Capitulo 35

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¿El celo de Jimin? ¿Adelantado? ¿Su aroma? ¿Alejados?

Realmente fue buena idea levantarse enseguida por primera vez en su vida, gracias aquello había escuchado a escondidas algo muy importante. Durante esa semana que había compartido con Jimin, había descubierto algo muy importante. Y era que no le importaba que Jimin fuera un Omega y no se lo hubiera dicho, con esa semana se fue acercando aún más al rubio escuchando bastantes cosas hasta llegar a esa conclusión, si era Jimin, no le importaba porque seguía siendo Jimin, además tanto su hijo como él se habían vuelto adictos al tenues aroma que Jimin desprendía en las mañanas mientras dormía.

Tampoco podía negar el lazo que estableció su hijo con Jimin, un lazo que... le reconfortaba y alegraba, provocaba un ligero calor en su interior verlos tan unidos como están.

No, no iba a dejar que Jimin se fuera a sufrir solo su celo... Menos dejaría que otro Alfa ocupará su lugar para ayudarlo, pensar en aquello lo enojaba en demasía. No, no dejaría que Jimin se fuera cuando su celo llegara, tenía que convencerlo de que estaba superando su problema con los Omegas o al menos con él, necesitaba un incentivo para que Jimin se animará a decirle que era un Omega y lo necesitaba para ahora.

Con una sonrisa ladina afirmó bien a su hijo y entró a la cocina minutos después de que Jimin saliera de la casa. Jin estaba de brazos cruzados, pensativo.

- Quiero pedirte algo. -la voz del Alfa lo sorprendió logrando que pegara un pequeño salto.

- Mier...coles, -corto su maldición al ver a Jungkook- ¿quieres decirme que quieres? -pregunto con algo de malhumor luego de recuperarse de aquel susto.

- Quiero que dejes de usar neutralizador. -Jin entre cerro sus ojos y volvió a cruzar sus brazos sobre su pecho.

- ¿Por qué? Pensé que mi aroma dulce te molestaba al recordar a...

- Lo sé, sé que yo mismo te lo pedí un día hace tres años pero ya estoy avanzando y no siempre podré alejarme de aquel aroma dulzón y empalagoso.

El Omega se quedó en silencio unos segundos, tal vez Yoongi en verdad estaba avanzando gracias a Jimin y si eso era así, aquello significaría que no se sentiría tan dolido cuando se enterara que Jimin es un Omega.

- Bien, no volveré a rociarme neutralizador por cierta cantidad de tiempo, tampoco creo que sea bueno o que aceptes de buena manera el dulce aroma siendo que estuviste alejado de este prácticamente tres años. -bien, Jin estaba de su lado, eso era bueno.

- Seguro... ¿Dónde está el mocoso? -pregunto fingiendo no saber mientras observaba a su alrededor como si lo buscara.

- Tae lo llamó y Minnie lo fue a ver, dijo que trataría de no demorarse mucho. -mintió como le había pedido Jimin, encogiéndose de hombros para observar el desayuno que había preparado.

- Ya... -pronunció con un suspiro, llamando la atención del menor que enseguida inclinó su cabecita hacia arriba para observar a su padre con un puchero-. Estoy bien. -le acarició la pequeña manita y sonrió suavemente.

Jungkook sonrió recibiendo gustoso aquel mimo y luego volvió a observar la cocina buscando a Jimin.

- Minnie no está Jungkookie pero volverá pronto. -prometió Jin al ver como el menor lo buscaba ya casi desesperado.

Las siguientes cuatro o cinco, tal vez seis horas -no sabía muy bien realmente- no fueron para nada agradable para los tres habitantes que se quedaron. Jin tuvo que soportar no solo el malhumor de Yoongi que cada vez que pasaba el tiempo se volvía más pesado, sombrío y frío -como era antes- sino que también lo tuvo que soportar en el pequeño Jungkook que a cada momento hacia un berrinche y si no, actuaba igual que su padre. No pensó que el que Jimin estuviera lejos les podría afectar tanto a ambos y sinceramente ya no soportaba más aquella situación, razón por la cual suspiro con verdadero alivio cuando Jimin cruzó la puerta con dos bolsas en una mano y dos muletas en la otra.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora