Homophobic [MarkHyuck]

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Cada vez faltaba menos para terminar el último año escolar y con ello, cada vez faltaba menos para presentarnos en el concurso. Mark y yo habíamos estado ensayando durante las últimas dos semanas, íbamos bastante bien realmente.

La próxima semana serían las presentaciones, por lo previsto, nosotros presentaríamos el día martes.

Hoy era fin de semana, lo cual significaba que no vería a Mark ni a ninguno de mis amigos, o eso pensaba. En mi teléfono sonó el sonido de una notificación, lo tomé y efectivamente, era un mensaje.

Makku
Tengo algo para ti.

¿Puedo ir hoy a tu casa?
Hoy, 11:09 am.

Hyuckie
Oh, tienes algo para mi,
espero sea un regalo.

Y si, claro que puedes venir.
Hoy, 11:12 am.

Makku
Sé que te gustará.

Estaré ahí en un rato más.
Hoy, 11:15 am.

Ahora debería despojarme de mi atuendo de fin de semana, el cual sólo es un pantalón y calcetines, pero por culpa de Mark ahora deberé ponerme playera. Tome una playera cualquiera de mis cajones, de todos modos no me importaba que él me viera despeinado y sin vestirme adecuadamente.

Baje al primer piso de la casa para esperarlo ahí, la única persona que estaba en la casa era mi hermana, mi madre había salido junto con los otros dos pequeños demonios.

Al parecer Mark no mintió, aproximadamente 20 minutos después de su último mensaje, llegó a mi casa. Me levante del sillón y observe por la ventana antes de abrir, tal vez no era Mark y yo ya me había emocionado.

Al ver esa cabellera rojiza ya muy despintada, supe de inmediato que si era él. Fui a abrir la puerta y sonreí al verlo, pero este tenía una caja en sus manos, una algo grande.

—¿Y esto?—. Le pregunté por el pequeño estorbo que tenía en sus manos.

—Es una pequeña sorpresa de mi parte—se adentró a la casa y puso la caja en el piso, después cerró la puerta tras de él—. ¿Está tu mamá?

Ignoré un poco su pregunta y levanté un poco la tapa de la caja, pero este me interrumpió haciendo énfasis en su pregunta.

—No, no está— me enderecé y lo mire—. Salió hace rato con mis hermanos.

Sonreí al ver su cara y lo abracé, pase mis brazos por sus hombros, pude sentir como él pasaba sus manos por mi cintura.

—Te extrañe, amor.

—Pero nos vimos ayer, Mark—. Levanté mi rostro para verlo mejor.

—No importa, te extrañe.

Recordé el pequeño detalle que había en el piso y me separé de él. Mire la caja, se veía muy grande.

—¿Ya puedo ver qué hay dentro?—. Le pregunté.

—Claro que si, ábrela.

Me senté en el piso para abrirla mejor, destape la caja y mire lo que había dentro. Giré mi rostro hacia Mark, incrédulo por lo que había dentro.