5.- Amao Odayaka: ¿Seguía soñando?

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Ayano despertó agitada tal como la última vez después de aquel terrible sueño donde era asesinada por Taro, un sudor invadió su frente y rápidamente fue a darse un ducha para despejarse de todos sus malos pensamientos

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Ayano despertó agitada tal como la última vez después de aquel terrible sueño donde era asesinada por Taro, un sudor invadió su frente y rápidamente fue a darse un ducha para despejarse de todos sus malos pensamientos.

Estaba muy confusa de aquel sueño o lo que resultaba ser una pesadilla, el parecido con la realidad le dejaban confundida. Los sueños repetitivos cada vez eran extraños.

¿Acaso este es otro sueño? — Se causó dolor con el fin de despertar pero, no funcionó.

Ella corroboró que se trataba de la realidad.

¿Qué era lo que ese chico buscaba?, más bien, ¿Qué era lo que sus sueños trataban de decirme? ─  Podría haber sido un sueño, pero le causó emociones encontradas.

Los recuerdos de aquel beso le abordaban, mientras un leve sonrojo dominaba sus mejillas.

El suave tacto en su cuerpo de aquel chico de cabellos naranja, su mirada cargada de deseo mientras la contemplaba. A pesar de todo no podía recordar su nombre.

Tomó lugar sobre el colchón tan solo un momento para buscar por todas la zonas de su cerebro, aunque no fue un éxito. Lo que no sabía era que estaba a punto de olvidarlo y todos sus recuerdo serían suplantados por una borrosa imagen.

Observó el reloj, notando ya lo tarde que era. Se sentía como un deja vú.

— Rayos — Se alistó a la velocidad de la luz y se dispuso a salir al exterior de la comodidad de su hogar.

Durante el transcurso del camino sus ojos buscaban a Taro por costumbre, pero no lo localizó por ninguna parte, nuevamente estaba demasiado preocupada por él mientras apresuraba el paso, rogando al cielo que todos esos sueños no jugarán con ella.

Observó a cada uno de los estudiantes esperando ver a su Senpai, pero todo fue en vano, en eso sintió una mirada entre tantas que la hizo erizarse, buscó por todas partes, aunque no encontró nada sospechoso en su entorno.

En su estado de distracción, chocó contra una chica y Ayano cayó por al suelo.

─ ¡Oh, discúlpame no me di cuenta! ─ La chica le tendió la mano con amabilidad, la miró y se dió cuenta de algo, ella realmente existía y no era parte de un sueño, entonces eso quiere decir que su compañero también.

─ No pasa nada ─ Murmuró indiferente, tomó su mano levantándose y se sacudió la tierra inexistente.

Recordaba muy bien el nombre de aquella chica, Taeko Yamada, pero no el de él. Instintivamente preguntó acerca suyo, pero Taeko negó haberlo visto o conocido. Decidió no tomarle tanta importancia, aunque todo le resultará de lo más extraño.

Le molestaba el hecho de que las cosas no salían como las recordaba y quería desquitarse con alguien, recordó que estaba buscando a Taro, entonces fue hasta su clase para encontrárselo, en cambio, Taeko estaba en su lugar, ésto la hizo enojarse e inconscientemente se estaba dirigiendo al club de cocina donde se dispuso a buscar un cuchillo hasta que por fin pudo encontrarlo.

─ Hola Yan-chan ─ una voz le hizo ocultar el cuchillo detrás, mientras se giraba hacia él. Pero al fijarse bien, no pudo reconocerlo. Le resultó familiar, tenía un gran parecido a una chica, no recordaba su nombre, pero si su físico, su cabello era castaño y alrededor tenía una banda verde menta y un mandil del mismo color. Sus ojos también eran verdes. Una punzada apareció en su cabeza, aunque trató de disimularlo con una sonrisa fingida.

─ Has venido en un buen momento, al fin he terminado de hacer un cupcake ¿Quieres probar? ─ Le ofreció el postre mientras se metió un bocado a la boca, su voz era dulce y encantadora, a decir verdad la chica comenzaba a detestarlo.

