODO!. 

Jaque Mate. Tengo lo que quiero, pero mi corazón se estrujó como trapo recién usado al oír aquellas palabras, ahora si no puedo permitir no solo que no se case si no también que no cometa el más grande error de su vida.

-Cállate y Ámame-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora