En las Fauces del Vampiro (+18) [Actualizacion LENTA]

CAPÍTULO 8: Demencia

El equipo conformado por seis Criptocazadores y ambos oficiales de policía, no tardaron en llegar a la maldita locación, el tenebroso establo Blackrock, abandonado desde hacía mucho tiempo, convertido ahora en el blasfemo nido del Vampiro de Wright. El cuerpo mutilado del desafortunado Michael aún se divisaba funesto, colocado como una advertencia en la entrada del terreno, con un acelerado y diabólico indicio de descomposición; rodeado de un grotesco enjambre de inusuales moscas que parecían no hallarse en ningún otro sitio del sanguinario lugar, salvo en el cadáver del joven policía.

-Todos guarden silencio. -Ordenó Destrok con autoridad- Observando la macabra cabaña cubierta con aquella fantasmagórica neblina blanquecina. -Rip y Sophie-Indicó a los gemelos. - Quédense aquí afuera, custodiando la entrada, manténganse en contacto y pase lo que pase, preserven sus vidas-.

-Como quieras viejo, cuídense allá adentro-. Exclamó la menor de ambos hermanos, revisando las municiones de su subfusil; el rubio Rip asintió sin pronunciar palabra, situándose junto al empalado cadáver.

-Es la primera vez que entrarás allí ¿cierto, alguacil? - Preguntó el líder cazador, a pocos metros del gran pórtico del establo.

Morrison apretó con firmeza el cañón de su escopeta. – Espero que no sea la última-.

El grupo ya había alcanzado la entrada y ahora se aventuraban en los asquerosos pasillos nauseabundos, adornados con cadáveres mutilados, cuerpos horriblemente desmembrados y sangre tanto líquida, como seca, cubriendo las macabras paredes de podrida madera.

Moira y Morrison se vieron terriblemente horrorizados, aquella decoración enfermiza y necrótica reflejaba una horrible realidad bestializada, reflejo de la más ennegrecida perversión; el Alguacil, apretando los puños, no pudo otra cosa, más que contener la ahogada respiración, imposible de soportar en tan asqueroso lugar.

- ¿Así de sanguinarios son estos seres? – Susurró pasmado, observando un montículo de asquerosas entrañas, desparramadas en el suelo en una especie de circulo meticulosamente armado.

-Es un vampiro, no son criaturas con las que quisieras pasar el día. -Respondió fríamente el líder de los cazadores. -Para ellos, los humanos no son más que alimento y desechos-.

El grupo continuó avanzando en silencio, alerta ante cualquier ruido que interrumpiese el pavoroso sosiego afónico, que provocaba en los humanos presente, una horrible inquietud; conscientes de estar ingresando a un espacio gobernado por la mismísima muerte. El transitar continuaba enmudecido, y con cautela, luego de inspeccionar horrorizados, todas las habitaciones de la superficie, descendieron por la vieja escalera al intraterrestre estómago de aquella olvidad cabaña. El lugar se encontraba en similares condiciones a la superficie, cubierto por completo de tejido muerto, como si la carne de los cadáveres por unos instantes, hubiera cobrado vida propia, enlazándose a las paredes de la cueva inferior.

- ¿Qué demonios es esto? - Exclamó Moira horrorizada. Apretando el cañón de su escopeta con las manos sudorosas.

-Eh visto esto antes- Comentó Regynia palpando la pared con asombro. - Hace tres años, durante una cacería en las cavernas de Yellowstone.

- ¿Y qué demonios era? - Preguntó Gail sin quitar la vista de la negrura que se alzaba frente a ellos.

-No lo sé, decían que se trataba de un fluido provocado por las criaturas que sirven a la muerte, es un símbolo que las identifica o algo así; en aquel caso aquello se trató de una guarida de Nigromantes, pero, creo que esto sobrepasa la imagen que recuerdo vagamente. - Culminó la joven cazadora. Aquel sótano culminaba su construcción unos pocos metros después y anteriormente, había servido como depósito de basura y herramientas; pero ahora, con aquellas cavernas presentes, entendían que aquel pasaje profundo solo era el inicio de una travesía al horrido estómago de la Tierra. Se podía oír un débil goteo de agua, producto del constante erosionar de rocas inferiores, que conectaban con un canal líquido, posiblemente un río subterráneo que recorría los cimientos de la Isla.