Michael había caído de espaldas sobre los restos carcomidos de un desafortunado compañero, la pavorosa imagen que se cernía frente a sus ojos lo horrorizó y provocó en él, un espantoso grito, silenciado por las preguntas del alguacil a través de la radio. Michael no contestó de nuevo, quedándose paralizado por unos segundos; a tres metros frente a él, clavados en la pared, se hallaban tres cadáveres humanos, dos hombres y una mujer, totalmente desnudos, carentes de cabeza y bañados en su propia sangre. Los cuerpos clavados de manos y pies emulaban una aparente simbología de crucifixión, colocando el cadáver femenino en el centro y los masculinos a ambos extremos de este.
-Es terrible, esto no es obra de hombres...- Pronunció aterrado el joven policía a través del comunicador, cubriéndose la boca con el brazo, aguantando la respiración.- Necesitaré refuerzos, señor-.
-Ellos eran nuestro personal más capacitado....- Respondió conmocionado el alguacil- ¡Sal de ahí ahora, Davis!- Exclamó Morrison casi gritando. Lo cierto era que la voz del joven policía se oía totalmente aterrada y el alguacil, aún sin presenciar la blasfema escena, percibió un pavoroso escalofrió inundar su interior.
-¡¿Se...señor?!- Michael apretó los botones del comunicador, traspiraba aterrado y las gotas de sudor inundaban su rostro introduciéndose en sus ojos, impidiendo su visión por momentos. Parecía que la batería del aparato se había agotado, asustado intentó hacerlo funcionar, pero descubrió que había dejado la batería de repuesto en el auto.
"Ayuda...alguien...ayuda"
Michael oyó aquel susurro espectral y percibió aterrado como su piel se escarapelaba. La voz era aguda, y débil, como la voz de una pequeña niña, así que el policía, exhalando fuertemente por la boca en un ademán de valor; tomó una de las escopetas, regadas junto a los restos humanos del suelo, y se encaminó con temor hacia el interior de la aversiva y monstruosa granja abandonada. El lugar se encontraba inundado de restos humanos, esqueletos carcomidos y órganos putrefactos colgaban del techo como si se tratase de una enfermiza ambientación.
-¡¿Hay alguien ahí?!- Michael se vio de pronto frente a un agujero que conducía al sótano de la cabaña, había seguido la voz y luego de revisar las habitaciones, y despachos cubiertos de heno podrido, solo le quedaba revisar allí abajo. En aquel abismo terrestre al que no llegaba la luz.
"Si... ayuda...estoy... Aquí...abajo"
Michael descendió con lentitud por aquella vieja escalera de madera, temiendo que en algún momento los podridos tablones colapsaran.
-Oye...tu eres...- El joven policía encendió su linterna, iluminando aquel lugar olvidado y corroído; a unos metros a su izquierda, vislumbró una pequeña y delgada aparición humana, una muchacha encadenada, vistiendo solo un trapo inmundo cubierto de vómito; grandes cortes inundaban sus pies y manos, cubiertos de sangre seca y suciedad.
-Tengo hambre...quiero ir a casa- Susurró la rubia muchacha, balbuceando con torpeza las palabras.
-Tu, tú eres Tessa...¿Cierto?...la hija del Alguacil- Michael sujetó a la débil chica con sus brazos, alegre por haberla encontrado y horrorizado por su estado moribundo.
-Tranquila... te llevaré a casa- Susurró el policía, tomando su navaja del bolsillo, rompiendo aquellos barrotes oxidados sin mucho esfuerzo.- ¿Puedes tomarte de mi espalda?- La moribunda muchacha asintió.- Necesito tener el arma lista por si vienen los que te hicieron esto.- Él, le dio la espalda, observando hacia todos lados, esperando que nadie viniese. No había explorado el lugar, pero no necesitaba hacerlo para darse cuenta que aquel sótano bajo tierra se extendía muchos metros hacia cavernas desconocidas, como el estómago de una monstruosa bestia a punto de devorarlos. La muchacha entonces lo rodeó con sus brazos, y sosteniéndose firme, Michael subió por la escalera hacia la superficie, atento en cada instante por si alguna amenaza aparecía.
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En las Fauces del Vampiro (+18) [Actualizacion LENTA]
VampireCuentan las antiguas leyendas que los vampiros existían mucho antes del dominio humano sobre la Tierra; su raza era una abominación e insulto al orden natural de la vida, criaturas forjadas por la voluntad de una terrible entidad tan monstruosa como...