Aaron & Alyssa. |COMPLETA|

13. Alyssa

El domingo entero pasó sin rastros de Aaron. Kim vino a visitarme a la casa y me puso al día de todo el espectáculo que se había formado alrededor de mí.

No pude evitar poner los ojos en blanco y reír a cada rato por las exageraciones de Kim, pero era obvio que algo me pasaba.

—Mañana en la escuela lo verás—me había dicho Kim, poniendo una mano sobre mi hombro para consolarme.

Le sonreí, porque era cierto, mañana lo vería y podría tirarle sus perfectos dientes de un puñetazo por ignorarme.

La espera del día siguiente se me hizo eterna, pero llegó al fin, y yo estaba lista.

Me había puesto mis mejores pantalones y una blusa de tirantes color rojo, quería lucir linda para cuando estuviera pegándole a Aaron.

Desayuné bien para tener las fuerzas que necesitaría para la contienda y me paré en la entrada de mi casa para esperar a Ian, quien supuestamente iba a llegar "temprano"

Temprano para Ian significaba llegar cinco minutos antes de clase, lo que me fastidiaba terriblemente.

—Hola, Alyssa—me saludó al llegar, acercándose para plantarme un beso en los labios—te ves muy guapa.

Murmuro un gracias y me hago la apenada, pero es porque realmente no quiero que vea la cara que puse. Él sonríe orgulloso de sí mismo, realmente cree que me pone nerviosa.

Durante todo el camino Ian no para de hablar de sí mismo y para mi desgracia omite totalmente a Aaron. Quiero poner los ojos en blanco, esto será más difícil de lo que pensé.

Al llegar a la escuela finalmente puedo separarme de él con la excusa de buscar a Kim, quién está metiendo libros en su casillero.

—Hola, guapa—le digo distraída, plantándome a su lado.

—! Alyssa!, hola—me saluda con alegría—adivina lo que construí para el club...

Pero lamentablemente no le estoy prestando atención, mis ojos se mueven rápidamente por todo el pasillo buscando a la única persona que no puedo sacar de mi cabeza.

—! Alyssa, vuelve a la tierra! —me llama la atención Kim.

—Lo siento—digo volviéndome hacia ella—¿Qué decías?

Ella suelta un gran suspiro, pero aun así me sonríe.

—Se nota que hoy no estás en este planeta, será mejor que vayamos a clases.

Y eso hacemos, asisto a cada una de las clases con la esperanza de ver a Aaron, pero no hay rastro de él. No puedo evitar sentirme terriblemente decepcionada, cosa que me hacía hervir de ira.

No podía creer que tan solo unas palabras de él me llevaran a aquel despilfarro de sentimientos, tenía que recordar quién soy y porque soy así.

—¿Alyssa? —la voz me hace pegar un brinco.

Luego de la última clase de la mañana, Ian ya se encuentra a mi lado y parece bastante fastidiado.

—No me estás escuchando—me recrimina.

Tengo que dar lo mejor de mí para no darle un puñetazo en la nariz.

—Lo siento muchísimo—miento—es el hambre.

Él me ofrece una repugnante mirada compasiva y me ofrece su mano, que tomo a regañadientes.

— ¡Vamos a la cafetería! Te invito.

Durante todo el trayecto Ian habla de sí mismo de nuevo, de lo genial que es ser el capitán del equipo, de lo increíble que jugó en el primer partido de la temporada, de su increíble auto y de su increíble casa también y yo siento que me muro por dentro.