41. Aaron

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El sonido que hizo la culata de la pistola al golpear contra la sien de Alyssa es uno que no olvidare nunca.

Al igual que el que hizo su cuerpo al deslomarse sobre la alfombra.

Siento que me tiemblan hasta los dientes.

—Ian, estúpido malnacido—digo—te juro que te matare cuando todo esto acabe, te lo juro.

Ian me ignora y concentra su atención en el padre de Alyssa, su arma todavía apuntándola.

—Tú...—empieza el padre de Alyssa pero él lo interrumpe.

—Estará bien si hace lo que le digo—amenaza, cuando el padre de Alyssa da un paso hacia él vuelve a quitarle el seguro al arma—un paso más y le vuelo la cabeza. No tengo nada personal en contra de su hija, si colabora, los dejaré ir.

El padre de Alyssa aprieta los labios, resignado.

Siento que voy a vomitar o llorar, o quizás arañarme los brazos hasta dar con mis venas.

IAN HA MATADO A SU PADRE.

Lo ha matado a sangre fría, y ahora está de pie como si nada.

Mi madre a mi lado está llorando, y creo que la de Ian se desmayó, pero sigue con vida, sí. Respira.

—Me ayudaran—dijo Ian llamando nuestra atención de nuevo—lo enterraremos.

Lo miro como si estuviera loco.

—Estas demente—concedo en voz alta—acabas de hacer sonar un disparo en plena madrugada, aunque lo escondas en tu putisimo trasero la policía te va a encontrar y te va a detener.

Ian me mira solamente y me doy cuenta de que no estoy lejos de la verdad, realmente tiene una mirada enloquecida, realmente está...está lejos de aquí.

Sonríe un poco, como si yo no hubiera dicho nada.

—Vamos a enterrarlo—asegura nuevamente—y ustedes me van a ayudar.

El padre de Alyssa me hace una seña para que le siga la corriente y yo asiento.

Veo como Ian toma a Alyssa por la muñeca y la arrastra consigo hacia mí.

—Ian—protesto—déjala en paz.

Su padre parece querer asesinarlo en el acto.

—La dejaré en paz una vez me ayuden—comenta, quitándome la esposa con la cual me ha atado—también dejaré a tu mamá en paz. Ven.

Cuando libera mi mano veo el circulo que se ha formado en mi muñeca, rojo como los rubíes, doloroso como las espinas.

Lo froto distraídamente.

—Usted—dice Ian, girándose hacia el padre de Alyssa—traiga a ese imbécil. Tú Aaron, sígueme.

Ian me insta para que pase primero y veo como el padre de Alyssa va por el cuerpo del padre de Ian.

Se lo hecha al hombro sin problemas, casi sin parpadear. Yo por mi parte tengo que concentrarme para que las náuseas y el pitido de mis oídos no me hagan desmayarme.

La escena es tan sangrienta, tan horrible, se que me mantengo despierto solo por dos razones.

Por mi madre y por Alyssa.

Oigo como Ian arrastra a esta ultima tras de mí y me rompe el corazón.

Me rompe el alma.

Quiero ayudarla pero no puedo hacer nada, no puedo hacer nada sin que él le haga daño primero.

Aaron & Alyssa. |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora