Jimin logró llegar al baño justo a tiempo para romperse en lágrimas, sabía que este tema ya debía de superarlo pero sinceramente dolía saber que no podría darle un hijo a Yoongi, que no iban a poder tener su cachorro producto del amor entre los dos.
Si, Yoongi le había dicho miles de veces que no importaba, que tenían a Jungkook pero sabía que muy dentro de él, Yoongi también lo deseaba.
Giro la llave, dando pase libre al agua para bajar. Bajo sus manos y mojó su rostro con cuidado, borrando el camino de sus lágrimas.
La puerta del baño fue abierta, seguramente una persona venía a ocuparlo y él aquí, llorando.
Se inclinó sobre el lavado para que el desconocido no le viera el rostro, se volvió a mojar el rostro y tomó un poco de agua para bajar ese nudo.
- Así que... Viniste. -Jimin junto sus cejas confundido, se enderezó y alzó una ceja al ver a esa mujer, a través del espejo, en el baño de hombres.
Gran sorpresa se encontraba la mujer al llegar y ver su puesto ser ocupado por Jimin, arruinando sus planes nuevamente.
- ¿Qué haces aquí? -pregunto el rubio.
- Esa es mi pregunta. -gruño la Omega, acercándose más.
Jimin se dio media vuelta para enfrentarla. Sonrió burlón y arrogante cuando los ojos de aquella mujer fueron directo a la marca en su cuello, a las dos marcas.
- Tú... -pronunció con odio, acercándose rápidamente a Jimin. Agarrandolo del cuello de su ropa.
- Hey, no me toques. -dijo Jimin apartando de un manotazo aquellas manos que iban directo a su cuello, como si quisieran comprobar que lo que veía era real.
- ¡Tú, maldita puta! ¿Quien te crees que eres, eh? -le preguntó notablemente alterada, cegandose con el odio y celos.
- Eh... Pues, el Omega de Yoongi ¿Que más? -respondió sonriendo, tocando con cariño una de las marcas en su cuello.
- ¡Callate! ¡Esa marca debía de ser mía! ¡Es mía!
- Pues que lastima, ¿No? -fingió pena-. Pero Yoongi me marco así como yo le marque, ambos nos pertenecemos, ambos nos queremos.
- ¡No! ¡Yoongi es mío!
- Nop, Yoongi es mío, así como también su hijo, nuestro hijo, Jungkook. -contestó sonriendo.
- Puta barata, te metiste a esa casa solo para robarte lo que me pertenece, ese Alfa es mío. -gruñó acercándose, queriendo darle una cachetada al rubio Omega que esquivó fácilmente.
- No, yo entre a esa casa para ayudar a Yoongi. Ninguno imagino que nos terminaríamos enamorado y amando cada noche. -muerde su labio inferior.
- ¡No! ¡Callate! ¡Esas deberían ser mis caricias! ¡Mis besos! ¡Y mi marca!
- Sus manos recorren mi cuerpo, sus labios besan los míos con pasión, con dulzura, con cariño. Y sus ojos, sus hermosos ojos me miran como si fuera su mundo entero y lo sé por que yo lo miro así, siempre. Esas muestras de amor nunca podrás tenerla por que son mías. -Jimin dijo sonriendo.
Ardiendo en furia Shin-hye, se le lanzó encima intentado rasguñarle el rostro o cualquier parte del cuerpo. En su cabeza solo estaba borrar aquellas palabras y lastimarlo.
- ¡No! ¡Yoongi es mío desde el día que lo conocí en ese casa! ¡No me casé solamente con Minho para que ahora vengas y arruines mis planes! ¡Incluso cuando convencí al ex de Yoongi para que le terminara de esa forma y así odiara a los Omegas! ¡Se supone que yo lo iba a conquistar! ¡¿Y ahora vienes tú...!? ¡Maldita puta, sabía que eras un Omega! -gruño abalanzándose otra vez sobre un sorprendido Jimin, logrando que ambos perdieran el equilibrio y cayeran al suelo.