TRES

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LA

Una luz se posa encima de mis ojos y aprieto los parpados barias veces antes de abrirlos. Una mujer asiática de nariz respingona me sonríe y apaga la pequeña linterna que sostenía.

Miro a mí alrededor; estoy en una habitación blanca, en una cama, y con cables rodeándome hasta clavarse en mi brazo. Empiezo a mover el brazo histéricamente y doy un chillido. ¿Cómo he llegado aquí?

- ¡Joder!

Un rubio cae de caras en el frio suelo y todas las cadenas que lleva en la vestimenta choca contra el hormigón haciendo un gran estruendo. Duff gruñe aún con la cara en el suelo y yo no puedo evitar echarme a reír. Me mira y frunce el ceño.

- ¿La habéis drogado? - se levanta del suelo y me coge la cara.

La mujer niega rápidamente con la cabeza.

- Oh, por supuesto que no. Debe de estar en schoc. - los dos la miramos. - Ha perdido una cantidad de azúcar impresionante, pero, aun así, está bien. - saca una libreta de un cajón incorporado a mi cama. Entrecierra los ojos y se lleva un mechón rebelde detrás de las orejas. - es... increíble, la verdad. Muestra algunos signos de cansancio, pero nada más, ha respondido muy bien a todos los tratamientos.

Al fin reacciono.

- ¿Significa eso que puedo irme?

Asiente y me sonríe. Duff hace una extraña seña que interpreto como una sonrisa. ¿Qué hace él aquí? ¿Y dónde están los otros? ¡Madre mía, Axl y Kurt!

- Oh, pero primero necesitamos algo, como... su edad, nombre y apellido, y por supuesto, el dinero de la analítica. ¿Tiene usted seguro de vida?

Niego lentamente y ella me mira confundida.

- Bien, yo...

- ¿Y sus padres? - Me interrumpe. Mierda. Abro los ojos como platos. Miro a Duff, que parece expectante.

Carraspeo unas cuantas veces y bajo la mirada; Una bata me cubre el cuerpo y mi ropa interior, pero nada más.

- ¿Puede dejarnos a solas?

Ella niega con la cabeza.

- Me temo que eso no es posible, señorita.

Intento poner mi mejor cara y cojo la mano de Duff, que reposa encima del cabecero metálico de la cama. Siento los músculos de su mano tensarse bajo mi tacto.

- Por favor... debo hablar con mi prometido.

Ella se ríe con nerviosismo y asiente.

- Bien, la espero, y luego lo resolvemos todo - se lleva la carpeta al pecho - le voy a llevar esto al Doctor Smith, y...

- Está bien. - digo con impaciencia.

Asiente y se va de la habitación dejándonos a solas. Es increíble lo rápido que la gente supone que soy mayor de edad.

Duff empieza a reírse.

- Tienes que sacarme de aquí. - susurro aterrorizada.

Me mira con incredulidad y se ríe con más fuerza.

- ¿Quieres bajar el tono? - le regaño - por favor... yo no tengo padres, ni tampoco apellido, ni dinero... madre mía. - me llevo las manos al pelo y tiro ligeramente de él.

El rubio deja de reírse y pasa a estar totalmente incómodo.

Oh.

- Oh, no. Mis padres no están muertos, es que yo no los conozco.

MATTER OF TIMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora