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Unas horas después de que Mark llegará con la pequeña sorpresa que resultó siendo una nueva mascota, llegaron mi mamá y mis hermanos de casa de la abuela. Yo no había querido ir simplemente por flojera, la casa de la madre de mi madre estaba bastante lejos y no apetecía ir en esos momentos.

Para cuando ellos llegaron, Mark todavía no se iba, seguía conmigo.

—Hola, Hyuck— fue lo primero que escuché cuando mi madre iba entrando a la sala, pero al percatarse del invitado sorpresa, sonrió muy alegre—. Hola, Mark, que bueno que estés aquí.

—Buenas tardes, señora Lee—. Saludó Mark con una gran sonrisa.

Había olvidado un ligero detalle, y al parecer otros dos traviesos ya lo habían encontrado.

—¡Mamá! ¡Mamá, mira!— en eso llegaron los dos pequeños demonios con el conejo en sus manos—. ¡Un conejo!

—¡Hey, oigan! ¡Dejen a mi conejo!—. Les grité y fui tras ellos, dejando a Mark con mi madre.

Cuando logré alcanzarlos, me dieron a la pequeña bola de pelos y se fueron corriendo de nuevo. Agarre la caja donde venía el animal y lo puse ahí de nuevo, después me dispuse a llevar la caja a la cocina para que mi mamá me dijera que hacer con ella.

—Mamá, mira— antes de que empezara a hablar, ella me interrumpió.

—Ya me contó Mark, no necesito más explicaciones— miro a el canadiense que estaba ahí parado luciendo perfecto como siempre, y después me miro a mi—. Y si, puedes quedártelo. Pero siempre deberá estar en el jardín.

Le agradecí y deje la caja en el suelo de la cocina, luego la llevaría al patio.

—Creo que yo me debo retirar, solo vine para darle esto a DongHyuck, aunque también fue porque quería verlo a él—. Que maldito descarado y sincero.

—No, no te vayas, puedes quedarte a dormir aquí sí quieres. Parece que a DongHyuck le gustó mucho que vinieras a verlo, tan solo mira su sonrojo.

—¡Mamá!

...

Luego de que mi madre me exhibiera de manera hermosa, ella y Mark se pusieron de acuerdo para que él se quedara a dormir, claramente sin consultarme antes.

Yo por mi parte había tomado a mi pequeña y nueva mascota para llevarla a su nuevo hogar, como por ahora estaba pequeño podría mantenerlo en una caja, pero cuando creciera no podría seguir así.

Tome unas hojas de los periódicos viejos que tenía mi madre en el patio y los coloqué en la parte de abajo de la caja, después fui por unos pequeños recipientes para poner agua y comida.

Agarré al pequeño conejo que había estado caminando un poco por el pasto y lo lleve a su caja ahora renovada.

—Aquí vas a dormir bebé, ya casi es noche y deberás dormir, no hagas travesuras—. Acaricié un poco su cabeza y sonreí.

Me levanté del suelo y camine hacia la casa, fui a la cocina pero parecía que Mark ya no estaba, mire hacia todos lados y en eso apareció mi mamá.

—Fue a su casa por unas cosas, volverá, no te preocupes— bueno, respondió mi pregunta sin siquiera habérsela dicho.

Asentí y después la seguí hacia la sala, me senté a un lado de ella, ahí decidí hablar.

—¿Por qué hiciste eso, mamá?

—Eres muy lento, Hyuck. Alguien debía darte un empujón— odiaba su sinceridad—. Pero mira, ahora podrás dormir con la persona que te gusta, es una recompensa.

Homophobic [MarkHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora