Los dos días restantes del colegio me parecen una eternidad. Principalmente porque me encuentro ignorando un poco a Aaron, a pesar de que nos sentamos juntos en el almuerzo y vamos a todas las clases, le hablo lo más cortante posible.
¡Y, si! disfruto que me preste atención y que le moleste el hecho de que yo no lo haga con él, ¡se lo merece por ser un idiota que juega con mis sentimientos!
Respiro hondo, recordando el beso que me dio cuando lo llevé a su casa, si, ya sé que parezco una boba enamoradiza, pero es que...nunca me había besado así ¡Nadie lo había hecho!
Y el solo hecho de recordar ese momento...de imaginarme que esa podría ser mi realidad, me volvía tan loca que me resultaba tentadora la idea de dejar de tratar de conocerlo, y simplemente disfrutar de lo poco que me ofrecía.
Pero soy terca y disconforme, no lo dejaría pasar así sin más.
—Mírate—dice Kim llamando mi atención —estás pensando en él, ya pusiste esa cara de babosa.
Había invitado a Kim a mi casa para arreglarnos e ir a la fiesta juntas, pero ahora me estaba arrepintiendo.
—Que te valga verga, Kim—suelto, lanzándole un cojín.
Ignorándola, vuelvo a prestar atención a mi maquillaje (que se me da muy bien, debo decir)
Ella se ríe. Estoy disfrutando mi nueva amistad con Kim, me encantaba pensar que había logrado conseguir mi objetivo aquí.
—Vaya—espeta—de verdad que estás loquita por Aaron.
La fulmino con la mirada, porque...en parte tiene razón, Aaron me volvía loca, era un enigma, y yo quería resolverlo más de lo que deseaba una montaña de dinero. Siempre me habían apasionado los secretos, recuerdo que solía esconderme en los lugares más extraños solo para poder espiar a escondidas, fue justo, así como me enteré de que mi hámster había muerto y lo enterraron en el jardín, y no se había ido de vacaciones a Francia como mi papá decía.
¡Pero el maldito Aaron estaba más cerrado que una tumba! No tenía alguna filtración visible. Y eso me parecía increíblemente sexy.
—¿Y qué si estoy loca por él? —digo arrugando la nariz —media escuela lo está, él está buenísimo.
—¿Quién está buenísimo? —la voz de mi padre nos hace pegar un salto a ambas.
CUAL DE LAS DOS ESTÁ MÁS ATERRADA. Esto era algo clásico de mi papá, al ser un ex militar sabía cómo moverse por la casa en silencio.
—¡Papá! —protesté—¿No puedes ser una persona normal por un día?
Mi papá se ríe, ciertamente nos parecemos mucho, aunque yo soy una versión más pequeña (y guapa) que él, pero cuando se ríe puedo ver porque nadie dudaría que soy su hija.
—Lo lamento—dice mirándome—¡Luces bien! Debe gustarte mucho ese chico.
—¡Papá! —me quejo, haciendo que Kim se ría.
El alza las manos al cielo.
—Está bien, espero que se diviertan—nos dice mientras sale de la habitación —les daré dinero para el Uber, pero vuelvan juntas.
—Sí, señor—digo burlonamente.
Ahora deben estarse preguntando porqué me iré y regresaré en Uber si tengo un carro precioso, pues simple: Es más seguro.
Si ofrecen alcohol en la fiesta (que estoy segura de que pasará) querré tomar, y no es recomendable manejar después de eso. La seguridad, ante todo, niños.
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Aaron & Alyssa. |COMPLETA|
Teen Fiction(COMPLETA) Tras sufrir una lesión deportiva, el mundo de Aaron Meyer parece haberse caído a pedazos. Ha perdido a su novia, ha perdido a sus amigos y ha perdido la facultad para caminar. Ya no queda en él absolutamente nada más que rencor y dolor...