─ No gracias ─ comenzaba a ponerla nerviosa, el chico sonrió con un rubor en sus mejillas.
─ Ya me iba ─ Ella intentó avanzar cuando él la detuvo.

─ ¿Recuerdas tu promesa? ─ Ayano enseguida lo miró confundida, esta negó. El chico no pudo evitar soltar una risilla.
─ Siempre olvidas todo, ternura, ¿No habrás olvidado mi nombre? ─ ríe burlón, la joven negó repetidas veces aunque estaba mintiendo, se despidió y salió lo más rápido que pudo.

En su camino alguien la intersecto.

─ ¡Hey tú! ─ la chica comenzó a seguir a Ayano, esta se dio cuenta y se dio vuelta para enfrentarla, enseguida suaviza sus facciones al ver que se trata de Midori Gurin.

¿Ella no había muerto? Que raro..─ Se preguntaba, mientras la miró con el seño fruncido.

─ ¿Que hacías con el galán de Amao? ─ Le dio una mirada pícara y llena de curiosidad, eso sin duda le saco una vena en la frente.

─ No sé de que hablas ─ Midori se ríe sin creerse aquella estupidez.

─ Enserio no me digas que no ha pasado nada, ¿no se supone que soy tu mejor amiga? ─ hace un puchero logrando despertar una curiosidad en Ayano.

─ ¿De qué hablas?

─ Ahg! ¿Y el beso después de la fogata? ─ le replicó por no habérselo contado.

─ ¿Qué? ─ La pelinegra la miró confundida.

─ No te hagas la tonta conmigo. Además a Amao le gustas mucho, y ¿qué hay de la promesa que le hiciste? Que te quedarías al terminar las clases para tener una cita en la azotea. Eso me da envidia, amiga ─ Ella alzó una ceja emocionada
─ Por cierto ¿por qué no me habías contado nada? tuve que investigarlo por horas ¿sabes que difícil fue? Bueno aunque no lo fue tanto para una social como yo ─ La joven estaba arta de escuchar a Midori por lo que la dejó hablando, mientras caminaba hasta su clase.

¿Que esta pasando? Acaso seguía soñando? ─ su cabeza no dejaba de llenarse de infinitos pensamientos sobre la situación tan extraña que se había desarrollado otra vez.

Nuevamente se había sumergido entre sus pensamientos por lo que no vio cuando se tropezó con un chico.

¿Qué tiene la gente con tropezarse conmigo hoy? ─ se incorporó y siguió su camino sin tan siquiera mirar al chico o disculparse, este tenía una mirada invasiva y sonrió hasta desaparecer por el pasillo.

Ya estaban por comenzar las clases, cuando una figura pasó frente a ella y pudo notar que era, Amao o como Midori lo llamó, sus miradas se encontraron a lo que él le sonrió y su corazón latió de forma extraña.

El chico se acercó hasta ella y le pidió que salieran un momento, la pelinegra aceptó dudosa mientras éste la dirigió hasta el aula de sociología que se encontraba vacío.

─ ¿Para qué me necesitas?─ comenzó a ponerse muy nerviosa y no podía contestarle indiferente como solía hacerlo ¿La habían descubierto? ¿Él se había dado cuenta del cuchillo?

─ Para nada en general ─ él chico acortó la distancia entre ambos lentamente con una sonrisa que ocultaba intenciones.

─ ¿Entonces para que me citaste aquí? ─ inconscientemente comienza a retroceder hasta topar con la pared, la chica se estremece ante su cercanía. Él, le toma un mechón de cabello suelto para colocarlo tras su oreja, el rose de sus dedos con su piel la hizo erizarse, él la miraba con una dulzura sin igual.

─ Quería hacer...ésto ─ La tomó suavemente de la cintura y le plantó un beso en los labios, la chica quedó atónita sin gesticular nada, con el cuerpo tenso como una roca.

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Hasta que la muerte nos separe©★ (MaleRivals×Ayano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora