Despertó en medio de la noche, pero esta vez no fue por lo mismos recuerdos de siempre que lo atormentaban en sus sueños, fue por un silencioso llanto necesitado.
Aquel llanto suave era necesitado y lleno de soledad, que se le apretó el corazón con tan sólo escucharlo.
Sin colocarse sus pantuflas, salió de su habitación en silencio. Era tarde, y por lo que pudo ver, Jin aún no llegaba.
Otra vez, ahí estaba ese silencioso llanto. Mordiendo su labio inferior, siguió aquel llanto hasta la habitación que tenía prohibido entrar. Se paró frente a ella debatiendo mentalmente si abrir y entrar o ignorar e irse.
Mientras esa era su duda, el llanto silencioso persistía, angustiándolo más y más hasta el punto de entrar. Cuando cruzó la puerta, aquella imagen hundió su corazón roto. Había visto y presenciado a alfas llorar, pero no así... no así tan desolado y solitario.
Sabía que estaba mal, sabía que lo más probable es que lo echara después de decirle un centenar de insultos y otras cosas más... pero no pudo ni quiso irse.
Podía ver como el cuerpo del alfa se tensaba con cada paso que daba, pero no se detuvo.
—Vete. —ordenó aquella oscura y grave voz erizándole los cabellos de su nuca; sin embargo, no lo hizo y siguió sus instintos.
Aquella voz le pareció tan rota a pesar de lo grave y oscura que sonó. No le importaron las consecuencias y rodeó completamente al alfa.
Yoongi observaba sus manos, viendo como sus lágrimas caían sobre estas, se sentía tan débil y roto que se molestaba consigo mismo por sentirse así. Odiaba con toda su alma sentirse así.
—Te. Dije. Que. Te... —era cálido, aquellos pequeños brazos rodeando su cuello eran cálidos y molestosamente reconfortantes.
—Shh... sigue hasta que ya no puedas más... yo estaré aquí por mientras... —susurró Jimin tranquilamente, inclinándose más para así poder aferrarse aún más al cuello de Yoongi.
No fue un "vas a estar bien" o "lo superarás", y aquello realmente se sintió bien. No estaba deteniendo su llanto como alguna vez hicieron todos e incluso él mismo. El pequeño y entrometido rubio frente a él lo incitaba a desahogarse completamente teniéndolo a él como apoyo.
Aquello fue mucho mejor que el "lo superarás con el tiempo", que todos sus cercanos solían decirle cuando lo veían. Tal vez fue por eso que sí lloró, arrastrando el pequeño cuerpo más cerca al rodear la pequeña cintura y obligándolo a que se sentara de lado sobre sus piernas.
Escondiendo su rostro en aquel pequeño cuello, comenzó a soltar sus lágrimas desoladas. No se contuvo más, llevaba años haciéndolo, no hoy. No con aquel suave y cálido tacto envolviéndolo, no con aquella agradable sensación.
Jimin lentamente comenzó acariciar la nuca del alfa suavemente, relajándolo aún más. Se sentía bien estar haciendo aquello. Suavemente comenzó a tararear, su tierna voz era muy envolvente para Yoongi, aquella voz logró calmar su solitario llanto y tranquilizar su respiración, a la vez que... alejaba recuerdos.
—¿Mejor? —susurró dulcemente, como si hablar muy fuerte terminaría por romperlo, pero él ya estaba roto.
—No hables —era un susurro, pero uno suave que a la vez ordenaba. Esto causó una tierna risa en el rubio, logrando que el alfa sonriera ladino.
Siguieron así varios segundos, Jimin abrazado al cuello del alfa, acariciando suavemente su cabeza y Yoongi aferrado a la pequeña cintura, comenzando a mover su dedo pulgar sobre esta. Ambos perdidos en el silencio, apreciándolo cuando lo habían empezado a odiar.
