Ayano se equivoca en un maléfico, cayendo en "La maldición de Fun-Girl", donde se encontrará expuesta a la muerte.
Una serie de asesinatos repetitivos se desencadenarán en ella, mismos provocados por Nemesis-kun, consiguiendo que la chica se vea env...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras él se mantenía frente a ella, no podía evitar resistirse ante esos hermosos ojos grisáceos con los que lo miraba.
¿Quién iba a imaginarse a Oko dejándose llevar por sus impulsos?, pues su personalidad siempre había sido cobarde. Pero parecía que los poderes conseguían cambiarlo un poco.
Ayano tenía las mejillas sonrojadas, después de ese beso profundo que acababa de recibir. Pero, ¿Cómo Oko lograba causar ese efecto en ella?, Sin embargo debía admitir que llegaba a ser alucinante.
Todo en él era realmente misterioso, y esa parte le atraía, tal vez por el simple hecho de que eran un poco parecidos en su extrañeza.
(...)
¬Luego de varios días, lo que es inusual, pues Ayano no duraba más de tres días en las dimensiones.¬
La chica se encontraba en casa en un fin de semana, mientras leía un maga "Life Note", parecía estar desorbitada con todo lo que estaba ocurriendo, sobre todo con la actitud rara que tenía Oko. Pero claramente de algo se estaba olvidando. Taro.
Abrió los ojos ante su estupidez, y con pasos rápidos, decidió ponerse una ropa casual, para caminar hasta la casa de Senpai, con el fin de encontrarlo, ya que toda la semana había faltado a clases, lo que era inusual en él. Tenía una gran necesidad de verlo y sentirlo, aunque esto último todavía no podía suceder, ya que cada vez que el estaba cerca, su corazón latía desfrenético.
Observó todo su entorno, asegurándose de que nadie la estuviera mirando, cuando se dispuso a subir por la ventana de la habitación de Taro, algo que hacía desde que lo conoció. Pero al mirar a través de la ventana, pudo ver una silueta de una chica que cargaba una gran melena negra, y la única pregunta que rondaba en su mente era, ¿Quién demonios era ella?.
La chica volteó su rostro hacia Ayano, dejándola ver el gran parecido que compartía con Taro, lo que hizo sorprenderse y sin percatarse, su pie se acento mal, y su mano soltó el barandal para lentamente perder el equilibrio.
Su cuerpo se fue hacia atrás, mientras temía a lo que se avecinaba, inconscientemente cerró los ojos.
¿Este es el fin? ¡NO! ¡no quiero!, Taro...─ Su mano se elevo por el aire resistiéndose a morir. Aunque podría estar siendo paranoica.
Pero el golpe nunca llegó, en cambio sintió unos brazos sujetarla, como si esa persona hubiese presentido su caída.
Fue abriendo sus párpados, encontrándose con el rostro de una persona que conocía bien. Una sombra se mantenía sobre los hermosos ojos carmesí de esta persona. Mientras sus manos temblaban un poco. El chico parecía estar enojado y con una ligera preocupación.
─No, no, no, no te permitiré morir así─Su rostro reflejaba miedo e inquietud, entrando en un breve shock. Apretó sus manos por el cuerpo de la chica mientras una risa irónica salia de su boca─No pasará─Enganchó una sonrisa perturbadora y sus ojos brillaban todavía mas. Las mejillas de Ayano se sonrojaron y no podía evitar querer estar mas cerca de él, pues al observar su desesperación, guió su mano en dirección a la mejilla del pelinegro.
EL chico se estremeció ante su tacto, y por unos instantes, Ayano pudo notar una persona completamente diferente al que conocía.
El viento comenzó a soplar de golpe y seguido de esto un fuerte estruendo se escuchó. El cuerpo de Nemesis fue golpeado hasta impactarse contra un árbol que se encontraba por la zona. Mientras que en un rápido movimiento una persona tomo el cuerpo de la chica que yacía todavía por el aire. Ella se dio cuenta de que se trataba de Oko, pero algo en él era diferente, sus ojos se habían tornado completamente negros, como si se tratase de la posesión de un demonio, eran demasiado aterradores, que sintió pánico. Luego de unos segundos, sus ojos volvieron a su estado original, por lo que pudo respirar aliviada.
─O-oko─Pronunció su nombre un poco nerviosa. Sus brazos la sostenían con fuerza, y un agradable calor emanaba de su cuerpo, siendo satisfactorio, haciéndola pensar solamente en él.
¿Pero qué era lo que hace un momento sucedió? ¿Como había logrado atacar a Nemesis sin necesidad de tocarlo?, sin duda varias preguntas rondaban su mente.
─Te dije que te protegería─Lentamente la bajo con cuidado hasta llegar al suelo, para posicionarse frente a ella.
─Tsk, ¿Quién diablos te crees?─espetó Nemesis muy cabreado. Pasó su mano por sus labios que comenzaban a sangrar.
─¡No permitiré que le toques!─Sentenció, el pelinegro comenzó a reír a carcajadas como si de un chiste se tratará. Esto hizo enojar a Oko, haciendo que se prepare para atacar.
─Ya lo veremos─Río burlón─Veremos quien gana─Se puso serio, mientras su sombra desaparecía por las casas.
─¿Qué estabas haciendo aquí?─El chico la miro un poco indignado.
─Lo siento, y-yo─Por alguna extraña razón, parecía que él tenía una dominación sobre su cuerpo.
─Vamos levántate─La tomó del brazo bruscamente, la chica soltó un alardido. Oko abrió los ojos siendo consiente de su acción.─Lo siento─Se disculpó mientras esperaba a que ella se incorporara.
─Esta bien, Oko─Desprevenidamente, la chica posó sus manos alrededor de su cuello.─Te agradezco que me hayas salvado─Sonrió dulcemente, Oko no pudo evitar sentirse confundido ante su repentino cambio de personalidad.─Vayamos a mi casa─Lo tomó de la mano caminando en dirección a su casa.
¿Qué diablos?, No puedo controlar mi cuerpo, es como si alguien controlara mis articulaciones y los guiara hasta caer a sus brazos, ¿Qué es esto?─La chica en su mente estaba consternada respecto a la situación, realmente no estaba siendo consiente de sus acciones.
Pero parecían ser los efectos de los nuevos poderes de Oko, someter a su enemigo o incluso a cualquier persona que quiera bajo su influencia, todo se dio desde el momento en que la tomó del brazo y le dio una orden, como consecuencia su alma esta conectada definidamente a la de él.
─O-oye A-ayano, ¿Q-que s-sucede?─Comenzó a tartamudear debido a su cercanía, ella se encontraba abrazándolo de un solo brazo, mientras estaban sentados en el sofá.
─Oku te amo─El chico la miró exaltado, y un sonrojo invadió sus mejillas.
¿Qué acabo de decir?, no, no, no, yo solo amo a Taro─se resistía mentalmente.
─Ayano, no creí que dijeras eso, pero sabes─Sonrió─Yo también te amo, desde la primera vez que nos cruzamos, desde que apareciste en este mundo, yo....─Tomó sus manos y las acerco a sus labios.─Te quiero para mi. Por favor quédate por siempre a mi lado e inmortalicemos nuestras almas. Siempre te protegeré─Las últimas palabras tocaron su interior, a pesar de estar sometida a su influencia, también había logrado influenciar su mente.
¿Qué es esto?, ¿Por qué estoy sintiendo esto? Yo, yo.....─una vez más se dejo llevar por las emociones, acercando sus labios a los de él.