Aaron & Alyssa. |COMPLETA|

2. Alyssa

Después de mi encuentro con aquel pendejo... No, no debería iniciar así.

Muy bien, déjenme presentarme adecuadamente, soy Alyssa Grace Hay, tengo diecisiete años (casi dieciocho) y soy hija de Clara González, una brillante doctora de puerto Rico, y Jonathan Hay, un ex soldado del ejército de Estado Unidos.

Viví la mayoría de mi vida entre Puerto Rico y Panamá, disfrutando del sol, playas hermosas, gente alegre. Pero, como no, no sería wattpad la vida, si no me pasa algo.

A mi padre lo "jubilaron", y lo "premiaron" por sus años de servicio echándolo de las filas y mandándolo a retiro. Como consolación le dieron una casa en Easton, un pueblito en el estado de Kansas que realmente no estaba tan mal.

Pero era muy diferente a los lugares dónde había vivido antes.

La casa era bonita, sencilla, dos pisos. Una sala con chimenea, un refugio para tornados... (necesario, si puedo decirlo) Y mamá había conseguido trabajo rápidamente. Papá también, como administrativo en una de las delegaciones del gobierno. La vida marchaba bien.

Sólo tenía que adaptarme al cambio de estar en un nuevo colegio, con chicos extraños, con una cultura que no conocía, y un idioma que dominaba, pero no en su totalidad. Excelente. Si tenía problemas para hacer amigos anteriormente, ya podrán imaginarse los que tendré acá.

Les cuento mi historia en formato de fanfic del 2013 porque necesitaba que supieran de mí antes del momento que cambió mi vida para siempre.

Ahora sí, creo que podemos entendernos mejor.

Esta mañana, tras salir tarde de casa, he chocado con un pendejo y le he tirado el jugo encima (bueno, un poco de jugo, porque el resto me lo tomé)

Y ahora me sentía mal, sabía que se había pasado el infeliz, y eso se lo tenía que cobrar, pero seguramente él estaba teniendo un día de mierda como yo, quizás también era...

Mis sentimientos de culpa se vieron interrumpidos al casi chocar (Seh, de nuevo, ya debería ver por dónde voy) con una mujer que caminaba a paso rápido.

—Lo siento, lo siento—digo, esperando lo peor.

Pero esta mujer no me grita como aquel pendejo. Hasta me sonríe.

—¿Tú debes ser Alyssa Hay, cierto? —me dice, y continua al ver como asiento —eres idéntica a tu padre, si me dejas decírtelo. Soy Camille Thirwall, consejera escolar de los de último año.

—Un gusto—digo aceptando la mano que me ofrecía —no sabía que conocía a mi padre.

Quizás era algo tonto, pero me sentía feliz de que esta mujer conociera a mi padre, esta semana me había parecido algo surreal pasar de conocer a todos mis vecinos a no conocer a nadie. Era un contacto a tierra.

—Sí, asistimos al mismo colegio en Nueva York—dijo emocionada—fuimos amigos por años, antes de que se enlistara. ¿Cómo está él?

—Retirado, pero bien—digo amablemente —Disculpe, si usted es la consejera para último año, ¿podría decirme dónde conseguir un horario?

Ella se dio un golpecito en la cabeza, como diciendo "Como puede haberlo olvidado"

—¿Cómo pude haberlo olvidado? —dijo, dando voz a mis pensamientos —estoy muy distraída, hoy tengo un caso con un muchacho difícil. Pero no te preocupes, ven conmigo.

Para resumir, Camille Thirwall resultó ser una mujer muy agradable. Con su cabello rubio pulcramente amarrado en una alta coleta, sus ojos grises y sus gafas gruesas, te daba una sensación de calma inmejorable.