9.- Kizano Sunobu: Repentino momento

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Kizano lo miró un tanto sorprendido, por el peso de sus palabras

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Kizano lo miró un tanto sorprendido, por el peso de sus palabras.

─¿No te interesa?─espetó un poco furioso. La chica lo miró sin ninguna expresión en el rostro.
─No importa─Se dió la vuelta mientras elevó con elegancia su capa, para perderse por el pasillo.

El pequeño rato que llevaba en clases, era un martirio, y en cada minuto que pasaba, una presión aparecía en su cabeza.

Taro Yamada no parecía estar en el mismo mundo que ella, por lo que dedujo que se trataba de un sueño, uno donde no podía despertar, aunque ya lo hubiese intentado todo.

Pero, si ese era el caso ¿Qué sentido tendría que apareciera ese chico de nombre Kizano?, Todo esto la estaba poniendo de mal humor.

Aún estando dentro de un sueño, no se permitiría romper las reglas, talvez, solo talvez tendría que buscar la respuesta para volver al mundo real.

Sonaba estúpido tan solo pensarlo, pero no le quedaba más opciones, además, la perdida de memoria podría ser una respuesta del subconsciente.

La campana sonó, despertandola de sus pensamientos.

Seguido de esto, se levantó para empezar a caminar por todos los pasillos del instituto.
Al pasar cerca del aula de sociología, justo antes de cruzar la puerta, una mano cubrió su boca, para ser arrinconada hacia la habitación.

Sus ojos estaban cerrados, pero su sentido de curiosidad, los hizo abrirlos.

Su mirada se encontró con los ojos de un alma dispuesta a obtener lo que desee. Era de un morado intenso, que reflejaban un brillo lujurioso. Enseguida supó de quién se trataba.

─¿Sabes? Realmente dudé en hacer esto?─Susurró.
─Pero era inevitable no hacerlo─sonrió dejando al descubierto todas sus intenciones.

Ayano lo miraba un poco alarmada, pero con incertidumbre.

─No soy capaz de aceptar un no como respuesta─replicó
─Y todo lo que me propongo lo obtengo.─Lentamente fue acercándose al cuerpo de la chica, mientras colocaba una mano sobre su cintura y otra por encima de su cabeza.
─¿Y sabes a quién quiero?─Levemente pegó su rostro por el cuello de la chica hasta subir a su oreja.
─Te quiero a ti─En un rápido movimiento pegó sus labios a los de Ayano.

Por supuesto ella se mantuvo inmóvil sin intención de seguirle, pero eso no funcionó. Así empezó un beso feroz y profundo, la chica buscaba el calor de Kizano por lo que no pudo evitar pegarse más a su cuerpo mientras colocaba sus manos alrededor de su cuello.

Kizano todavía no estaba satisfecho con un simple beso y su siguiente acto fue tomarla de los muslos y subirla hasta la altura de su estómago, mientras le daba besos húmedos sobre su cuello.

Ayano no podía evitar morderse los labios. Ambos se encontraban con la respiración acelerada y las mejillas sonrojadas.

Kizano llevó a Ayano hasta el suelo quedando él encima de ella. Mientras deslizaba sus manos bajo su uniforme. Primero paso suavemente su mano por sus muslos y luego subió hasta su abdomen. Pero no podía disfrutar de la belleza de la chica con la ropa puesta. Por lo que decidió quitársela lentamente.

Con el torso descubierto, pudo notar la bella piel de la chica, y sus atributos eran ocultados debajo de un encaje blanco. La chica mantenía los ojos cerrados avergonzada, sabía que tenía un buen cuerpo, pero ni un chico lo había visto al descubierto. Por alguna extraña razón sentía miedo, más allá del deseo de ser tomada en esa habitación.

Obviamente el chico notó esto, y con un leve movimiento acaricio su mejilla con una dulzura. Quería darle la confianza necesaria.

Ayano abrió los ojos lentamente perdiéndose en el brillo que emanaba esos hermosos ojos morados, por lo que se dejó llevar una vez más.

Él deslizó su mano por debajo de su sostén, mientras colocaba una mano sobre un seno y lentamente comenzó a masajearlo. La chica se estremeció sintiendo un magnífico placer, queriendo más y más, esta vez ella tomó la iniciativa, y junto sus labios con los de él.

En un acto desesparado, comenzó a desabrochar los botones de la camisa del chico, mientras sus manos temblaban un poco, Kizano le ayudo a quitarse la prenda, dejando ver al descubierto su abdomen marcado, Ayano se mordió los labios al ver la facinante musculatura de aquel chico que yacía frente a él. Podría ser el sueño de toda chica.

En un repentino momento la puerta de la habitación resonó, ambos giraron sus rostros.

─Eh ¿Interrumpo algo?─Un chico se encontraba de pie apoyado en la pared con brazos cruzados. Se podía notar la incomodidad y enojo en su rostro.

Ambos chicos se incorporaron mientras con gran velocidad colocaban sus prendas. Estaban avergonzados y sonrojados.

─¿Se te ofrece algo?─espetó furioso.

─Pff, ¿De verdad me estás preguntando eso?, En primer lugar este no es una zona de motel, deberían dejar de hacer exhibiciones en público.

─¿Quién te crees Budo?─Kizano apretó los puños, no le gustaba que le dijeran que hacer y donde hacerlo.
Los ojos de Budo se posaron sobre Ayano que solo estaba siendo espectadora. Un leve asombro apareció en su rostro. Pero enseguida se convirtió en enojo.

─No me interesa hablar contigo, Imbécil─esto último lo dijo en un susurro poco audible, y decidió salir de la habitación no sin antes darle una última mirada a Ayano.

La chica se dió cuenta de la situación. Estuvo a punto de tener relaciones con Kizano.

Intento recuperar la compostura, mientras el chico se giraba hacia ella. No pudo evitar mirarlo con frialdad.

─Ayano, yo te amo─La chica se sorprendió ante su aclaración.─Lo he hecho desde que te conocí y estoy tan feliz de que me hayas correspondido-dió unos pasos hasta la chica, pero ella lo evadió.

─Lo siento, pero esto fue un error, estaba resentida por la desaparición del chico que me gusta, y no pude resistir a esto.─Le miró sin ninguna expresión en su rostro.─Nunca te correspondería.─Dicho esto, optó por salir de la habitación un poco cabreada.

Que mierda, ¿por qué estuve apunto de hacerlo con él?, deben ser los efectos de este sueño. Por qué claro solo es un sueño ¿cierto?.

Debe ser un sueño, nada más, si no yo....

Mientras estaba sumisa en sus pensamientos no se dió cuenta que un cuerpo se acercaba a ella sin la intención de rodearla. Por lo que terminó chocando con él.

Sus manos se colocaron sobre su pecho, para amortiguar el golpe. Él mientras tanto, posó sus manos en sus cintura.

─Hola Ayano ¿Me recuerdas?─Su voz resonó por el pasillo, y sus ojos se posaron en el rostro que el chico. Eran aquellos ojos color carmesí que había visto antes. Embozó una sonrisa psicópata.

Una fuerte punzada atacó nuevamente su cerebro haciéndola colapsar. El chico la sostuvó antes de que cayera al suelo. Y la cargo de brazos con un sonrisa siniestra mientras se perdía por el pasillo.

Fin del capítulo.
Jaja espero que les guste:3.

Hasta que la muerte nos separe©★ (MaleRivals×Ayano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora