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El niño de apenas siete años estaba sentado en su asiento mientras rayaba la hoja de uno de sus cuadernos, la maestra estaba fuera del salón hablando con la directora.

Después de unos minutos la maestra regresó, pero no regresó sola, traía a otro niño de su lado. DongHyuck miró al niño y le pareció lindo, la mirada del pequeño Hyuck había quedado atrapada en el chico del cual todavía no conocía su nombre.

—Niños, hoy llegó un nuevo compañero con nosotros, su nombre es Mark— seguido de esto el pequeño hizo una leve reverencia, mientras la maestra buscaba un lugar vacío en el salón—. Mira, hay un lugar a lado de DongHyuck, puedes sentarte ahí.

DongHyuck miró el asiento vacío a su lado y sonrió después, por fin habría alguien que se sentaría a un lado de él.
Mark fue al que le fue asignado su nuevo asiento, DongHyuck tenía una grande sonrisa en su rostro, se giró en su asiento dispuesto a presentarse.

—Hola, me llamo DongHyuck—. Dijo, mientras que de su rostro irradiaba una gran sonrisa.

—Yo me llamo Mark— el niño extendió su mano y la estrecho con la del otro.

—Eres muy lindo Mark—. Dijo DongHyuck después de que sus manos se separaron, el otro niño solo lo miró sorprendido.

Las mejillas del pequeño se colorearon de un color rojo por lo recién dicho, después se giró mirando hacia enfrente y tapó sus mejillas con sus manos. DongHyuck sonrió y después miró también hacia enfrente, la maestra ya había comenzado a hablar pero ambos hasta ahora ponían atención.

Los niños habían hablado más durante clases, a ambos les gustaban las mismas caricaturas y además supieron que a sus mamás les gustaba el mismo cantante.

Así fue durante varios meses, ambos chicos habían creado ya una fuerte relación, Mark quería mucho a DongHyuck y DongHyuck quería mucho a Mark. Eso no lo podía cambiar nadie, los chicos eran inseparables, todo lo hacían juntos.

Había veces en las que ambos chicos cantaban, o más bien, DongHyuck cantaba. A Mark le gustaba mucho escuchar la voz de DongHyuck, el niño pensaba que era la mejor voz que había escuchado en su vida, ganándole incluso a los cantantes que escuchaba su madre.

Y DongHyuck amaba mucho lo lindo que era su amigo, aunque este le dijera que no era lindo mientras hacía un puchero y cruzaba los brazos, DongHyuck le seguía diciendo lindo.

Pero un receso que pasaron juntos fue el más importante y especial para ellos, uno en el que ambos hicieron una gran promesa.

—Makku— ese era el apodo que DongHyuck le había dado a Mark—. Nunca me abandonarás, ¿verdad?

—No, yo nunca podría abandonar a mi Hyuckie—. Apodo dado por Mark a DongHyuck.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Después de eso ambos chico se tomaron de las manos, estaban sentados en una de las bancas del patio. Los pies de ambos estaban siendo columpiados, ya que ninguno de los dos alcanzaba a tocar el piso.

—Te tengo un regalo, Hyuckie—. Le dijo Mark a DongHyuck.

—¿Un regalo? ¿Qué es?

—Solo cierra los ojos.

DongHyuck cerró los ojos, y esperó a que pasara algo. Después de unos segundos sintió algo sobres sus labios, eran unos labios, estos no se movían, solo se mantenían ahí.

Luego de un tiempo ambos se separaron y abrieron los ojos.

—¿Qué fue eso?—. Pregunto curioso DongHyuck.

Homophobic [MarkHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora