•Capítulo Especial. Budo Masuta: "Parte 2"

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[Ayano]

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[Ayano]

Abrí mis ojos con lentitud, mientras me encontraba con el rostro de Budo, sus ojos estaban cerrados y se mantenía con una gran tranquilidad, al parecer estaba durmiendo.

Me mantuve ahí solo observándolo, nunca me había dado cuenta de su atractivo, pues en mi corazón solo existía espacio para Taro. Pero ¿Qué era esta sensación?

Me percaté de que me había quedado dormida sobre sus piernas, por lo que con lentitud me levanté, tratando de no despetarlo hasta quedar sentada frente a él.

¿Qué esto que siento por ti? Acaricio los mechones rebeldes que se mantienen sobre su frente. Su rostro reaccionó a mi tacto, mientras que sus ojos se iban abriendo hasta cruzarse con los míos. Rápidamente apartó mis manos y mis mejillas se sienten calientes.

─¿Acaso estoy viendo un Ángel?─Sonríe y acto seguido ríe burlón.

─Creo que es momento de nos vayamos─Aclaró con indiferencia.

─¿Tan pronto?─Me mira con una gran intensidad, mientras se acerca peligrosamente a mi.─No te podrás escapar tan fácil de mi─Mantuvo su rostro muy cerca del mío, como si fuera a besarme─Sin embargo, tienes razón─Se dispuso a levantarse mientras me tendía la mano.

Indignada me negué y me levanté por mi cuenta. Le quite el seguro a la puerta, pero antes de abrir la puerta su mano me detuvo y me abrazó por la espalda. Podía sentir su respiración sobre mi cuello. Y algo en mi no me permitía apartarlo.

─No puedo resistirme más, Ayano─Susurró, mientras su mano, se deslizaba por mi abdomen. Inevitablemente mi cuerpo comenzó a calentarse, mientras que me mordía el labio inferior. Poco a poco fue subiendo por debajo de mi ropa, hasta tocar mi sostén. Sentía placer, pero quería quitarlo de mi. Desafortunadamente mi maldito cuerpo no intentaba responder.

Comenzó a besar mi cuello, mientras llevó ambas manos y las pasaba desesperadamente por mi pecho. Comenzó a masajearlos con un poco de brusquedad y no pude evitar soltar un gemido. El río satisfecho, mientras una de mis manos iban directamente hasta su cabello acariciándolo.

Maldita sea esto era placentero.
Lo odio por tenerme en esta condición.

Sus manos me fueron soltando, para tomarme de la cintura y girarme hacia él. Sus ojos habían cambiado, en ellos se podían reflejar un sentimiento inigualable. ¿Era amor?

Impacto sus labios con los míos, siguiendo un compás salvaje y desesperado.

Mi sangre estaba llenándose de adrenalina, la misma sensación que sentí cuando asesinaba a alguien, solo que era una situación diferente. Cerré mis ojos inconscientemente.

Se siente bien.

Pero, no podía seguir haciendo esto, estaría traicionando el amor que le tengo a Taro. Definitivamente no puedo hacerle esto.

Con toda las fuerzas que me quedan, empujó a Budo y salgo lo más rápido que mis pies me permiten de la habitación. No puedo permitirle a mi cuerpo nuevamente caer rendido a sus pies.

Yo solo le pertenezco a Taro y nadie podrá cambiar eso.

Corría por el pasillo con la respiración agitada, aunque nadie me estaba persiguiendo, me detuve un momento, mientras me apoyaba en la pared para recuperarme.

Maldito seas Budo. Tengo que deshacerme de ti lo antes posible. Si no serás mi perdición.

Una voz femenina, me tomó desprevenida.

─¿Se puede saber, por qué no has entrado a clases?─La profesora, estaba con los brazos en jarras─¿Estás bien? Tu rostro esta muy rojo, ¿Tienes fiebre?─Se fue acercando a mí para poder tocarme, pero evito su mano.

─Claro que estoy bien─Trato de parecer lo más sincera.

─Por supuesto que se encuentra bien, hace un momento salió de la enfermería por qué se sentía mal, mientras yo me quedé con ella─Budo aparece detrás de la profesora aclarando la situación, parecía haberse recuperado.

─Entiendo, no pensé que fuera a tener malestar Ayano, pero si dices eso, entonces les creo, ahora vayanse a casa que las clases ya han acabado─Ambos asentimos, mientras vemos a la profesora perderse por el pasillo.

Trato de no encontrarme con la mirada de Budo, pero me es inevitable cuando el habla.

─¿Por qué huías de mi? ¿Es que no te gusto?─Sostenía una mirada incisiva y seductora. Mientras me arrinconaba a la pared. Yo solo podía apartar la vista con las mejillas sonrojadas.

No soportaba esto, ¿Cuando pensaba parar? Me estoy desperando.

─Eh chicos─Un chico captó nuestra atención. Pero gracias a él, pudo distraer a Budo.

─¿Qué quieres Hayato?─Rodó los ojos un poco arto de el peliverde.

─Les estaba salvando el trasero, ya que una de las consejeras estudiantiles viene hacia nuestra dirección, para ser más específico es Megami Saikou

Budo se apartó los más rápido mientras esperaba que la líder estudiantil pasará. Y ahí estaba.

Con su larga melena plateada y sus ojos grises. Y su cuerpo estructural y piel blanca cubierto por un uniforme blanco y contornos rojos acompañado de medias y guantes negros.

Los ojos de Budo y Hayato se iluminaron por un instante al hacer presencia de su llegada. Ella era el sueño de todo chico, alguien inalcanzable y misteriosa. Una Diosa intocable.

La detesto.

Un vago recuerdo llega a mi mente, sobre un cuerpo cubierto por una espesa sangre roja, y los ojos grises de aquella persona sin vida. Claramente era Megami. ¿Se trataba de un presagio?

─¿Por qué todavía siguen aquí?─Su voz era delicada y elegante, pero también se podía notar autoridad.

─Ya nos ibamos─Comentó nervioso Budo. Mientras que Hayato solo asentía eufórico.

Por algún motivo me sentía nerviosa, parecía que se olvidaron de mi presencia, y Budo estaba detenidamente prestándole atención.

Apreté mis puños, mientras un sentimiento creció sobre mi. ¿Estoy celosa?. Maldije internamente.

─Esta bien, solo no se queden por mucho tiempo─Dicho esto, se dispuso a irse, mientras me penetraba con la mirada.

Escuché suspirar a ambos chicos.

─Denada─musitó Hayato.

Budo solo me sonrió y espero a que Hayato se fuera.

Mientras yo le miraba con detenimiento sin expresividad.

─¿Te has puesto celosa?-Rió.

─No─Espeté.

─Pues parece lo contrario─Como pude, evite su mirada. Pero él me tomó de la barbilla obligándome a verle.─No me malinterpretes, ella causa un gran efecto en nosotros, y por eso me contengo a todo, lo que digo es que no estoy interesado para nada en esa chica─Su mirada estaba sería al decirme todo eso. Por algún extraño motivo sus palabras parecían aliviarme─Eres la única quién me interesa─Sonrió y acto seguido me beso en la frente.─Ahora si es hora de irnos.

Era demasiado tarde, él había logrado su objetivo, someterme a sus encantos y en mi nueva perdición.

Aquí la segunda parte:)



Hasta que la muerte nos separe©★ (MaleRivals×Ayano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora