-Partimos en quince minutos- Destrok tomó un paño del suelo, limpiando la sangre que yacía en el escritorio junto al cadáver del anciano Murdock- Revisen municiones, vayan al baño a cagar, coman algo de la bodega...-. Expresó, limpiando la culata de su escopeta. El mermado equipo, apenas manteniendo esperanzas, asintió sin rechistar, ascendiendo hacia la estancia superior. Mack, dirigiéndose hacia la barra del bar, tomó una cerveza y extrajo un burrito de cerdo de la nevera. Regynia, acercándose a la máquina de golosinas, destrozó el cristal con una airada patada, extrayendo de este, varias galletas y chocolates.
La pareja sobreviviente, Charlie y Kristen, tiritaban abrazados sobre el viejo sofá del bar, él murmuraba una antigua canción de cuna, acariciando con delicadeza el frágil vientre de su esposa, débiles lágrimas de amargura emergían de sus cansados ojos, descendiendo hasta perderse en el suave movimiento de sus labios.
- ¿Estás segura? - Morrison aún mantenía sus dudas acerca del paradero de aquel extraño artilugio. - Apuesto que ese maldito vampiro ya saqueó el museo antes de venir por nosotros-.
-Es posible...-Moira mordió sus labios, expulsando una negruzca humareda de entre los dientes- Pero no tenemos elección... ¿Cierto Destrok? - El cazador asintió sin siquiera girar hacia ellos- Demonios, me acabé la cajetilla- La fornida mujer policía esbozó una nerviosa sonrisa; lo cierto era que aquellos pensamientos rondando su frágil mente la perturbaban. - Iré al almacén por más, ¿Quieren que les traiga algo? -.
-No, iré en unos minutos por un bocadillo...- La fatiga en el cuerpo de Morrison se reflejaba en su voz ligeramente apagada, Destrok solo se limitó a negar con la cabeza - ¡Ya no fumes demonios! - Vociferó el alguacil- Si sobrevives a todo esto, terminarás muriendo de cáncer-.
Moira sonrió-Créeme, prefiero que mis pulmones revienten en este momento y morir, a que aquel vampiro termine jugando con mi cuerpo mientras me devora como lo hizo con ellos- Respondió con tranquilidad, abandonando aquella habitación subterránea.
-Debí suponer que fuiste tú quien destruyó la máquina- Expresó la joven alguacil, al hallarse frente al inerte aparato expendedor, Regynia sonrió brevemente, sin retirar aquella botellita de yogurt de sus carnosos labios.
- ¿Enserio, estabas sacando una moneda? - Respondió la joven cazadora, observando como Moira mantenía entre sus dedos su empapada billetera, cubierta de agua y lodo.
-Soy policía ¿lo olvidas? - Moira jaló un banco hacia ella, y tumbando su trasero sobre este, se recostó sobre la barra. El silencio por unos momentos inundó el ambiente que ocupaban aquellas dos osadas mujeres, pero, luego de ingerir un empalagoso refresco de naranja, decidió mover sus labios - ¿Crees realmente que logremos vencer a ese monstruo? -. Preguntó, exhalando desaliento.
- ¡Nos hicieron mierda! - Regynia volvió a tomar un sorbo de la botella- No me hagas pensarlo ¿quieres?, allá afuera todo está de cabeza, desearía quedarme aquí y simplemente intentar sobrevivir...-.
-¿Y porque no lo hacen?- La intriga carcomía los pensamientos de Moira, hace apenas unos días se enteraba de la existencia de estos peculiares "Criptocazadores", y no comprendía que hacía que prosiguieran con su misión a pesar de lo ocurrido.
- Juramos proteger la realidad de los hombres- Las palabras de la joven cazadora se oían apagadas, pero llenas de firmeza- Antes ya llegué a perderlo todo, esto es solo un día mas en mi vida, y es igual para ellos- Regynia terminó de ingerir aquella botellita, arrojándola con ímpetu al ensangrentado suelo.
-No puedo imaginar que horrores existen allá afuera, ocultos de nuestra falsa realidad- Moira parecía entender vagamente, pero aún, observando el horror que yacía frente a sus ojos, le era imposible imaginar tales situaciones racionalmente imposibles- ¿Qué me dices de Destrok?... percibo el furor que carga sobre sí, ¿Crees que tomará buenas decisiones, ahora que el viejo está muerto? -.
ESTÁS LEYENDO
En las Fauces del Vampiro (+18) [Actualizacion LENTA]
VampireCuentan las antiguas leyendas que los vampiros existían mucho antes del dominio humano sobre la Tierra; su raza era una abominación e insulto al orden natural de la vida, criaturas forjadas por la voluntad de una terrible entidad tan monstruosa como...