Ayano se equivoca en un maléfico, cayendo en "La maldición de Fun-Girl", donde se encontrará expuesta a la muerte.
Una serie de asesinatos repetitivos se desencadenarán en ella, mismos provocados por Nemesis-kun, consiguiendo que la chica se vea env...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las velas acompañaban el atardecer, todas adornando el centro de una tela que yacía en el suelo, donde se encontraban variedades de postres y alimentos, mismos hechos por Amao, en el fondo se podía escuchar una música suave y delicada. Ayano se quedó inpresionada ante el pequeño gesto que le había hecho, lo miró sin articular una palabra, pues le había dado en el punto.
El secreto que Ayano ocultaba, era que amaba los postres, disfrutaba sus sabor, su compostura y se estructura, se decía a sí misma que aquel hombre que le hiciera un detalle como el suyo, se enamoraría de él, aunque contemplaba que Taro sería el primero en realizarlo.
─¿Estás lista?─ella se sonrojo y asintió. El chico la acompañó mientras le sostuvo la mano hasta que la ayudó a sentarse. Sus ojos brillaron al tener más cerca cada uno de los postres y esperaba el momento de poder probarlos. Amao sonrió satisfecho al ver la reacción de la chica que amaba.─ Bueno, ya puedes probar ─ él tendió un pedazo de Cheesecake cubierto de fresa, sin duda su favorita, ella lo aceptó gustosa.
Se llevó a la boca una pequeña porción quedando encantada al instante, un rubor apareció en sus mejillas al sentir su delicioso sabor. El chico disfrutaba ver las diferentes reacciones que ella tenía al probar cada uno de sus postres.
─ G-gracias ─ ella bajó la mirada avergonzada, era un palabra que le costaba decir a la chica pero hizo un esfuerzo. El chico la miró enternecido, mientras se deslizaba más cerda de ella. Colocó su mano sobre la mano de la chica y ésta se estremeció. Al instante se acercó a ella para besarla, Ayano no pudo contener su asombro, pero no puso ningún tipo de resistencia e impresionantemente se dejó llevar por el encuentro.
Ambos tenían un compás suave y dulce, el chico entregaba toda su alma en ese beso pero solo duró poco. Él tomó la iniciativa de separarse mientras su corazón se retorció, pegó su frente a la suya y ambos estaban sin aliento. La chica le dió una tímida sonrisa a lo que él solo río.
─ ¿Te gustó? ─ le dió una mirada intensa mientras esperaba una respuesta.
─ Si ─ Contestó indiferente, estaba agradecida pero no quería que sucedieran más cosas por lo que se levantó, Amao también se incorporó.
─ Bueno, te acompañare a casa ─ Ayano se regresa a él para negarse.
─ No es necesario, tu tienes que ir a tu club ─ él río de nuevo, como si no fuera suficiente reírse antes. Su risa la encontraba odiosamente encantador.
─Insisto, además hoy me tome el día libre ─ él la observó suplicante, ella suspiró y luego asintió de mala gana.
En el transcurso del camino ella se sintió observada de nuevo, por lo que en cada momento se giraba a mirar hacía todas direcciones, Amao extrañado por su comportamiento le preguntó 'qué es lo que pasa' a lo que ella responde 'nada'.
El viaje hasta su casa había terminado y antes de entrar la tomó de la mano para detenerla.
─ Gracias por aceptar mi invitación ─ le sonríe sincero ─ Eres muy dulce ─ se acerca para darle un beso en la mejilla, ella no hace ningún movimiento. Él se despide emprendiendo un camino hacia la dirección contraria. Ella lo sigue con la mirada hasta que éste desaparece.
