Capítulo 4

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Hoseok observó a su hermano. No importaba su alrededor, aún seguía manteniendo su cálida sonrisa.

—Yoongi, baja esa silla, por favor; ya no hay más omegas en esta sala —su voz amistosa mientras observaba sobre el hombro de Jimin.

—Es tu culpa por traerme otro omega para la sesión, por eso no me gusta venir aquí. —gruñó bajando lentamente la silla hasta que tocará al suelo sin delicadeza.

Hoseok soltó un suspiro aliviado y volvió a mirar a Jimin, quien observaba a su alrededor, como si buscara una forma de salir de allí.

—¿Cuál es tu nombre?

—... Park Jimin. —Yoongi frunció el ceño, aquella voz era demasiado suave como para pertenecer a un simple beta.

Hoseok asintió con la cabeza pensativo, no tenía ningún trabajador que tuviera ese nombre en la clínica.

—Bueno... creo que es hora de irme —sonriendo, Jimin intentó rodear al alfa frente a él, pero el contrario se movió impidiéndoselo.

—Déjalo —bufó Yoongi—. Con ese pequeño cuerpo y esa voz afeminada no podrá con las terapias; además, la última vez me dijiste que necesitaba un kinesiólogo que también haya estudiado a fondo la fisiología —su tono era burlón.

Hoseok sonrió en forma de disculpa a Jimin, pero este ya se había dado vuelta y avanzado hasta estar frente a Yoongi.

—Déjeme decirle que este pequeño cuerpo, con esta afeminada voz chillona, ha ayudado a salir adelante a más personas que la capacidad de su cerebro para ser amable —soltó juntando sus cejas—. Y también me especialicé en fisiología —su tono algo orgulloso por aquella revelación.

El silencio envolvió nuevamente su alrededor. No fue hasta que el alfa frente a él alzó una ceja mientras se acomodaba en la camilla, que Jimin se dio cuenta de lo que le había dicho a un alfa.

Tanto Hoseok como Yoongi y todos, estaban sorprendidos, nunca nadie se había atrevido a responderle a Yoongi. Con su apariencia fuerte y su tono frío, al igual que sus nulas expresiones, intimidaba a cualquiera sin la necesidad de palabras.

Jimin cerró sus ojos y sonrió sin separar sus labios, nunca se había dejado llevar tan lejos con sus palabras frente a un alfa, y menos con uno como este. Lentamente retrocedió un paso sin aguantar tenerlo tan cerca y menos con la tensión que había.

—Pruébalo —Hoseok abrió su boca sorprendido. Ya estaba preparado para sacar corriendo al pequeño hombre rubio frente a su hermano. Yoongi alzó una mano deteniendo a Hoseok cuando este avanzó un paso.

—¿Probarlo? —su tono sorprendido y su expresión incrédula.

—Sí, prueba lo que dices —soltó simple, como si no fuera nada.

Jimin tragó seco; para sus terapias siempre usaba su aroma ¿cómo hacerlo con un hombre que parecía odiar con toda su alma a los omegas?

Yoongi sonrió burlón al ver al rubio frente a él hacer una mueca.

—¿Qué? ¿No puedes?

—Yoongi... —su tono era de advertencia.

—Cállate Hoseok, estoy hablando con el pequeño de aquí —sentenció obligándolo a callar. Sí, Hoseok respetaba a su hermano, aunque a veces fuera un verdadero imbécil con las personas.

—Puedo —pronunció por fin Jimin sorprendiendo a los contrarios—. Necesito sus archivos y que nos dejen solos para trabajar bien. Me gusta el silencio cuando trabajo.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora