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Jimin se encontraba recostado en su cama, aún era temprano, pero no tenía ánimos para levantarse, después de lo sucedido el día anterior con Yoongi deseaba que la tierra se lo tragara y lo expulsara en algún desierto lejano, con suerte moriría por deshidatación y no tendría que enfrentarse a lo que más temía, a algo que incluso superaba el maltrato y los golpes, tenía miedo de hacerle frente a las personas, a quienes le pedían que hiciera algo, porque no podía.

—¡Cariño ya nos vamos, te deje el desayuno en la mesa!

El grito de su madre retumbo por toda la casa, era tan escandalosa, quiso levantarse, pero se rindió al ver que su cuerpo no lo ayudaría, cerró de nuevo los ojos esperando su tan aclamado descanso.









Corría por la escuela escapando de algo intangible, sentía el sudor recorrer su frente y cuello, su cuerpo expulsaba el poco aire que entraba mediante jadeos que hacían doler a su pecho.

Entró al gimnasio, ese lugar que había sido el escenario perfecto para muchas de sus palizas, sus piernas comenzaron a fallar y sus pies se tropezaron con una protuberancia extra en el suelo liso. Puso ambas manos frente a él evitando golpearse muy fuerte al caer, el dolor se concentró en sus P
palmas y rodillas haciendo que soltara un grito de dolor.

Siempre tan marica Jimin.

Esa voz lo tomó por sorpresa, aún en el piso y con el miedo recorriendo su columna,  se volvió a observar al dueño de tan escalofriante sonido, su cabeza comenzó a negar y aún sentado se alejaba dando pequeñas patadas que desprendían un agudo sonido al friccionar sus zapatos con el piso.

Es inútil huir, jamás podrás escapar de mi

¡Alejate!

Este no escuchó y cada vez daba más pasos lentos pero decididos torturandolo, lo veía en sus ojos, quería destruirlo, era todo aquello que se negó a ver, pero que estaba ahí a cada momento recordándole sus peores miedos.

Vivo en ti, jamás me iré

¡Por favor déjame ir!

Este negó con una oscura sonrisa en el rostro, su cabello rojo vibrante y su piel pálida le daban un aspecto más oscuro de lo que se imaginaba, su voz era fría pero a la vez seductora, lo llamaba y tenía miedo de caer en sus garras nuevamente.

Vamos Jimin, acércate a mí, como muchas veces lo hacías ¿Quién crees que estaba a tu lado cuando te lastimaban y te gritaba aguantar sin llorar? Me debes tu poca estabilidad

Jimin negó pero ¿Cómo ocultarse de él mismo?

P...por..favor...

—Soy tú pero mejor, soy delgado y hermoso, soy lo que desearías ser, soy la parte mejorada de ti mismo ¿No lo ves? Entre más te resiatas, más doloroso será para ti, necesitas de mi fuerza cariño, solo no podrás

 My Cute Chubby ♡Yoonmin♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora