Esposo Infiel [Kim SeokJin & T/N]

'26'

T/N se odio a si misma en el momento en que no se dio cuenta de que se habían ido. La semana había transcurrido con una tensión insoportable. Jin se comportó de una manera fría y distante, sin preocuparse de ocultar su enojo hacia T/N, así que, todos suspiraron aliviados cuando se marchó unos cuantos días.

Pero no se trataba sólo de eso. Era semana Santa y los niños estaban de vacaciones, así que pasaban todo el dia en casa. Si exitacion ante el evidente cambio de casa no dejaba que T/N estuviera tranquila. Muchas veces se entrometian en su trabajo y ella no tenía la paciencia suficiente. Acabó por gritarle a y reprenderles, cosa que no merecían.

Estaba cansada de guardar cosas en cajas cuando oyó el teléfono. Profirió un juramento y se dirigió a contratarlo, pero dejó de sonar.

Volvió a su tarea sin dejar de maldecir.

Todavía estba jurando entre dientes cuando los mellizos entraron en la habitacion.

-Era papá-dijo Alex con un semblante muy serio

No había olvidado el regaño que le echó T/N por tirar su zumo de naranja sobre el suelo de la cocina. Para Alex había sido una injusticia, porque lo había tirado cuando lo tomó para Chung-Hee, de modo que su intención había sido ayudar a su madre, pero T/N vio el pequeño accidente y perdió los nervios.

-Ha dicho que te diga que está volviendo -dijo el pequeño con frialdad -y que primero ira a la oficina así que llegará tarde

《Al diablo con el》 pensó T/N. Que se quedará en la oficina mientras ella se encargaba de la mudanza 《¿haciendo el papel de mártir, T/N?》 Oyó que le decía la voz de Seok Jin en su cabeza.

-le dije que viniera a jugar con nosotros -intervino Hyorin

-y supongo que el colgo enseguida, muerto de miedo - dijo T/N con sarcasmo

Los mellizos no fueron ajenos a la crudeza de aquella expresión. Hyorin se puso roja de ira

-¡No, No dijo eso! -exclamó - ¡Dijo que prefería jugar con nosotros a trabajar! ¡y tu no eres una buena mamá!

T/N vio que a Hyorin se le llenaban los ojos de lágrimas antes de salir corriendo de la habitación y bajar las escaleras como un rayo seguida de Alex.

Suspirando, apoyo una mano sobre su vientre hinchado y otra sobre su frente. Recordando que, probablemente, merecía las palabras de Hyorin, se dirigió la pido de abajo. Los mellizos la ignoraron, fingiendo estar concentrados en la televisión.

Levantó a Chung-Hee del suelo donde había estado entretenido jugando con sus piezas de construcción y miro a Hyorin y a Ale, con la esperanza de que le devolvieran la mirada para poder decirles que lo sentía. Pero pensó que, tal vez, aquello aumentar la su irritación y salió del salón con el pequeño.

Una hora más tarde estaba a punto de volverse loca.

Los buscó por todas partes pero los mellizos parecian haber desaparecido de la faz de la tierra. Fue en auto hasta el parque, pensando que podían estar en los comumpios. Fue a la casa de la madre de Jin, sabiendo que So Min estaba fuera visitando a unos amigos, pero pensando que los mellizos no lo sabrían y que podrian haberse dirigido allí. Inspeccionó la casa de arriba a abajo más de una vez, buscó en el jardín, y llegó a llamar a la nueva casa pensando que podrían estar ahí de alguna manera. Pero no había sido así. Se disponía disponía llamar a la policía cuando sonó el teléfono.

Contestó al instante. Esaba temblando de tal manera que le costaba apoyar el auricular en la oreja

-¿señora Kim?

-si -respondió en un susurro

- señora Kim, soy la Secretaría de su marido...

Le dio un vuelco al corazón

-¿está Jin ahí?

-no, todavía no ha llegado-respondió la mujer -pero sus hijos acaban de aparecer preguntando por él y he pensado que...

-¿están ahí?

-si -dijo la Secretaría amablemente, dándose cuenta de la preocupacion de T/N -si, están aquí

-¡Oh, no puede ser! -exclamó T/N, cubriendose la boca con la mano, conteniendo un torrente de lágrimas. -¿están bien?

-si, están bien

T/N se sentó en la escalera, invadida por una sensación de alivio pero se puso de pie casi al instante

-¿ puede decirles que se queden ahí por favor? - dijo casi en un susurro -voy ensegida... voy enseguida...

Colgó el teléfono, profirió una pequeña risa nerviosa y se apresuró a preparas a Chung-Hee

T/N llegó al edificio de Kim n' K justo caundo funalizaba la hora de comer. El moderno edificio estaba de gente que volvía a sus respectivas oficinas.

Tenía las mejillas sonrosadas por el sofoco de la prisa y, en su expresión, se veía que había sufrido un gran disgusto. Iba vestida con un pantalón blanco ajustado que se ponía para estar en casa, y con una camisa vieja de Jin. Se detuvo en la entrada y miro con asombro a su alrededor.

No podía ver a los niños. Sintió una punzada en el corazón y avanzó hacia el mostrador de la recepción qué había al otro lado del amplio vestíbulo, dónde una chica coqueteaba con un joven que estaba apoyado en su mesa.

-perdóneme -dijo T/N sin aliento -soy Kim T/N. Mis hijos. Yo...

-¡Señora Kim! -exclamó la chica, poniendo se de pie y observando a T/N como si no pudiera creer lo que veía. T/N no la culpa, sabía que su aspecto era horrible. Pero no le importaba, lo único que quería era ver a Alex y a Hyorin, necesitaba verlos.

-mis hijos -repitió -¿dónde están? Preguntó sin darse cuenta de que la exclamación de la recepcionista se había oído en todo el vestibulo y todo el mundo la estaba mirando.

-oh, el señor Kim ha llegado hace diez minutos - le dijo la chica -los ha llevado a su oficina y ha dicho que usted...

-la acompañare a su oficina, si quiere - dijo el joven

T/N lo miró distraidamente y asintió.

-gracias -susurro y lo siguió a los ascensores, demasiado perturbada para darse cuenta de las miradas curiosas.

El ascensor los llevo muchos pisos más arriba y los dejó en una planta cuyo suelo estaba cubierto por una gruesa alfombra gris que amortiguaba el sonido de sus pasos. Se acercaron a un par de puertas color gris mate. T/N aminoro el paso, sintiéndose extraña, débil. El joven golpeó la puerta con los nudillos, espero unos instantes y abrió. Luego se alejó para dejar paso a T/N.

T/N se detuvo en el umbral y observó con cautela a Jin. Estaba apoyado en una gran mesa en la oficina, con los brazos cruzados. Los niños estaban sentados, muy juntos, EN un gran sofá de cuero. Se le llenaron los ojos de lágrimas. Dejó a Chung-Hee en el suelo, tranco grueso y exclamó:

-¡Oh, Alex, Hyorin!

Y se desmayó al instante.